¿Cuántos “países” conoces dentro de España? ¿Has oído hablar alguna vez del País de los Maragatos? Pues existe y está en Castilla y León, concretamente en el centro de la provincia de León. Es la comarca de la Maragatería y, aunque no la hayas oído nombrar nunca, seguro que te suena su capital: Astorga. Una vez en su Semana Santa y dos veces haciendo el Camino de Santiago no nos han dado para ver todo lo que la ciudad conserva –con una historia que se remonta a los romanos podemos asegurar que hay mucho– pero sí a disfrutar de unos buenos ratos de turismo en Astorga y a dormir en los sitios más inesperados.
Curiosidades de Astorga: la Maragatería
La comarca de la Maragatería está habitada desde épocas anteriores a la dominación romana de la península. Sus primeros pobladores conocidos son los astures –que lucharon contra los romanos–, cuya capital era justamente Astorga –¿sabías que la capital de los astures no estaba en la actual Asturias?–.
A lo largo de la historia han surgido muchas teorías-leyendas sobre el origen del nombre maragato, el habitante de la Maragatería. Desde mauri capti –moros cautivos– hasta mar a gatos –comerciantes que llevaban pescado desde Galicia, el mar, hasta Madrid, los gatos–, pasando por Marc-Hekaat o Mar-kaat –cabalgar en antigua lengua celta–, marabots –una orden sacerdotal del norte de África de los siglos X y XI– o Barag Wata –una tribu del norte de África del siglo VIII relacionada con el judaísmo–.
Turismo en Astorga: centro histórico, plaza mayor y ayuntamiento
Una visita turística a Astorga tiene que comenzar por su plaza mayor, porticada y cuadrada, con el edificio de su ayuntamiento. La plaza y los edificios son del siglo XVIII, pero por debajo están todavía los restos del foro de romano levantado en la antigua Astúrica Augusta.
Qué ver en Astorga: Catedral de Astorga, catedral de Santa María
Junto con el palacio episcopal, la catedral de Astorga es uno de los edificios más reconocidos de la ciudad con su fachada barroca de tres naves y sus “tres” torres –dos torres que se unen al edificio mediante arbotantes–. Muy del estilo de la catedral de León –también en el camino de Santiago–. Si el exterior es impresionante, el interior no se queda atrás con un precioso retablo mayor –y otros menores–, la sillería del coro, la sacristía o el claustro.
Precio: 3,50 € – Entrada conjunta con el palacio episcopal 6 €
Visitas guiadas: Puedes contratar una visita guiada a la catedral desde aquí.
Gaudí en Astorga: el palacio episcopal
Ya os hablamos de que Gaudí no construyó sólo en Barcelona. En Astorga levantó el que probablemente sea el símbolo de la ciudad: el palacio episcopal, muy cerca de la catedral. El antiguo se incendió en 1886 y la amistad que unía al obispo con Antoni Gaudí provocó que fuera el arquitecto catalán el encargado de proyectar el nuevo.
Una mezcla entre palacio de Blancanieves y castillo medieval. Un edificio que, una vez que uno se para a admirarlo, no deja de descubrir elementos que, por separado, jamás imaginaría en un mismo edificio, y formas que parecen desafiar a las leyes de la gravedad pero que son capaces de sostener el palacio.
En su interior, además del propio palacio, está el museo de los caminos.
Precio: 3,50 € – Entrada conjunta con el palacio episcopal 6 €
Fiestas: la Semana Santa en Astorga
A pesar de todos esos posibles orígenes norte africanos relacionados con religiones primitivas o el judaísmo, lo cierto es que uno de los mayores atractivos de Astorga es su Semana Santa, declarada de interés turístico regional y nacional –también declaradas de interés regional son la fiestas de astures y romanos a finales de julio, que nos faltan por ver–. Nuestro paso por la ciudad coincidió con un Viernes Santo y pudimos comprobar el sentimiento que la Procesión de la Soledad –con el canto de las saetas– levanta en Astorga.
La sobriedad y el recogimiento de la Semana Santa de Astorga se remonta al siglo XVI y, hoy en día, son ocho las cofradías que recorren las calles de la ciudad con sus pasos.
El Camino de Santiago en Astorga
Astorga es una de las ciudades más conocidas del Camino de Santiago, por su belleza, por su tamaño –uno no sabe cuánto puede llegar a disfrutar en un supermercado hasta que deja de haber– y porque su cercanía a Santiago de Compostela hace que casi todos los peregrinos atraviesen sus calles. En mi caso han sido dos las veces que he seguido las conchas del santo por sus calles camino de la plaza del Obradoiro.
