Viajamos a Tacuarembó en busca de gauchos y nos quedamos hechizados por la belleza de sus paisajes y la tranquilidad que de estos emana. Sí, Tacuarembó es tierra de gauchos, no es por casualidad que aquí cada año en febrero o marzo se celebre la Fiesta de la Patria Gaucha. En esa celebración, en la Laguna de la Lavandera, al norte de la ciudad, se reúnen gauchos de todo el país, y de los países limítrofes, reconstruyendo campamentos históricos y celebrando la fiesta a través de sus músicas y tradiciones. Nosotros no tuvimos la suerte de llegar en esas fechas y hay que decir que el resto de año la ciudad de Tacuarembó en sí no tiene muchos atractivos para el viajero. Lo más destacable es el pequeño –y gratuito, lo cual siempre ayuda– Museo del Indio y del Gaucho, en el que se encuentran diferentes piezas que documentan la historia indígena del área. Estas tierras pertenecían, antes de la llegada de los conquistadores, a los charrúas y aquí se cuentan sus costumbres. En el museo hay también piezas de vestimentas y armas gauchas. El problema: la falta de explicaciones que acompañen la visita para entender un poco más el significado histórico de lo que se está viendo.
El Balneario Iporá y el Complejo Sepé
El encanto de Tacuarembó, más que en la ciudad, se encuentra en su entorno y lo descubrimos gracias a Silvia, dueña del Complejo Sepé, al pasar una noche ahí. A sólo 7 km del centro urbano, en la zona del Balneario Iporá –por cierto Iporá es guaraní y significa aguas hermosas– la naturaleza es la reina. Es el sitio ideal para pasear alrededor de sus lagos –acompañados por uno de los perros de la zona, en nuestro caso uno nos siguió en todo el recorrido…– descansar y acabar el día con una barbacoa. Aquí todo tiene nombre indígena, incluso el Complejo Sepé, un complejo de ocho acogedoras cabañas con una espléndida vista al lago donde pasamos la noche. El cacique Sepé fue el último superviviente de los charrúas después de la epidemia de viruela que acabó con toda su población en 1854, y aquí recuerdan a ese último representante de la estirpe que dominaba estas tierras.
El complejo Sepé nos pareció el lugar ideal para pasar la noche en la zona de Tacuarembó: un marco incomparable, wifi gratuita –aunque si quieres desconectar del todo no hay más que dejar de usarla– y posibilidad de cocinar y hasta de hacerte una barbacoa. Eso sí, tienes que hacer la compra antes en el pueblo.
Cómo llegar al Complejo Sepé: no hay colectivos (autobuses) desde Tacuarembó, con lo cual, si no vas en coche, sólo puedes llegar en remise –los taxis con precios prefijados, como en Argentina: cuestan unos 160 pesos uruguayos– o, como nosotros, en autostop: es bastante fácil ya que en la zona hay un pequeño pueblo y la gente baja a la ciudad con frecuencia para hacer compras.
El Valle Edén
Para disfrutar de la naturaleza en estado puro, nada mejor que el Valle Edén. A unos 20 km de Tacuarembó, aquí el tiempo se paró a mitad del siglo XX, cuando todavía funcionaba su estación de tren, que un par de vagones oxidados y un viejo cartel siguen recordando. Alrededor de la estación se encuentra el pueblo, unas pocas casas esparcidas en un valle habitado por campesinos y gauchos que llevan sus hijos a la escuela local, donde sus 7 alumnos de diferentes edades comparten maestra. Curioseando en la zona acabamos por entrar en la escuela, y los niños nos recibieron levantándose y dándonos todos un beso a cada uno. La maestra les pidió que indicaran en el mapa del aula España e Italia y, jugando a «frío, frío, caliente, caliente», los localizaron rápidamente.
Enfrente de la escuela se encuentra el Museo Carlos Gardel. ¿Y por qué aquí, en una zona de sierras perdidas en medio de Uruguay? Porque justamente aquí habría nacido el «zorzal criollo», el más famoso cantante y compositor de tango de la historia. En el museo, por lo visto, se exhiben documentos que sustentan esta versión, una de las tres existentes, ya que Argentina y Francia luchan también por ser el lugar de nacimiento del artista. Nosotros no somos grandes fans de Gardel, así que no entramos en el museo y preferimos disfrutar de su apacible entorno. Alejandro, de la Posada Valle Edén, nos habló de los atractivos naturales de la zona y nos dio un mapa para ayudarnos a llegar hasta el pozo hondo, un salto de agua que termina en una profunda poza que por lo visto es espectacular.
Digo «por lo visto» porque la verdad es que no lo encontramos, pero bueno, la caminata con el mirador del valle y la compañía de aves, ñandúes y las omnipresentes vacas mereció la pena. Hay muchos otros paseos, como el que lleva a las marmitas –formaciones rocosas similares a ollas, creadas por la erosión del agua– pero no pasamos la noche en el pueblo y no nos dio tiempo para todo: oscurecía y había que volver. Fue allí cuando, creyendo que se trataba del «ómnibus», el autobús a Taciarembó, paramos un camión que nos volvió a llevar a la ciudad. Nuestra primera experiencia de autostop que nació por casualidad y que fue de lo más reveladora…
Cómo llegar al Valle Edén: si no vais en autostop, hay autobuses desde Tacuarembó, sólo unos cuatro al día, así que hay que informarse bien en la terminal de autobús.
El campo, los gauchos, las vacas, las vacas, las vacas…
En la ciudad de Tacuarembó no encontraréis a muchos gauchos. Nosotros hablamos con uno que había ido al hospital, por caerle encima su caballo, y nos contó muchas historias interesantes. Lo que más nos sorprendió es que nos dijo que en su familia no se comía carne de vaca sino de oveja, ellos se dedicaban a la cría de estos animales y la carne de vaca la comían muy de vez en cuando…
Para ver gauchos lo mejor es moverse por los campos cercanos a Tacuarembó, nosotros por ejemplo vimos algunos en la carretera, camino de Salto junto con una cantidad increíble de vacas. No por nada Uruguay es país con la mayor cantidad de vacas por habitante del mundo, ¡con más de 3,8 por habitante! En el país hay algo más de tres millones de habitantes y unos 14 millones de vacas, ¡wow!
También existe la posibilidad de alojarse en una casa de gauchos y que te preparen un «asado», etc. pero es bastante caro y está montado para turistas… En cualquier caso os pasarán el contacto en la oficina de turismo de Tacuarembó, en la estación de autobuses.