Pocas ciudades tienen un casco histórico tan cuidado como Pontevedra. De hecho, en nuestro primer paso por él, una señora se paró a hablar con nosotros, al vernos con la cámara, para decirnos lo bonito y lo limpio que estaba todo. De lo más orgullosa de su ciudad, y no nos extraña que lo estuviera. Pero no se trata solo de que esté cuidado, es que, además, es una preciosidad. Tanto, que simplemente con recorrerlo ya dimos por amortizado nuestro viaje. Eso sí, no te vayas a creer que no hay más lugares que ver en Pontevedra que sus callejuelas porticadas: iglesias, museos, plazas… y restaurantes. ¡Cómo se come en la capital de las Rías Baixas!
Una ventaja más de la ciudad de Pontevedra es que todo está cerca –bueno, el mirador no está en el centro– y, además, no hay coches en el casco histórico. Sí, es completamente peatonal y es perfecto. Con lo bonito que es todo, no dejamos de pararnos cada pocos metros a tomar fotos sin tener que preocuparnos de ser atropellados y se agradeció mucho.
Si tenías pensado pasar por la ciudad de camino a las playas y a la costa, vas a cambiar de planes cuando veas todo lo que hay que visitar en Pontevedra. El que avisa no es traidor.
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No te quedes solo en la capital de la provincia y echa un vistazo a nuestro artículo 20 cosas que ver y hacer en las Rías Baixas. Seguro que decides alargar un poco más el viaje.
1. La Real Basílica de Santa María la Mayor
Aunque desde el exterior –y cuando entramos también– nos pareciera un edificio digno de una catedral, la Real Basílica de Santa María la Mayor es “solo” basílica. No es que haya una iglesia más imponente en Pontevedra, es que la ciudad no es sede de obispado, así que no hay catedral. Eso sí, aunque sea “solo” basílica, es una joya que tienes que ver en Pontevedra.
Lleva en lo alto de un promontorio sobre el río Lérez desde el siglo XVI. Y su relación con el río y el agua no acaba ahí, fue construida por el gremio de mareantes en estilo gótico tardío.
¿Cuántas iglesias has visto que tengan un retablo en piedra en su fachada? Pues la de Santa María la Mayor de Pontevedra es una. Acércate a su portada occidental y alucina como hicimos nosotros. Echa un vistazo a la fachada con atención, ¿serás capaz de encontrar la imagen de San Jerónimo con gafas?
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Bajando las escaleras de la fachada occidental, en la rúa Arcebispo Malvar, encontrarás los restos de la antigua muralla de Pontevedra. Sí, la basílica estaba en el mismo límite.
Decíamos que el interior tampoco desmerece y es que nos encontramos con otro retablo, este en “su sitio”, en el altar mayor, de madera de nogal y castaño. Pero no fue lo único que llamó nuestra atención del interior del templo, donde se mezclan el gótico, el isabelino, el renacentista y el churrigueresco. Imprescindibles, además del retablo, las bóvedas de crucería, la capilla del Bon Xesus –con un altar barroco–, la de la Purísima –con la talla de la Virgen de la O o de la Esperanza, patrona de la ciudad– y el Altar de la Virgen Dolorosa –con el Cristo Yacente–.
2. La Iglesia de la Virgen Peregrina
Seguimos con más iglesias que ver en Pontevedra capital. Nos vamos a la praza da Peregrina y nos encontramos con una “pequeña” iglesia –pequeña en superficie, que no en altura– que tiene planta con forma de ¡vieira! Es la iglesia de la Virgen Peregrina. Lo de la vieira no es gratuito: es la patrona del Camino de Portugués –según la tradición, guiaba a los peregrinos desde Baiona hasta Santiago de Compostela–. Fíjate en la fachada donde la Virgen, Santiago y San José van vestidos con ropas de peregrinos.
Si la forma convexa de la fachada nos dejó un rato mirándola, la gigantesca concha natural en la que se coloca el agua bendita en la entrada nos volvió locos. ¿Hay conchas así de grandes? ¿Cómo sería el animal que vivía dentro?
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3. El Museo Provincial de Pontevedra
Cuando nos enteramos de que el Museo Provincial de Pontevedra tenía seis sedes, nos quedó claro que teníamos que visitarlo. Más aún cuando descubrimos que se abrió al público en 1929 y que aquel edificio sigue formando parte del museo. ¿Seis sedes? Que no cunda el pánico, solo se visitan tres: el edificio Castelao –de 2013–, el edificio Sarmiento –un antiguo colegio de la Compañía de Jesús, el de la iglesia de San Bartolomeu– y las Ruinas de Santo Domingo –de las que hablamos más abajo–. De las otras tres sedes, el edificio Castro Monteagudo –primera sede de 1929– y el García Flores están cerrados por rehabilitación, mientras que el Fernández López es la sede administrativa. Eso sí, no dejes de acercarte para admirar sus fachadas, lo merecen.
