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¿Safari?

Miércoles, 22/06/2011 (1)

No necesitamos más que diez minutos desde que suena el despertador hasta que salimos del hotel. Hicimos bien en pagar ayer cuando volvimos de Pushkar porque a esta hora no hay nadie por ninguna parte. La opción de irse sin pagar puede ser tentadora, pero en todos los hoteles cogen tus datos nada más llegar y no es buena idea acabar con un lío a la hora de coger el avión de vuelta a España.

El hecho de que el primer tuctuc al que le preguntamos nos pida 30 rupias nos deja claro que la estación está muy cerca. Le regateamos hasta 20, más podríamos haberlo hecho. Sara no está muy conforme. Estamos muy cerca y le parece que no merecía ni la pena cogerlo. Tiene razón. Ayer fue hasta aquí hasta donde llegué corriendo y podríamos haber venido andando tranquilamente.

El tren está en la vía número 5. En el de hoy no hay listados con los nombres de los pasajeros con sus asientos correspondientes, pero somos capaces de llegar sin problemas. Pero antes de que llegáramos nosotros han llegado otros y nos han ocupado el sitio. Los nuestros y los de enfrente. Al mismo tiempo que hemos subido nosotros han subido dos indias. Sus asientos son los otros dos ocupados y, gracias a ellas, que hablan algo de inglés, nos conseguimos sentar. Echan a los ocupas y liberan nuestros asientos y los suyos.

Tenemos la cama de arriba y la de en medio. En la de abajo parece que no hay nadie. Por ahora bajamos la de en medio para ir sentados. Así podremos leer la guía y organizar las visitas, Jaipur tiene muchas cosas que visitar, y decidir el hotel en el que vamos a intentar alojarnos. Esto nos ocupa muy poco tiempo y a las 7.30 volvemos a subir la cama y nos tumbamos a descansar.

Como cada vez que hemos llegado a una estación de tren nos encontramos un montón de conductores que están dispuestos a llevarnos a donde queramos nosotros, y algunos a donde quieran ellos, si seguimos sus sugerencias. Ya hemos decidido que lo vamos a intentar en el Pearl Palace Hotel, es la elección estrella de la guía, además de tener uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Lo que también pone en la guía es que se recomienda reservar con antelación… pero hemos encontrado a tan pocos turistas hasta ahora que confiamos en conseguir habitación.

El hecho de que haya muchos conductores es bueno, porque nada más bajar del tren el monzón ha llegado a la ciudad. Eran cuatro gotas, gordas eso sí, cuando hemos bajado del tren, pero al pasar el puente que cruza las vías la cosa ha ido a peor. Suerte de techo de chapa, pero por el ruido está claro que habrá que usar el chubasquero si queremos salir. O si podemos.

Para cuando llegamos al hotel se ha vuelto a calmar y son otra vez cuatro gotas. Hemos tenido suerte, cuando el monzón empieza las lluvias pueden durar horas y hasta días. Por un momento nos temimos que el viaje terminara aquí.

El hotel está todo lo bien que la guía dice. Nos comentan que tienen habitaciones con y sin aire acondicionado, como todos. Les pedimos verlas antes de decidir y no llegamos a ver más que la de sin. Todas las noches acabamos apagándolo así que nos vale un ventilador que refresque el ambiente. Serán 900 rupias la noche. Al decirle que estaremos dos noches y pedirle un descuento nos dice que ya está bastante rebajada y que dos noches son 1.800. Por otra parte nos dice que tenemos suerte, que para dos noches tiene sitio, pero que a partir de la tercera están llenos.

El tuctuc ha tardado un rato en llegar hasta aquí y esto es una especie de zona residencial alejada del centro. Los conductores lo saben y hay siempre un par de tuctucs en la puerta. No le podemos decir que nos lleve a ningún sitio conocido. En esta ocasión sí que dependemos de ellos. Les pedimos que nos lleven a una agencia de viajes. Nos dice que hay una muy cerca y tiene razón. Enseguida estamos allí.

