La mayoría de los lugares que ver en Cáceres capital de los que ya te hablamos con pelos y señales tienen siglos de historia. Al fin y al cabo, la ciudad extremeña es conocida por su casco histórico. Casco histórico que, en nuestra humilde opinión –nuestra y de la UNESCO, que lo declaró Patrimonio de la Humanidad–, es de los más bonitos de España. Pero uno de esos ya icónicos lugares que no puedes perderte es prácticamente un neonato: nació en 2020. Hablamos de la ampliación del Museo Helga de Alvear de Cáceres, el museo en el que se exponen las obras de una de las colecciones privadas de arte contemporáneo más importantes de Europa, y la más importante de España.
Ese edificio de finos pilares de hormigón blanco acoge obras de Goya –ya te contaremos por qué Goya en un museo de arte contemporáneo–, Picasso, Kandinsky o de grandes artistas del siglo XXI menos conocidos para el público “no iniciado” como Ai Weiwei, Olafur Eliasson o Louise Bourgeois.
Te contamos por qué deberías visitar el Museo Helga de Alvear de Cáceres en tu paso por la ciudad, con qué te vas a encontrar y algunos consejos e información práctica sobre la reserva de entradas, precios, horarios y visitas guiadas.
La visita al Museo Helga de Alvear de Cáceres: entradas, precio, reserva, horario
De momento, las entradas para el Museo Helga de Alvear de Cáceres son gratuitas. Eso sí, hay que reservar plaza obligatoriamente en la página web oficial de la fundación. La entrada general da acceso a la colección permanente del edificio nuevo del museo. Para visitar las exposiciones temporales en Casa Grande hay que hacer otra reserva.
El horario de visita del museo los domingos es de 10h a 14:30h. De martes a sábado el museo abre de 10h a 14h y de 17h a 20h de octubre a mayo y de 10h a 14h y de 18h a 21h de junio a septiembre. Cierra los lunes.
También son gratuitas las visitas guiadas de un par de horas de duración, que se reservan en la misma web. Si quieres hacer la visita guiada, intenta reservar con unos días de antelación para asegurarte la plaza. Puedes cancelar o modificar la reserva en cualquier momento.
Saltaconmiconsejo
Si, como en nuestro caso, no eres un experto en arte contemporáneo, te animamos a hacer la visita guiada. Sobre todo para las obras de arte conceptual, las explicaciones son reveladoras. Nosotros hicimos primero la visita por libre y luego con guía y nuestra visión de las obras cambió totalmente. Nada como entender su mensaje y significado… Imprescindible para obras que pasan más desapercibidas como Transfer with arm-chair (Brown) de Ángela de la Cruz o la silla –en realidad, obra sin título– de Doris Salcedo.
Un poco de historia de la colección Helga de Alvear y del museo
Desde 1967, cuando a sus 31 años Helga Müller compró su primera obra de arte, ha llovido mucho. Hoy, esta coleccionista alemana posee la colección privada de arte contemporáneo internacional más importante de España y una de las más importantes de Europa. Hablamos de la Colección Helga de Alvear, que reúne más de 3.000 obras. Si te lo estás preguntando, ese apellido tan poco alemán es el de su difunto marido, el arquitecto cordobés Jaime de Alvear. Un homenaje al amor de su vida, según cuenta en una entrevista a El País.
En 2006, para compartir esa gran colección con la sociedad, se creó la Fundación Helga de Alvear. Un edificio de 1910 en el casco antiguo de Cáceres fue el elegido para exponer esas obras, convirtiéndose en sede del Centro de Artes Visuales de Cáceres, inaugurado en 2010. Fue la semilla del Museo de Arte Contemporáneo de Cáceres o Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, reinaugurado en 2021 por los reyes, con su flamante edificio contemporáneo.
La Casa Grande, el edificio histórico, se utiliza para exposiciones temporales. Por otro lado, en el edificio contemporáneo es donde te encontrarás con la exposición inaugural del museo. Hablamos de unas 150 de las obras más representativas de la Colección Helga de Alvear, donadas a la fundación. Cuatro plantas, unos 5.000 m2 de espacio expositivo y obras de más de 100 artistas de 26 países diferentes –un tercio de ellos, españoles– realizadas, en su mayoría, en el siglo XXI. Eso sí, también te encontrarás con piezas de Picasso, Kandinsky o ¡Goya! ¿Y por qué Goya en un museo de arte contemporáneo? Porque Goya sería el precursor del arte contemporáneo… según la visión de Helga de Alvear.
