La historia parece luchar por salir por cada pequeño agujero del suelo de Atenas. La cuna de la civilización occidental recuerda a sus visitantes su estatus, su importancia en nuestra vida. Sí, en la nuestra, la que vivimos miles de años después de su apogeo y caída. Como no se puede visitar la capital griega sin hacer ese repaso a su legado, la visita al Museo arqueológico nacional es imprescindible: por poco tiempo que tengas no puede faltar entre las cosas que tienes que ver en Atenas.
Como visitar la Acrópolis, recorrer más de diez mil años de historia en los pasillos, salas y vitrinas del Museo arqueológico nacional de Atenas es una obligación. Todo lo que verás en él se encontró en Grecia, bueno, en el territorio de la actual Grecia, porque el país no tiene esos diez mil años de antigüedad. Todo, excepto la colección egipcia y de Oriente Próximo.
Origen del Museo arqueológico nacional de Atenas
El afán arqueológico del siglo XIX en Europa llevó al descubrimiento de miles de piezas en la ciudad de Atenas y sus alrededores. Tantas, que se forjó la idea de crear un museo para protegerlas y exhibirlas. El Museo arqueológico nacional de Atenas se fundó, por orden presidencial, el 9 de agosto de 1893. Su propósito era “el estudio y la enseñanza de la ciencia de la arqueología, la propagación del conocimiento arqueológico y la difusión del amor por las bellas artes”. Después de visitarlo podrás responder lo consigue.
Todo museo necesita un edificio y el arqueológico de Atenas no iba a ser menos. De hecho, el edificio es anterior a la creación oficial del propio museo. Las obras comenzaron en 1866 y terminaron en 1889. Desde entonces se han añadido salas en el lado este hasta llegar a los 8.000 metros cuadrados de superficie actual.
Organización del museo
Las tres plantas del museo albergan más de 11.000 piezas organizadas en cinco colecciones permanentes: la colección prehistórica –con hallazgos prehistóricas del yacimiento de Thera y obras del periodo neolítico, cicládico y micénico–; la colección de esculturas –entre los siglos VII y V a.C.–; la colección cerámica –vasos y objetos menores–; la colección de bronce; y la colección de obras egipcias y de Oriente Próximo –desde el quinto milenio antes de Cristo hasta la conquista romana–.
Por supuesto, no faltan la tienda de recuerdos ni la cafetería –esta última, además, tiene mesas en un patio rodeado de obras de arte–. Como tampoco la zona de estudio y laboratorio, una más que bien surtida biblioteca y una colección de fotografías. Estas últimas salas no son visitables más que para profesionales.
Joyas que ver en el Museo arqueológico nacional de Atenas
¿Quién me iba a decir a mí que diecisiete años después iba a volver a visitar el Museo arqueológico de Atenas? Ese museo que recorrí en pleno Inter Rail por Italia y Grecia casi por obligación –era una de las paradas imprescindibles–, pero que me dejó el recuerdo imborrable de alguna de las maravillas que vi en su interior. ¿Cómo era posible aquella perfección en obras del siglo V a.C. y anteriores? ¿Cómo podían haberse conservado hasta nuestros días?
La máscara de Agamenón, la leyenda en oro
Es difícil elegir una obra entre todas las que ver en el Museo arqueológico nacional de Atenas… pero, la máscara de Agamenón estaría, sin duda, entre mis favoritas. Y no tengo un gusto raro porque es también una de las más célebres. Se trata de una lámina de oro usada como máscara funeraria, es decir, que muestra las facciones del difunto en el momento de ser enterrado. Fue encontrada en el yacimiento de Micenas –una especie de tumba de Tutankamón o de tumba del Señor de Sipán por la cantidad de oro y joyas descubiertas– en 1876 por Heinrich Schliemann. Aunque se conoce como máscara de Agamenón, la datación, entre 1550 y 1500 a.C., la sitúa unos 300 años antes del legendario rey griego.
Estando frente a la máscara de Agamenón nos preguntamos por primera vez –y no sería la última en el museo– qué había pasado con la humanidad para que después de 3.500 años no hubiéramos superado la maestría de esos artista.
Kuroi y korai, las estatuas humanas
Mucho antes de que Miguel Ángel asombrara al mundo con la belleza de su David, los escultores griegos esculpían figuras masculinas y femeninas de perfección admirable. Se trata de los kuroi, estatuas de chicos jóvenes desnudos, y de las korai, estatuas de chicas jóvenes vestidas. Hablamos de un periodo que va entre los siglos VIII y VI a.C. Sí, has leído bien, estas maravillas tienen ¡más de 2.600 años!
