Colonia del Sacramento fue nuestra entrada a Uruguay y la primera de las ciudades coloniales de Sudamérica que visitamos durante nuestro viaje por el subcontinente americano. Después de pasar una semana en la animada, y a veces caótica, Buenos Aires, llegábamos a la tranquilidad. Nos esperaban un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, calles empedradas sin apenas coches, más galerías de arte y ateliers de los que imaginábamos y una historia que no dejó de sorprendernos a cada paso.
En aquel momento, Colonia del Sacramento, a pesar de contar ya con el reconocimiento UNESCO, todavía no era un destino excesivamente buscado por los turistas. Nos cruzamos con algunos en su casco histórico en aquellos días de principios de abril, pero fue esa tranquilidad lo que más recordamos de nuestra visita: ese ritmo pausado y esas calles por las que paseaban principalmente los vecinos.
Una antigua colonia portuguesa en Uruguay: la historia de Colonia del Sacramento
La tranquilidad no ha sido precisamente una constante en la historia de Colonia del Sacramento. Desde que el maestre de campo Manuel de Lobo fundara la que llamó Nova Colonia do Santíssimo Sacramento en 1680, no hizo más que cambiar de manos –ya fuera por la fuerza de las armas o de los tratados internacionales–.
¿Sabías que…?
Colonia del Sacramento fue el primer asentamiento en lo que hoy es Uruguay. A pesar de considerarse zona española, el príncipe don Pedro de Portugal quería fundar una ciudad en los dominios del país vecino para aprovechar las posibilidades de comercio y contrabando con Buenos Aires.
Desde el mismo momento de su fundación, la colonia se convirtió en objetivo para la Gobernación del Río de la Plata, española, que intentó conquistarla media docena de veces. Lo consiguió en varias ocasiones pero, por uno u otro motivo, siempre acababa volviendo a manos portuguesas. Con tantas idas y venidas, llegó a ser colonia independiente durante diez años, entre 1705 y 1715, e incluso británica.
En manos portuguesas fue centro negrero y de contrabando. Como sucedía en esas islas dominadas por piratas y corsarios en el Caribe, sus habitantes no eran las mejores personas que uno pudiera echarse a la cara. Lo dicho, nada que ver con la tranquilidad de hoy en día.
Turismo en Colonia del Sacramento, qué ver y qué hacer
Es evidente que cuando uno piensa en viajar a Colonia del Sacramento piensa en su casco histórico: una mezcla de arquitectura colonial portuguesa y española. Aunque hoy vemos que sus playas se han hecho muy populares entre sus visitantes. Lo que no es tan conocido es que hasta los años ‘70 del siglo pasado ese casco histórico era un lugar abandonado y con una fama peor incluso que en época de comercio negrero y contrabando. Nadie se atrevía a pasar por sus calles de noche y pocos se animaban a hacerlo de día. Tampoco tenía sentido: eran mayoritariamente ruinas sin valor.
Así que, sí. Si te parece que todo está en buen estado y que es casi increíble que tenga más de tres siglos de antigüedad, enhorabuena. Mucho de lo que se ve está restaurado cuando no directamente reconstruido. Pero… la belleza de Colonia del Sacramento no está siempre relacionada con la edad de sus construcciones.
La muralla y la puerta de la ciudadela, la entrada al barrio histórico
Entre otras partes, toda la muralla de la ciudad fue reconstruida. La puerta de la ciudadela, también llamada puerta del campo, estaba ahí desde 1745… pero no en 1968 cuando comenzaron los trabajos para recuperar el centro histórico de Colonia del Sacramento. Eso sí, se utilizaron algunas piedras originales que se encontraron en la zona. Y, ¡no se puede decir que les haya quedado mal!
La calle de los Suspiros, el rincón más fotografiado de Colonia del Sacramento
Una vez superada la puerta del campo y caminando por la calle Henriquez de la Peña, te encuentras a la izquierda con la calle de los Suspiros, casi callejón por su pequeño tamaño. Sin duda es la seña de identidad de Colonia del Sacramento y la foto que no puedes dejar de llevarte de recuerdo.
Los colores de las casas que la flanquean, las piedras de cuña que forman su pavimento, la prohibición a los coches de “mancillarla”… La calle de los Suspiros se mantiene tan en forma como cuando se fundó Colonia del Sacramento y, por eso, no deja de ser escenario para películas de época.
¿Sabías que…?
El nombre original de la calle de los Suspiros era Ansina. No se sabe en qué momento cambió de nombre ni el motivo, aunque hay varias leyendas. Desde la que habla de que los condenados a muerte pasaban por esa calle suspirando camino de su ejecución, hasta la que recuerda la gran cantidad de prostíbulos que había en la calle a la que los marinos iban nada más pisar tierra firme suspirando ante las promesas de placer.
Pasear por el casco histórico
Más allá de la calle de los Suspiros, no hay que dejar pasar la ocasión de callejear por el interior de la muralla de Colonia del Sacramento. No sólo las antiguas casas, las calles empedradas o las ruinas –echa un vistazo a las de la Casa del Gobernador–, también los talleres de artistas y artesanos merecen una parada en tu recorrido por la ciudad.
De hecho, gracias a ellos tendrás ocasión de ver el interior de alguna de esas edificaciones con siglos de historia –la única casa visitable en la calle de los Suspiros es una galería de arte–.