El edificio contemporáneo de Tuñón Arquitectos
Aunque no entres al museo, deberías acercarte a su nuevo edificio. Lo diseñó el estudio Tuñón Arquitectos y está pensado como un nuevo punto de unión entre el casco antiguo de la ciudad y su ensanche. Una calle y un jardín –en el que también se exponen obras de arte– sirven como camino de paso abierto a todo el mundo entre las dos entradas del museo, una en la zona antigua y otra en la nueva de la ciudad. Y te aseguramos que, cuando entres por la calle Picasso, no imaginarás lo que te vas a encontrar… ¿Quién esperaría encontrarse con esos finos pilares de hormigón blanco en un casco histórico?
Cuando entramos en el museo, el edificio fue robándole, incluso, un poco de protagonismo a las obras de arte: esa pulcritud del hormigón blanco, esas líneas que recuerdan un poco los edificios clásicos, esos muros que no llegan nunca a tocar el suelo, esa falta de ángulos rectos…
La visita a la Colección Helga de Alvear y algunas de las obras que tienes que ver sí o sí
Si vas con visita guiada, no tendrás que escoger obras. Si no, probablemente tampoco: si tienes algo de tiempo podrás verlas todas. Eso sí, si quieres conocerlas un poco más a fondo, tendrás que elegir. Puedes acceder a información más detallada sobre ellas gracias a unos códigos QR –en las más representativas– o preguntando al personal del museo, ¡son muy amables, no te cortes!
La planta baja
En la planta baja te da la bienvenida la obra que se ha convertido en el icono de la reapertura –la sala principal se creó para acogerla–: Descending Light del artista chino Ai Weiwei. Una enorme araña de la que cuelgan 60.000 cristales rojos descansando en el suelo como si se hubiera caído.
En la siguiente sala una primera edición de Los Caprichos de Goya te hará viajar de la China del siglo XXI a la España del XVIII. Y, después, otro salto temporal hacia las vanguardias y postvanguardias. Del precursor del arte contemporáneo pasamos a “los clásicos del arte contemporáneo” y a los inicios de la abstracción. Las obras de Picasso, Kandinsky, Paul Klee, László Moholy Nagy y Tàpies en esta sala merecen todas una parada.
La planta -1
En la planta – 1 volvemos a saltar al siglo XXI y al arte conceptual. Otra de las obras más conocidas del museo está aquí: Echo Activity de Olafur Eliasson. Con sus espejos, sus arcos de acero de colores y el laberinto de imágenes e ilusiones ópticas que crean, atrae a todo el mundo. Eso sí, cualquiera diría que habla del cambio climático, como nos explicaron…
También es curiosa la obra sin título de Rudolf Stingel, que en su origen era una simple placa aislante plateada. En una exposición fue rayada por el público. Al artista le gustó tanto la idea que dejó que lo hiciera más gente y ahora está llena de garabatos. ¡Hasta hay incrustada una moneda de 10 céntimos!
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La planta -2
En la planta -2 está otra de las obras de crítica social símbolo del Museo Helga de Alvear: Power Tools de Thomas Hirschhorn. Ese taller con enormes herramientas parece caótico, pero todo tiene su orden. Herramientas que construyen y destruyen…
También hay obras de Joseph Beuys –uno de los creadores del arte conceptual junto con Duchamp– como Angelus. O de Louise Bourgeois, conocida como “Mujer Araña”, por sus muchas esculturas de arañas –entre ellas, Maman, frente al Museo Guggenheim de Bilbao–.
¿Sabías que…?
Las figuras de la obra The Family de Louise Bourgeois aparecen en la La piel que habito de Almodóvar. Vera, inspirada por la artista francesa, trocea su ropa y la utiliza como piel artificial para sus esculturas.
La planta -3
La planta -3 es la más pequeña y, junto a cuadros como el curioso Blancanieves y el Pollock feroz de Luis Gordillo, que juega con la superficie y la perspectiva, está otra de las obras icónicas del Museo Helga de Alvear, junto a Descending Light. Hablamos de Faux Rocks –“rocas falsas”– de Katharina Grosse, creada en 2006 en la galería de Helga de Alvear en Madrid. Una obra que, en principio, nos contaron que estaba concebida para no tener límites –continuar más allá de las “rocas” mismas, como muchas de las obras de Grosse– pero que en el museo, curiosamente, no solo los tiene sino que cierra la visita.
Ha nacido un nuevo templo español del arte contemporáneo y está en Cáceres.
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