Gastronomía en Astorga
Un clima duro y un trabajo aún más duro han dado como resultado una cocina fuerte tanto en sabores como en calorías cuyo máximo exponente es el cocido maragato, pero también delicatessens como la cecina o el chocolate tienen lugar en la gastronomía maragata.
El cocido maragato y donde comerlo en Astorga
Si nunca has probado el cocido maragato, tienes que hacerlo. Un plato contundente, como cualquier cocido en España, pero que cuenta con la particularidad de que se sirve en el orden inverso: primero la carne –chorizo, morro y oreja de cerdo, paletilla, huesos de caldo, gallina, tocino, carne de vaca, morcillo, cecina… en algunos casos hasta 12 tipos de carne–, luego los garbanzos –con las verduras, patatas y berzas básicamente– y, finalmente, la sopa.
El dicho del cocido maragato es que, «de sobrar, que sobre sopa» –aunque esto puede ser una leyenda–. Nosotros lo probamos muy cerca de Astorga, en el parador de León, pero no en la ciudad. Aún así, si estás buscando restaurantes en Astorga donde comer cocido maragato, puedes guiarte por la asociación gastronómica El Borrallo, que tiene el objetivo de conservar las tradiciones de la cocina maragata. De ella forman parte restaurantes como el del hostal La Peseta, el Tritón o la Casa Maragata.
La cecina de Léon
El otro elemento típico de la gastronomía de Astorga es la cecina, una especie de jamón de ternera (por simplificar). Una delicia que nos acompañó en formato de bocadillo en Astorga y en la siguiente etapa del Camino de Santiago.
El chocolate en Astorga
Astorga fue una de las primeras ciudades europeas que fabricó chocolate. La boda de la hija de Hernán Cortés con el heredero del marquesado de Astorga propició la llegada del cacao a la ciudad de tierras mexicanas. A partir de ahí, aparecieron obradores y fábricas que popularizaron el chocolate por el resto de Europa. A día de hoy todavía es posible comprar chocolate artesano en la ciudad, aunque ya no hay tantas fábricas como a principios del siglo XX –había 49 fábricas de chocolate en Astorga en 1914–. Nosotros compramos, aunque no visitamos el museo de chocolate de Astorga, el primero de España en su género.
Dormir en Astorga: hoteles, hostales, albergues…
De las dos veces que hemos dormido en Astorga –la tercera fue de paso– en ninguna hemos dormido en un hotel tradicional. La Semana Santa nos obligó a buscar un alojamiento en Astorga poco convencional, mientras que el Camino de Santiago nos llevó a un albergue en la ciudad. De todas formas, en tu visita a la ciudad es mejor que no te la juegues, aquí tienes unos cuantos hoteles en Astorga para que puedas elegir el que más te conviene.
Dormir en una casa sacerdotal en Astorga
Cuando fuimos a Astorga quedó claro el interés turístico de la Semana Santa de Astorga en el hecho de que no encontráramos lugar donde dormir en ningún hotel de la ciudad y de los alrededores hasta…
Todavía no somos capaces de explicarnos cómo acabamos durmiendo en una casa sacerdotal en Astorga, pero, cuando todo lo demás era imposible, encontramos un pequeño papel en su puerta que ofertaba habitaciones. Eso sí, habitaciones individuales, nada de compartir, y con planta de mujeres separada de la de los hombre. Una experiencia completa de Semana Santa aunque, a diferencia de lo que hacían los monjes budistas de Kōya-San en Japón, no nos despertaron para participar en los oficios de la mañana.
Dormir en un albergue de peregrinos en Astorga
En el segundo de los caminos hicimos noche en Astorga, en su albergue municipal. La camaradería de los albergues del camino se vive mucho en el de Astorga, justo al final de una muy pronunciada cuesta que todavía une más a los peregrinos. Pero no es el municipal el único albergue en el que pueden descansar los peregrinos en su camino… y tampoco el mejor –nosotros no tuvimos problema, pero nos comentaron que la limpieza no es muy estricta en sus habitaciones–.
Volveremos a la capital maragata, le tenemos un cariño especial a la ciudad tras nuestro paso en nuestro Camino de Santiago –aunque los problemas de tendinitis de Sara empezaran allí– y la experiencia de dormir en la casa sacerdotal. Además, nos queda mucho que ver en Astorga, empezando por todo su patrimonio antiguo con la ruta romana.