La Paz, la no-capital pero capital de facto de Bolivia, es una de esas ciudades en las que reina un «caos ordenado«. Las calles están siempre llenas, las tiendas abiertas hasta tarde y los vendedores intentando atraer clientes. Hay partes monumentales interesantes por supuesto, pero lo más interesante es recorrerla sin rumbo y vivirla. Aún así, hemos seleccionado, como ya hicimos para Baños, Lima o Arequipa, cinco cosas que hacer para los turistas y viajeros que acerquen por primera vez a la mayor ciudad de Bolivia.
Recorrer el centro histórico a pie
No se puede conocer La Paz sin pasear por las animadas calles de su centro histórico. Pero para conocerla de verdad, lo mejor es hacerlo con un buen guía para empaparse de su historia. Capuri, nuestra guía en el tour de Late Bolivia, fue excepcional. Profunda conocedora de la ciudad y de todo lo que en los siglos «se ha cocido» en ella, os la hará vivir de forma diferente. Primero nos acompañó por la Plaza Murillo, con sus edificios republicanos –el Congreso y el Palacio Presidencial–, la catedral –construida con materiales traídos de Italia–, y la estatua de Murillo –que parece un torero y es que Capuri nos contó que existe una leyenda que cuenta que la estatua de Murillo, tallada en España, se hundió y nunca llegó al puerto de Lima, donde fue sustituida por esta–.
También pasamos por la calle Jaén, ex Kaura Kancha, la única llena de casas de la época colonial. Una de ellas hospeda el Museo del Oro, un pequeño museo con oro Tiwanaku e Inca. También visitamos varios miradores –ahí ya llegamos en vehículo–, para admirar la ciudad en toda su magnitud: el Killi Killi y el Montículo, este último en Sopocachi, muy cerca de nuestro hotel.
Visitar una «chiflera» en el mercado de las brujas de la calle Linares
La calle Linares , en el centro de la Paz, se ha apodado «calle de las brujas» porque era la calle en la que las «chifleras» vendían los diferente tipos de ofrendas utilizadas por los chamanes en sus ritos a la Madre Tierra: de hierbas a bombones y vino dulce pasando por alcohol, cigarrillos y… ¡fetos de llamas! Todavía existe algún puesto de «brujas», uno es el de la señora Chepita que visitamos nosotros, acompañados de nuevo por Capuri.
Así funcionas: tú hablas con ella de cuál es tu problema y ella te prepara todas las ofrendas necesarias para el «ritual». En agosto, el mes de la Pachamama, muchos paceños se acercan a estos puestos. Las «brujas» tienen también amuletos, cada uno con su significado, el monolito ayuda para el trabajo, el sol para la energía, la lechuza para la sabiduría, la pareja para el amor y el cóndor para tener buenos viajes. ¡Por supuesto nos llevamos uno!
Dormir en un hotel boutique en el barrio de Sopocachi: Casa Fusión
Si queréis escapar un poco del caos del centro de La Paz y seguir estando muy cerca, la mejor opción es dormir en el barrio de Sopocachi, el barrio más bohemio de la ciudad, donde están algunos de los mejores hoteles y restaurantes de La Paz. Siempre ha sido el referente artístico y cultural de la ciudad, por acoger a artistas de diferentes tipos, escritores y poetas y hoy en día sigue conservando ese aire tan peculiar que hace que parezca que hayáis salido de la Paz estando sólo a pocos km del centro y a un cuarto de hora en bus.
Allí en Sopocachi se encuentra el Hotel Casa Fusión, un pequeño hotel boutique que nos fascinó. Tuvimos el placer de conversar con su dueño, digno representante de la amabilidad de los paceños. Nos contó que el hotel era la casa de su familia y que en la planta baja ya tenían una pastelería, que sigue estando allí. Los pasteles –que podéis probar también en el riquísimo desayuno– son fantásticos y el hotel y su personal insuperables. ¡Aconsejadísimo!
Comer un sandwich de chola
Ir al Parque «Las cholas» para comerse uno de sus famosos, sandwich de Cholita, es un clásico entre los paceños que también nos descubrió Capuri de Late Bolivia. Se trata de un delicioso bocadillo a base de cerdo (chancho) y se llama así porque son las cholitas quien lo preparan y, al ir allí os encontraréis con una treintena de puestos vendiendo lo mismo. ¿Cómo elegir? Ningún extranjero puede saberlo, es cuestión de tradición y fidelidad a tu cholita. El parque se encuentra a las afueras de la ciudad, en el sur, pero se puede llegar en transporte público y está de camino al Valle de la Luna, otro imperdible de La Paz.
Comprar ropa y accesorios de aventura y trekking en la calle Illampu
Bolivia es el paraíso, sólo comparable a Nepal, para quien busque ropa de trekking barata. Unos precios muy buenos y una calidad bastante buena, aunque no siempre las prendas son auténticas (en algunos casos sí lo son, pero los precios son más altos). Si necesitáis o creéis que vais a necesitar cualquier tipo de prenda o de accesorio de trekking la calle Illampu, en el centro de la ciudad, es vuestro sitio. Tendréis decenas de tiendas entre las que escoger y… ¡se puede regatear!
Y todavía faltaban los alrededores…