Otro de los cementerios famosos de París es el de Montparnasse. Situado en el barrio del mismo nombre en el 3 boulevard Edgard Quinet, ocupa 19 hectáreas. Al igual que el de Montmartre cuenta entre sus «inquilinos» con gran cantidad de famosos: escritores, filósofos, artistas, etc. Y, también como el otro, está totalmente rodeado por los edificios de la ciudad.
Creado en 1824, fue originalmente conocido como Le Cimetière du Sud (El Cementerio del Sur). Los cementerios dentro de la ciudad estaban prohibidos desde 1.786. En el momento de su creación estaba en las afueras, aunque ahora está incrustado en el centro.
Desde ahí, cogí el metro hasta la Plaza de la Bastilla.
Lugar simbólico de la revolución francesa, donde se alzó la fortaleza de la Bastilla entre 1.383 y 1.789 cuando comenzó su destrucción. La guillotina también estuvo instalada en esta plaza, que pasó a denominarse Plaza Antoine, aunque, a diferencia de la plaza de la Concordia, aquí sólo se ajusticiaron 73 personas. Napoleón planeó construir un elefante de 24 metros de altura en la plaza en 1.808. Se construiría a partir del bronce fundido de los cañones tomados a los españoles. Se comenzaron los trabajos en 1.833 pero sólo se construyó una maqueta. En la actualidad la columna de Julio ocupa el centro de la plaza, construida entre 1.833 y 1.840.
Otra de las bonitas plazas de la ciudad es la Place des Vosges, Plaza de los Vosgos. Es la más antigua de la ciudad, construida entre 1.605 y 1.612. La plaza es perfectamente simétrica (140 metros por 140 metros). El nombre de Vosges es un homenaje al departamento de Vosges que fue el primero en pagar tasas para sostener al ejército revolucionario. Entre sus ilustres residentes se cuentan Victor Hugo y el cardenal Richelieu.