Como agencia de viajes deja mucho que desear. No venden billetes de tren, ni como en Pushkar que lo hacían con la misma página que un particular. Lo que sí hacen es organizar los safaris. Como ya hemos leído hay dos tipos, en camión (unas veinte personas) y en jeep (seis plazas). Vimos los precios por internet y la disponibilidad y, a la vista de lo que nos piden, es evidente que nos quieren timar. Su precio son 1.200 rupias cada uno en camión, el “oficial” son unos 450-500 rupias por cabeza en camión. Ya puestos a gastar un dineral nos ofrece alquilar un coche para ir hasta allí, ya que no vende billetes de tren. Por el coche nos pide 9.000 rupias. Si queremos que después nos lleve a Delhi habría que pagar más.

Esto es peor que los conductores cuando tratan de engañar al turista. Aquí tienen montado todo un negocio disfrazado de agencia de viajes para timar de una forma exagerada a la gente. Cobran casi tres veces el precio normal para turistas, y seguro que ellos pagan el precio para locales (en el caso del safari un indio paga unas 300 rupias por ir en camión). Por otra parte, parándonos a pensarlo no es algo muy distinto a lo que se hace en Europa. Aunque allí ofrecen algo más, te organizan un viaje sin que tengas que estar pendiente de nada y te cobran por esa comodidad. Aquí sólo te dan lo mismo que podrías conseguir tú por tu cuenta, pero reservándolo antes.

No sabemos lo que hacer. Nos gustaría ver el tigre pero la cosa se está complicando por momentos. Vimos en internet que habría plaza para el viernes, el día que pensamos hacer el safari, pero queremos tenerlo asegurado antes de llegar allí, no vaya a ser que se llene y hagamos un viaje para nada. Por otra parte hemos tenido suerte. El parque cierra desde julio a septiembre, el monzón, así que llegamos por los pelos.

El siguiente sitio al que entramos se vende como oficina de turismo. La idea es preguntar e informarse, no sabemos si podremos comprar nada. Aquí sí que se pueden comprar billetes de tren. Hay un recargo por cualquier operación de 100 rupias, lo que teniendo en cuenta que el billete de segunda clase sin aire acondicionado, sleeper, cuesta 150, encarece el precio total un 33% de comisión. Pero son sólo 100 rupias, está bien claro en la pared y no hay otra forma de llegar a Sawai Madhopur. Lo que aquí no gestionan es el safari. Llaman a uno que los organiza y le devuelven la llamada. El precio son 1.100 por cabeza. Otro robo a mano armada.

De todas formas decidimos comprar los billetes de tren. Si conseguimos cerrar el safari iremos, y si no, perderemos los menos de seis euros del tren. En la guía hablan de la oficina  RTDC (Rajastan Tourism Development Corportation Ltd.), forma parte de la red de hoteles del gobierno. Hay uno en Sawai Madhopur y allí se pueden reservar directamente los safaris. En Jaipur tienen una oficina. El de la oficina de turismo nos indica cómo llegar, está cerca, y cruzamos los dedos.

No sé cómo, pero Sara ha visto un pequeño cartel al otro lado de la calle en el que pone RTDC. La oficina está medio oculta por árboles y separada de la calle por una valla y bastante césped. Podríamos haber pasado por aquí mil veces y no verla, pero la suerte está de nuestro lado.

Los de la oficina, que hablan inglés, están sentados tranquilamente detrás de una mesa y no se muestran muy colaboradores cuando les pedimos que nos confirmen la noche de hotel y el safari. Nos vienen a decir que no hay problema y que allí lo podremos cerrar todo. Seguro que podremos, pero no nos la queremos jugar. Cuando se dan cuenta de que no nos vamos a ir sin que se pongan en contacto con el hotel, uno de ellos saca un móvil y llama. Después de un rato en hindi cuelga y nos dice que no habrá problema, que podemos ir. Está claro que no nos estamos entendiendo. Queremos algo más que un «no hay problema». Con poco interés, pero con muchas ganas de que nos vayamos de allí, vuelven a llamar y le pasan el teléfono a Sara para que confirme todo.

Será una habitación sin aire acondicionado, ya nos hemos dado cuenta de que no merece la pena, y un safari en jeep. Lo del jeep está en el aire, nos dice que tratará de reservar uno, pero que si están llenos no habrá problemas para ir en camión. No habrá problemas de plazas, pero no nos hará ninguna gracia. Eso sí, el safari son 950 los dos. Saldremos en el primero de ellos, hay un safari a las seis de la mañana y otro a las tres y media de la tarde, para poder irnos pronto.

Ya veremos, una vez allí, cómo hacerlo. Todos los trenes a Delhi están llenos, todas las clases…

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