Miércoles 24/03/2010 (4)
A las doce menos veinte ya estamos en el restaurante. Forma parte de un club de golf. El campo se ve desde la ventana, 18 hoyos, pero la hierba es casi inexistente. Kuenzang nos dice que no juega al golf todavía. Aquí no es un deporte caro como en Europa.
La comida consiste en arroz del país (el rojo), el pollo de todos los días, una especie de rollitos de primavera con verduras y mucha cebolla, ensalada con semillas de sésamo, espinacas con salsa picante, ternera metida en una masa con muchas especias y chile para acompañar y las verduras de todos los días. Nos dijeron que las espinacas no picaban demasiado, pero como casi todo lo demás pica como el infierno.
Aquí también tienen tienda con banderines de papel con la rueda de la vida budista. Lo que pasa es que también cuestan más de cien euros, además de que son demasiado grandes para colocarlas en ninguna parte de casa. Las libretas y los cuadernos de dibujo no son muy caros pero luego no sería capaz de utilizarlos, soy más de folios usados de impresora. También tienen papel de regalo, pero si no hay regalo que envolver.