No podrás evitar sorprenderte con los coches antiguos que te irás encontrando en tu paseo por el casco histórico. Grandes reliquias que le dan un toque a La Habana convertidas en obras de arte, jardines sobre ruedas o simple decoración. Porque en Colonia del Sacramento el arte no está sólo en las galerías. Fíjate también en los grafitis que decoran algunas de sus paredes.
La Basílica del Santísimo Sacramento, la más antigua de Uruguay
Caminando por la calle Portugal, llegarás a la Basílica del Santísimo Sacramento. Nada en el edificio te hará pensar que estás ante la iglesia más antigua de Uruguay. Es, en realidad, un templo del siglo XIX, pero construido donde se alzó una pequeña iglesia el mismo año de la fundación de la ciudad.
Más allá de la curiosidad histórica, tampoco destaca particularmente, pero casi llama la atención encontrar una iglesia así de sobria en Sudamérica.
Subir al faro de Colonia del Sacramento y ver la desembocadura del Río de la Plata
118 escalones te separan del mirador del faro de Colonia del Sacramento y de las vistas sobre el casco antiguo de la ciudad. Lo que ves a sus pies son las ruinas del convento de San Francisco: las ruinas más antiguas del país fechadas entre 1696 y 1704. El faro no es tan antiguo, se construyó a mediados del siglo XIX, y todavía sigue en funcionamiento.
Lo que verás al otro lado del barrio histórico es la desembocadura del Río de la Plata y, más allá, Buenos Aires. Seguro que te sorprenderá el tono marrón del agua del Río de la Plata. A pesar de tener ese color, no se trata de un río contaminado: son los sedimentos que va arrancando a su paso los que le dan ese aspecto.
Disfrutar de la puesta de sol junto al Bastión de San Pedro: el atardecer que tienes que ver en Colonia de Sacramento
Muy cerca del faro, junto al Bastión de San Pedro, no te puedes perder la puesta de sol sobre el Río de la Plata con la isla de San Gabriel en primer plano. Cuando fuimos nosotros pudimos disfrutarla casi en soledad, acompañados de unos pescadores que buscaban las últimas capturas desde las rocas.
Otra opción para puesta de sol, que nosotros no probamos, es desde el puerto con los barcos meciéndose sobre las aguas doradas por la luz del atardecer del Río de la Plata.
Comer un chivito en un puesto callejero
Vaya por delante que el chivito no es el plato típico, ni siquiera el bocadillo típico, de Colonia del Sacramento. Lo es de todo Uruguay, de hecho fue inventado en Punta del Este. Pero, como decía al principio, Colonia fue nuestra puerta de acceso al país y a toda su gastronomía. Además de que no dejamos de encontrar puestos ambulantes de chivitos en nuestro camino al barrio histórico que acabaron por abrirnos el apetito.
Describir el chivito es algo verdaderamente complicado: es un sándwich de carne con patatas fritas y casi todo lo que uno se pueda imaginar. Para empezar, mayonesa, para continuar huevo frito, jamón cocido, queso, bacon, guisantes, maíz… Y, si te gusta la verdura, lechuga, tomate, pimiento… Todo cabe en un chivito. Hay otra variedad que se sirve en plato, chivito al plato –no le dieron muchas vueltas al nombre–.
Cómo llegar a Colonia del Sacramento: del barco al bus
A Colonia del Sacramento se puede llegar de dos formas: por agua y por tierra.
Desde Argentina, concretamente desde Buenos Aires, se puede viajar en barco. Ferris que van y vuelven desde la capital argentina hasta la uruguaya haciendo una parada en Colonia –una hora de viaje los más rápidos–. Antes de la supresión del dólar blue, eran muchos los argentinos que lo tomaban cada día con la intención de acercarse a los cajeros automáticos de la ciudad para sacar dólares. En los cajeros se puede elegir sacar pesos uruguayos o dólares estadounidenses. Como comentamos en nuestros consejos para viajar a Argentina, es necesario tener un billete de salida del país para poder embarcar en el avión, en nuestro caso fue el billete de BuqueBus, pero hay más compañías como Colonia Express.
Por tierra se puede llegar a Colonia del Sacramento en autobús desde Montevideo en unas dos horas y media. También se puede llegar a otras ciudades uruguayas en autobús directo.
Dormir en Colonia del Sacramento: hoteles, albergues, apartamentos…
La afluencia de turismo ha elevado la oferta de alojamientos en Colonia del Sacramento y ampliado su variedad. Desde económicos albergues en antiguas casonas coloniales hasta hoteles de lujo como el Radisson Colonia Del Sacramento Hotel, todo en o a pocos metros del barrio histórico. Más allá, cerca de las playas del norte, también puedes encontrar grandes cadenas y hoteles de playa en los que alojarte. Aquí puedes ver los precios y disponibilidad de los hoteles en Colonia del Sacramento.
Mapa de los lugares de interés que hay que ver en Colonia del Sacramento
Aquí tienes un mapa con todos los lugares de los que hemos hablado para que no te pierdas ni uno.
Un pequeño pedazo de historia, recuperado en el siglo XX para que puedas disfrutar de él, eso es Colonia del Sacramento y se merece que lo visites.
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