¿Cómo se puede ir, en agosto, a un país en temporada baja sin cambiar de hemisferio ni de continente?
Lo hemos conseguido y conste que no era nuestra intención. De hecho, la temporada baja implica quitar un montón de autobuses y barcos, cerrar antes los museos, o incluso cerrarlos del todo.
La idea que teníamos cuando compramos los billetes de avión allá, por mayo-junio, fue cambiando con el paso del tiempo. Era más complicado de lo que habíamos pensado, y eso que no sabíamos que sería más difícil por los horarios y recortes de baja estación. Por eso decidimos que, como siempre, se veía sobre la marcha. Pero ya compramos un par de vuelos internos…
Es el país de la naturaleza y los paisajes, pero también de la madera: casas, granjas, almacenes, iglesias… y eso que de piedra tampoco andan mal.
Habría que subir montes, casi montañas, asomarse a precipicios, caminar por glaciares y navegar fiordos. Montado en trenes, autobuses, ferries y aviones. Hemos navegado fiordos montados en autobuses sobre ferries.
Semana y media sin comer más carne que el fuet. Pero varios pescados: salmón, bacalao, platija e, incluso, carpaccio de ballena. Semana y media con la cazadora puesta, en Europa, a finales de agosto y, los últimos días, bajo la lluvia.
Pero, como siempre, ha merecido la pena. Hasta dormir en dormitorio compartido con otros 18 ha tenido su parte de experiencia. Y es que NORUEGA es un país muy caro, ¡el más caro del mundo!