Los más famosos dentro del Museo arqueológico nacional de Atenas son el kuros de Creso, encontrado en Anávisos, del siglo VI a.C. y el kuros de Sunion, de tres metros de altura y el más antiguo encontrado, del siglo VII a.C. Pero no dejes de fijarte en todos, en sus rasgos faciales, en su musculatura y, sobre todo, en los intrincados peinados que lucen.
Las korai también muestran el virtuosismo de los escultores griegos en los pliegues de sus vestidos y sus peinados.
La estatua de Zeus o Poseidón
Seguimos avanzando en el tiempo y confirmando que, con el paso de los años, se hacían obras que cada vez se acercaban más a la perfección.
La estatua en bronce encontrada en el cabo Artemisio era otra de las piezas que tenía grabada en mi memoria de la primera visita. Recordaba la fluidez y la gracia de ese movimiento congelado por el artista, la precisión en los detalles, la imponencia de su tamaño –2,10 m–… pero me costaba asumir que el recuerdo que tenía de que era del siglo V a.C. fuera real.
Pero sí, era real, tan real como la propia estatua que lleva 2.500 años esperando a lanzar ¿su tridente? ¿su rayo? No se sabe. Se perdió, como sus joyas, en el mar, donde permaneció casi 2.000 años. No fue rescatada hasta 1928, aunque se había encontrado un brazo dos años antes. Así que tampoco se sabe si es Zeus o Poseidón. De lo que no hay duda es de que no podrás evitar alucinar con él.
El jinete de Artemisio
Pero no sólo un dios surgió del mar en el cabo Artemisio: también lo hizo un joven jinete con su caballo. Y surgió para clavarse en tu memoria como lo hizo en la mía. Fundido en el siglo II a.C., se encontró al mismo tiempo que el dios pero en varios trozos que debieron ser reconstruidos en 1971.
Asombro es la palabra que describe lo que sentirás al plantarte delante del niño y del caballo, de sus expresiones de esfuerzo y determinación, de la elasticidad de ese galope… Y, de nuevo, ¿qué ha hecho la humanidad en los últimos dos milenios?
Otras obras que ver en el Museo arqueológico nacional de Atenas
Evidentemente, entre las 11.000 piezas del Museo arqueológico nacional de Atenas hay muchas más maravillas. Algunas no se quedarán en tu recuerdo porque no te parecerán obras maestras –sobre todo comparadas con las anteriores– pero, si te paras a mirar las etiquetas, puede que te lleves unas cuantas sorpresas.
Como con el pensador, esculpido en pleno periodo neolítico, ¡hace más de 6.000 años!; con las figuras de la cultura cicládica del 2800 al 2300 a.C., o con los frescos de Santorini de más de 2.500 años de antigüedad.
Sin llegar a nuestra era, todavía en el 150 a.C., nos encontramos con una joya más: Afrodita, Pan y Eros. Una escultura de mármol en la que Afrodita amenaza a Pan –dios de los pastores y los rebaños y de la sexualidad masculina– con una sandalia mientras Eros vuela entre ellos.
Y aquí no acaba. Un simpático caballo de juguete con ruedas del siglo IV. Esta vez después de Cristo, pero ¿un juguete con ruedas en esa época? Esculturas funerarias, objetos de belleza como pendientes y sujeta pelo, vasijas decoradas…
Es imposible no parar delante de cada una de las piezas. Aunque tenemos que decir que 11.000 son muchas y que, al final de la visita, puede que ya no les prestes tanta atención. A nosotros nos gustan más los museos pequeños, manejables. Pero claro, ¿cómo “resumes” la historia de Grecia en un museo pequeño? De hecho, están estudiando una ampliación porque no pueden exponer sus fondos… y eso que el Museo arqueológico nacional de Atenas es el museo más grande de Grecia. Eso sí, tenemos que decir que tiene una pinta un poco “viejuna”: se nota que los espacios expositivos no se renuevan desde hace mucho tiempo.
Visita el museo arqueológico nacional de Atenas: precio de las entradas, horarios, dirección…
Puedes encontrar información actualizada sobre horarios, precios y exposiciones en la página web oficial del museo (en inglés).
Dónde está: 28is Oktovriou 44
Horario: Abre todos los días de 9.00 a 16.00 excepto los lunes que sólo abre por la tarde, de 13.00 a 20.00. Cierra el 25 y 26 de diciembre, el 1 de enero, el 25 de marzo, el 1 de mayo y el domingo de Pascua Ortodoxa.
Precio: 5 €, según la web, aunque nosotros pagamos 10 € por cabeza a finales de abril de 2017.
Tienes una cita ineludible con la arqueología en la cuna de la cultura occidental: es el Museo arqueológico nacional de Atenas.
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