El edificio Sarmiento y el Castelao, uno de principios del XVIII y otro contemporáneo del siglo XXI, están unidos por varias pasaleras sobre la calle de forma que puedes visitar la colección completa sin salir. En el primero hay piezas de la Prehistoria y la Antigüedad –busca el Tesoro de Caldas de Reis, la mayor colección de oro conocida de la prehistoria europea–, mientras que los fondos del segundo van de la Baja Edad Media a la actualidad –con obras de Castelao, Sorolla o Fernando Álvarez de Soutomaior–. A poco que seas como nosotros, seguro que también disfrutas de la arquitectura de los edificios y de su fusión.
Ya hemos dicho que no los podrás visitar hasta que acaben las obras, pero te contamos lo que hay en las otras dos sedes. En el edificio Castro Monteagudo está la colección de platería y pintura no gallega, mientras que en el García Flores hay piezas de artesanía, una sala de música tradicional gallega, sala de mareantes y una cocina tradicional gallega.
Una cosa más: es ¡gratis! En su web puedes ver los horarios.
4. Las ruinas de Santo Domingo
¿Quedan iglesias que ver en Pontevedra? Quedan, de hecho, incluso ruinas de iglesias. La iglesia de Santo Domingo debía ser una locura gigantesca en el siglo XIV, cuando se construyó. Era la más grande construida por la orden de los dominicos en toda Galicia. Estuvo a punto de ser completamente derribada en el siglo XIX, dado el estado de abandono en que se encontraba, pero fue salvada por la Sociedad Arqueológica. Hoy sobreviven la cabecera, con cinco ábsides, y los muros laterales.
Nos trajo a la memoria el recuerdo del Convento do Carmo de Lisboa, aunque aquí no hay piezas expuestas a pesar de que las ruinas de Santo Domingo forman parte del Museo Provincial.
¿Sabías que…?
Muy cerca de las ruinas, en plena Alameda, está el Monumento a los héroes de Ponte Sampaio. Parece que toda la lucha contra los ejércitos napoleónicos fue en Madrid –y el 2 de mayo, aunque se perdió esa batalla–, pero hubo en toda España. La batalla de Ponte Sampaio, que sí se ganó, tuvo lugar entre el 7 y el 9 de junio de 1809.
5. El Convento de San Francisco
El último templo que ver en Pontevedra, lo prometemos –aunque hay muchos más–, es el convento de San Francisco. Si la iglesia de los dominicos quedó en ruinas, la de San Francisco… casi también.
Tras la desamortización de 1836, el complejo se abandonó, se demolieron algunas capillas y se encalaron unos cuantos muros –acabando con muchos murales–. Incluso se llegó a usar como delegación de Hacienda. De la iglesia original del siglo XIII solo queda la fachada, de hecho, el convento medieval se sustituyó por uno del XVIII.
No tendrás que esforzarte, porque están bien visibles, pero acércate a los sepulcros medievales que hay en el crucero. Destacan los de Pai Gómez Chariño, de Xoán Feijoo de Soutomaior y de Paio de Montenegro.
6. La rúa Soportales, la rúa Figueroa y otras callejuelas
Llega el momento de disfrutar de las callejuelas peatonales del casco histórico de Pontevedra. Nosotros nos dejamos llevar siguiendo el trazado medieval sin mirar mucho el mapa. Lo bueno es que, al fondo de las calles, siempre verás la torre de alguna iglesia o el remate de algún pazo que te sirva de orientación para saber más o menos dónde estás.
De todas formas, hay dos calles que no deberías dejar de recorrer en Pontevedra. Empezamos por la rúa Soportales que va de la praza da Ferrería a la praza de Curros Enríquez. La vista de las torres de la iglesia de la Virgen Peregrina al fondo con los soportales a los dos lados de la calle en primer plano no puede faltar en tu visita a la ciudad. La otra es la rúa Figueroa, de la praza da Estrela a la rúa Sarmiento, pasando por la praza da Leña y también con algún que otro soportal en su recorrido.
7. Las plazas del casco histórico
Ya hemos mencionado unas cuantas plazas del casco histórico al hablar de sus callejuelas, pero es que las plazas de Pontevedra son algo especial. Cuadradas, sobrias, la mayoría empedradas en el suelo y en las paredes de los pazos que las conforman, auténtica historia de esa que se pisa y en la que sentarse a descansar.
