Jueves, 27/08/2.009 (2)
A Table Mountain. La montaña es casi vertical. Los coches suben hasta la entrada del funicular, o el comienzo de la ruta (unas dos horas de subida). Nuestro taxista nos deja en la taquilla y nos pregunta qué pensamos hacer después, nos da su tarjeta para que le llamemos cuando queramos bajar y nos lleva a Camps Bay para que podamos ver la puesta de sol. Camps Bay es la playa del oeste. No tenemos teléfono, nos dice que podemos usar las cabinas o pedirle a alguno de las tiendas que le llame y que él vendrá a recogernos.
La subida en teleférico es cara, 145 rands ida y vuelta, pero hay que reconocer que impresiona bastante.
Hemos subido antes de las dos y el sol baja sobre las seis. No tenemos intención de estar aquí tanto tiempo y tenemos que comprar el billete de BazBus para ir a Hermanus pasado mañana, así que bajamos e iremos al hostal antes de la puesta de sol. Los taxis para bajar no están con el taxímetro y tratamos de regatearles. No es fácil ajustar el precio tanto como quiere Sara (de hecho luego comprobamos que ya nos habían ofrecido menos de lo que era el taxímetro) y seguimos andando. Una pareja que ha oído que vamos al Ashanti y que también va para allá nos ofrece compartir el taxi. Aceptamos.
En el hostal lo primero que nos dicen es que la reserva para la excursión por el cabo la habíamos hecho para el 28, pero de septiembre. No hay problema y ya nos la ha cambiado para mañana. Lo siguiente es el bus. Nos cuenta que podemos cogerlo desde Ciudad del Cabo hasta un destino concreto ida y vuelta o coger uno libre de siete días de duración. Siendo nuestro destino (aunque no sabemos si llegaremos) Plettemberg’s Bay no nos merece la pena el de siete días. Es muy caro, unos 1.300 rands por cabeza (unos 120 euros) pero todo el mundo dice que es la mejor manera.
Llama para reservar y nos rellena los billetes con la vuelta abierta. Hemos visto en todas partes que la publicidad del BazBus es sube y baja cuando quieras, pero resulta que sólo hay uno diario y que si bajas en una ciudad ya no puedes salir de ahí hasta el día siguiente. No sabemos si nos hemos enterado de esto demasiado tarde, tenemos que mirar lo que pensábamos hacer y el horario de esto para ver si se ajusta. Pero ya está comprado.
Salimos a buscar un super-mercado, la cocina está al lado de nuestra habitación y en este edificio sólo hay cuatro habitaciones más. Está a dos calles, es muy grande y muy bien de precio. Cierra a las nueve de la noche así que volveremos después de la puesta de sol a comprar algo, hemos visto unos pollos asados con muy buen aspecto.