Que levante la mano el que no haya visto Tiburón, Jaws, y se haya quedado impactado con la imagen del gran tiburón blanco atacando la jaula con Matt Hooper dentro. ¿Cuánto tiempo pasó hasta volvisteis a entrar en el agua –aunque fuera la bañera– sin tener la sensación de que, en cualquier momento, algo podría tirar de vosotros hacia abajo? No se puede decir que Steven Spielberg hiciera mucho por la conservación de los escualos al presentarlos como unos animales sanguinarios capaces de obsesionarse con los humanos y urdir planes para acabar con alguno de ellos. Pero tampoco fue Spielberg el culpable, la película se basa en una novela de Peter Benchle –que curiosamente llegó a escribir discursos para el presidente Lyndon B. Johnson, ¿de tiburón a tiburón?–. A pesar de que Melville y su Moby Dick ya habían puesto a los cachalotes en el imaginario colectivo, era demasiado pronto para que la película se colara por los resquicios de nuestros miedos primarios.
Llegados a este punto, aunque el miedo a los tiburones sea algo que ha calado en el subconsciente de la humanidad, la idea de meterse en el agua con estos auténticos dinosaurios vivientes también se le ha pasado por la cabeza a mucha gente. No digo que todo el mundo quiera. Seguro que muchos lo han desechado como una locura antes siquiera de pensarlo con tranquilidad. Pero, otra vez, que levante la mano el que quiera vivir la experiencia de Matt Hooper –aunque sin que el tiburón destroce la jaula, por favor–
Nadar con el gran tiburón blanco
Las jaulas de tiburones ya existían, no las inventó Spielberg, y el verlas en una película las popularizó. Lo primero que tenemos que decir sobre la experiencia es que, como siempre que se trata de interactuar con animales salvajes, somos culpables de cambiar sus costumbres. Los barcos que ofrecen esos “paseos” utilizan cebo para llamar la atención del gran tiburón blanco. Sí, igual que en la película, y en los estudios oceanográficos, no vayáis a pensar que hay otra forma de llamar la atención de un depredador que con una presa o con comida. En el caso de las excursiones, al ofrecerse a diario durante la temporada alta, esto hace que los tiburones se acostumbren a ser alimentados y a acercarse a los barcos en busca de comida en lugar de cazarla. Malo para los tiburones. Pero malo también para los humanos que ven como los escualos nadan cada vez más cerca de las playas.
Son varios los lugares en los que nadar con el gran tiburón blanco: Sudáfrica, Australia, Bahamas y Estados Unidos. En cualquier caso, lo que hay que tener claro antes de lanzarse a hacerlo es que la empresa sea seria, que tenga respeto por los animales y que la actividad se lleve a cabo lejos de playas y zonas de baño.
Nadar con el gran tiburón blanco en Sudáfrica
La capital mundial del gran blanco es Gansbaai, en Sudáfrica. Se dice que es allí donde viven los ejemplares más grandes del mundo. En nuestro recorrido por el país africano no podíamos dejar pasar la ocasión. Lo primero que tuvimos que hacer para verlos fue asistir a una charla de seguridad y concienciación antes de acercarnos al muelle: es un animal salvaje, un superpredador y todo lo que quede fuera de la jaula –una mano con una cámara por ejemplo– está totalmente desprotegido. En el barco iban dos médicos, uno de ellos cirujano, pero dejaron claro desde el primer momento que no hay nada que hacer para salvar en alta mar a alguien a quien le han arrancado un brazo… Después de eso, ¿quién puede rechazar el desayuno que ofrecen antes de subir al barco?
Tras una travesía de más de dos horas –ya hemos dicho que es importante estar alejados de zonas de baño– echamos el ancla a la espera de que llegaran las estrellas invitadas. Ya hemos dicho que se usa cebo, carnada, para llamar la atención de los tiburones que haya por la zona en ese momento. En turismo responsable dicen que no debería usarse, pero ¿hay otra manera de atraer a un tiburón?
Cuando llegó el primero se nos heló la sangre. Visto desde el barco, una silueta nadaba alrededor del casco con la característica aleta dorsal fuera del agua. Los cuatro metros y medio del animalito nos hacían pensar que, como en Jaws, íbamos a necesitar un barco más grande. Es el momento de entrar en la jaula, antes nos habíamos colocado los trajes de neopreno. Con tranquilidad, y de cuatro en cuatro, tocamos el agua. Hablamos de un agua a unos 10-12 grados centígrados, agosto es invierno en el hemisferio sur y las corrientes al sur de Sudáfrica no son precisamente cálidas.
¿Te atreverías a meterte en una jaula a la que la sal marina ha carcomido la pintura y quién sabe qué más? De acuerdo, exagero, porque las jaulas son revisadas constantemente, pero lo de la pintura carcomida y un poco oxidada es cierto. Hubo quien, después de haber llegado hasta allí y de haberse mareado en la espera, no se atrevió a dar ese paso y se contentó con ver el animal desde lo alto del barco.
¿Nosotros? Por supuesto que entramos… y tres veces, más que ningún otro en el barco, viendo cara a cara a un par de ejemplares. Ver esos ojos sin vida al lado de los barrotes no nos asustó. La emoción de estar frente a uno de los depredadores más perfectos del planeta, a poco más de medio metro de distancia, hizo que la adrenalina superara al miedo por goleada. Verlo saltar desde el barco sacando dos terceras partes de su cuerpo del agua –momento en que decidieron que poner el techo en la jaula era una buena idea– fue otra de las grandes imágenes para los dos. Aunque para Sara, el momento más impresionante, sin duda, fue cuando el gran tiburón blanco nadó de frente hacia ella hasta casi chocar contra la jaula mientras mostraba sus colmillos. Y no penséis que salió gritando asustada… salió con ganas de volver a entrar y verlo otra vez.
¿Es ético “jugar” así con los tiburones? Hay opiniones para todos los gustos. Para nosotros, ver al tiburón vivo como una fuente de ingresos que ayuda a acercarlos a ellos y a sus costumbres al gran público, y los aleja de los pescadores que buscan sus aletas es un paso importante.
¿Te quieres ir a Sudáfrica? Aquí puedes hacerlo:
- Busca tu vuelo más barato a Sudáfrica aquí
- Escoge el hotel que más te guste al mejor precio en Johannesburgo, Ciudad del Cabo, Hermanus y muchas ciudades más o compara entre varios portales de alojamientos aquí
- Alquila el coche en Sudáfrica al mejor precio aquí.
- Las mejores guías de Sudáfrica aquí.
- Contrata tu tour guiado en Sudáfrica aquí.
- Contrata tu seguro de viaje con un 5% de descuento aquí.