Además de la praza da Ferrería y la praza da Leña, también hay otra plaza de “mercado” que ver en Pontevedra: la praza da Verdura. Hoy, en lugar de mercados, encontramos las terrazas de los bares y restaurantes. Eso sí, perfectamente cuidadas, ordenadas y limpias –recuerda que la señora pontevedresa nos paró para enorgullecerse de eso ante los turistas–. Otra plaza imprescindible de Pontevedra es la praza das Cinco Rúas, con su cruceiro. Muy cerca están el Parador de Pontevedra y la Casa museo de Valle-Inclán.
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Hablando de Valle-Inclán, en la praza de Méndez Núñez encontramos una estatua a tamaño real del escritor en actitud de caminar por la ciudad. Pasa a saludarle, no te cuesta nada.
También deberías pasar por la praza da Pedreira, donde está el imponente pazo Mugartegui, y por la praza de España, donde está la Casa do Concello –el ayuntamiento–. En la fachada del ayuntamiento vimos una plaza que hablaba de un tal Teucro…Nosotros no lo sabíamos, pero hay una leyenda que cuenta que la ciudad de Pontevedra fue fundada por Teucro, uno de los héroes de la guerra de Troya. Verdad o ficción –nos inclinamos por la ficción sin duda–, el caso es que también tiene su plaza: la praza do Teucro.
8. El mercado de abastos de Pontevedra
Tenemos que confesar que nos gustan los mercados. Nos parecen de los mejores lugares para sentir el día a día de un destino. Y cada vez es más difícil hacerlo, porque muchos de los mercados tradicionales están siendo reconvertidos en mercados gastronómicos donde es más fácil encontrar un puesto para comprar sushi recién hecho que una pescadería. No es el caso del mercado de abastos de Pontevedra donde, otra cosa no, pero pescado fresco encontramos mucho.
El edificio, de mediados del siglo XX, fue remodelado a principios del XXI, momento en el que aparecieron restos de la antigua muralla. Sube a la segunda planta para ver los puestos desde arriba y también los puentes sobre el río Lérez –el Ponte das Correntes, el Ponte do Burgo, el Ponte de Santiago y el Ponte dos Tirantes–.
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Si estás pensado en llegar en coche y buscas un lugar donde aparcar en Pontevedra, la orilla del río Lérez es la mejor opción. Entre el Ponte do Burgo y la zona del edificio Castelao del Museo Provincial estarás de lo más céntrico –recuerda que el casco histórico es peatonal–. Y, además de haber bastantes plazas, es gratuito.
9. Mirador de Caeira
Nos alejamos del centro histórico de Pontevedra para verlo desde lo alto. Nos vamos al mirador de Caeira. Para llegar tendrás que caminar algo más de 45 minutos, cuesta arriba, desde el ayuntamiento. No vimos que hubiera transporte público hasta el punto exacto, pero siempre le puedes preguntar a Google Maps, tal vez haya nuevas líneas de autobús cuando visites la ciudad. En cualquier caso, en coche, no son ni diez minutos.
El río Lérez, con sus puentes, marca el lado izquierdo de la vista. En el centro, los edificios de Pontevedra y, al fondo, los montes. No llegamos a apreciar los edificios del casco histórico claramente, están bastante tapados por los nuevos. En cualquier caso, nos sirvió para comprobar lo manejable que es la ciudad.
Dónde comer en Pontevedra
Mucho que ver en Pontevedra, pero también hay una cosa que hacer: ¡comer! Cómo se come en Pontevedra –bueno, en toda la provincia y en toda Galicia–. Hemos pasado un par de veces por la ciudad y, en cada una, acabamos chupándonos los dedos.
¿Recuerdas la praza da Leña en pleno casco histórico? Pues allí mismo está el restaurante A casa da Leña. Subimos a la primera planta –con vistas a la plaza–, pero confesamos que miramos poco por la ventana. Solo tuvimos ojos para las zamburiñas, la tortilla de patata con queso y chorizo y el chuletón de ternera gallega. Estando en pleno casco histórico, la comida tenía que ser tradicional. No te sientas culpable, con tanto paseo habrás quemado un buen montón de calorías.
En la segunda visita a la ciudad comimos en O Souto Bar Restaurante, también en el casco histórico, pero casi en el límite. Un restaurante de comida algo más creativa donde probamos los calamares en tempura y alioli negro, la ternera ecológica Cachena con queso San Simón y su deliciosa “tarta de queso a nuestra manera”. ¡Para chuparse los dedos!
Mapa con los lugares que ver en Pontevedra
Con todo lo que te hemos dicho, seguro que estás pensando en cómo organizar las visitas. Te lo ponemos todavía más fácil con este mapa con los lugares que ver en Pontevedra. Ya no hay excusas, ninguno se debería quedar fuera.
Pontevedra es el orgullo de los pontevedreses y no nos extraña nada.
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