Nos gustan los retos. Al fin y al cabo dejamos nuestros trabajos para irnos de viaje sin billete de vuelta por Sudamérica y la Antártida, ¿no? Y luego hay retos más sencillos pero que también da gusto aceptar. Desde la web de alquiler para alojamientos vacacionales Villas.com, nos propusieron el “reto” de hacer la maleta e irnos durante un fin de semana –dos noches entre semana en nuestro caso– a cualquier destino de España, en un viaje completamente espontáneo: nuestro #instantParadise. Ellos nos invitaban a conocer uno cualquiera de sus alojamientos y nosotros decidiríamos fechas y destino. Vale, este reto es muy fácil, así que está claro que aceptamos, ¿no?
Finalmente nos decidimos por la vall de Boí –el valle de Bohí en castellano–, en Cataluña… en pleno agosto, ¡sí, somos así de masoquistas!.
La primera parada en nuestro recorrido fue Barruera, donde está la oficina de turismo de la vall de Boí. Nada más hacernos con los mapas, fuimos a visitar la iglesia de Sant Felix de Barruera y a dar el primer salto.
Pronto hablaremos más en profundidad de este fantástico destino, por ahora os contamos nuestra experiencia con la reserva y os dejamos de aperitivo 5 postales comentadas de la vall de Boí, ¡una incluso animada!
Nuestro destino: la vall de Boí
Lo más complicado sin duda de este reto fue… ¡elegir un destino para nuestro viaje! No somos muy de organizar sino más bien de improvisar, así que tomar una decisión, aunque sólo sea sobre el destino, nos cuesta. Hay muchos destinos en España que tenemos pendientes pero, después de unas idas y venidas de ideas entre nosotros y en las redes, nos decidimos por la vall de Boí, en Cataluña, un sitio que queríamos visitar desde hace muchos años y que, con nuestra vuelta al mundo de la conducción –en el viaje a Midi-Pyrénées–, era estupendo para dos noches. Iglesias románicas declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO, los paisajes del Pirineo en el parque nacional de Aigüestortes, el clima fresco del Pirineo leridano lejos del calor de Madrid… sí, ¡era el sitio ideal!
Nuestro piso de Villas.com estaba en Taüll, a donde fuimos tras visitar Barruera. Esta vista, con el pueblo y las iglesias de Sant Climent -en primer plano- y de Santa María -se ve el campanario al fondo-, es desde la carretera que une el pueblo con el resort de esquí de Boí-Taüll.
La experiencia de la reserva con Villas.com
Una vez decidido el destino, fuimos a buscar nuestro piso de alquiler vacacional en la web de Villas.com. El buscador es muy parecido al de Booking.com, ya que Villas.com es parte del grupo de Booking, y, será que es que estamos muy acostumbrados a él pero nos parece genial. Es muy intuitivo y da un gran detalle sobre las características de los hoteles –nosotros por ejemplo siempre buscamos que tenga wifi y estén bien posicionados–, en este caso pisos, que se pueden ordenar por precio, o por la puntuación que han dado los huéspedes que han reservado y realmente han dormido ahí con anterioridad (Villas comparte puntuación con Booking). Otra gran ventaja es que no es necesario buscar en una ciudad exacta sino que se puede buscar por área, en este caso, por ejemplo por “vall de Boí”. Eso viene genial porque muchas veces se está abierto a mirar en zonas y regiones más amplias respecto a cuando se busca un hotel. Otra cosa que nos gustó es la información sobre servicios y cosas que ver y hacer en el entorno: distancia de restaurantes, cafeterías, supermercados, atracciones turísticas, etc.
Los retablos pintados al fresco de las iglesias románicas de la vall de Boí fueron retirados a principios del siglo XX y llevados a un museo en Barcelona. En algunas hay reproducciones, pero en Sant Climent de Taüll se utilizan proyectores para recuperar la escena completa cada hora.
No sólo de arte románico -y eso que hay mucho- vive la vall de Boí, también de naturaleza. Si en invierno es la nieve y el esquí, en verano son los lagos y el senderismo. Tras una caminata de hora y media se llega al estany Llong dentro del Parque Nacional Aigüestortes.
La experiencia en el piso en Taüll
Otra ventaja de Villas.com es que tiene una cantidad enorme de alojamientos de alquiler vacacional –unos 290.000 en algo más de 24.000 destinos en todo el mundo, ¡que se dice pronto!–. Sólo en la vall de Boí, por ejemplo, tienen más de 360 entre casas rurales, apartamentos, villas, apartahoteles, etc. Eso nos permitió encontrar un piso, a un precio bastante bueno –los apartamentos son siempre más baratos que los hoteles, además de permitirte ahorrar en comida si quieres cocinar– en pleno agosto y reservando con muy poco tiempo. Y de hecho encontramos uno al lado de la iglesia de San Climent de Taüll, la mayor atracción turística de la vall de Boí: los Apartaments La Bordeta. Así pudimos salir a todas horas a hacerle unas cuantas fotos, incluido un mini time-lapse en la hora azul…
Un experimento en formato GIF animado que nos permitimos el lujo de hacer frente a la iglesia románica de Sant Climent de Taüll durante la hora azul, gracias a que nuestro piso estaba a poco menos de cinco minutos andando de ahí.
El sitio está muy bien ubicado, limpio y muy bonito: una gran relación calidad-precio. Los únicos problemas fueron que el check-in empezaba muy tarde (a las 4 de la tarde) y antes no se podían dejar las maletas –pero estaba indicado en la reserva– y que el wi-fi no funcionaba muy bien –no sabemos si es siempre así o si hubo algún problema esos días, estar en el Pirineo entendemos que no ayuda–. Y el trato era un poco seco, ¡sería el estrés por la masificación de agosto!
