Cruzando el Sena desde la Ille de la Cité nos adentramos en el barrio latino.
Su nombre se debe a la presencia de la universidad de La Sorbonne. En la época medieval el barrio estaba lleno de estudiantes que hablaban en latín. La universidad es visitable, así como la tumba de uno de sus rectores: el cardenal Richelieu, que a pesar de la imagen que Alejandro Dumas creó de él en Los tres mosqueteros, no era tal villano. Fue famosamente ocupada por unas mil personas en mayo de 1.968.
Cerca de allí se alza el Panteón. En 1.791 se transformó la iglesia católica existente, proyectada en honor de la patrona de la ciudad, Santa Genoveva, en el panteón actual, como reconocimiento de la patria a sus más ilustres ciudadanos, Voltaire, Rousseau, Victor Hugo,… Aux grands hommes la patrie reconnaissante A los grandes hombres, la patria agradecida. El edificio carece de ventanas, la iglesia orignal sí las tenía, pero se tapiaron para darle efecto sepulcral. Fue aquí donde Léon Focault instaló su famoso péndulo, con el que demostró la rotación de la Tierra y la fuerza de Coliris.
A la izquierda del Panteón se levanta la iglesia de Saint-Etienne du Mont con la tumba con los restos de Santa Genoveva.