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Sudáfrica (II)

Domingo, 23/08/2.009 (2)

Cuando parece que todo está perdido, incluyendo nuestro tour por Soweto que salía a la una y ya son las doce y cuarto, aparece uno con un cartel del hostal y con un “SARAH” escrito. Nada más llegar y ya le han hecho un regalo a Sara, un «H». Nos vamos con él.

No nos da mucha conversación, aunque sí que está informado de que tenemos la excursión a Soweto. Camino del hostal vemos que todas las casas tienen vallas con alambre de espino y carteles de empresas de seguridad que amenazan con disparar a los intrusos, y eso que estamos en una de las zonas tranquilas de la ciudad. Ya en el hostal nos ofrecen varias habitaciones a elegir: una con dos camas y sin baño, otra con una cama y sin baño y otra con una cama de matrimonio y una litera con baño. La idea era cogerla con baño, pero viendo que está todo vacío y que el baño está al lado nos quedamos con una de baño compartido. La primera elección es la de cama grande, pero tiene una ventana al pasillo que no hay manera de cerrar, así que cambiamos a la de dos camas que parece más segura.

A todo esto el tour saldrá casi cuando queramos, porque somos los únicos (a pesar de que antes nos dijo que a la una y media). Cogemos una camiseta de manga larga, por si acaso, y nos vamos. La temperatura es muy agradable, incluso hace calor aunque Carmela nos hubiera dicho que la temperatura estaba bajo cero. De todas formas, la gente va con polar y gorros de lana, lo que hace la costumbre de pasar calor.

Las townships son, en general, lo que en España se conoce como un municipio. Pero aquí en Sudáfrica tienen una connotación especial, se refieren a zonas de segregación, ciudades en las que los no blancos estaban obligados a vivir durante la época del apartheid. Durante el día podían entrar en las ciudades de blancos y trabajar, pero no podían dormir en ellas. De esta manera cerca de cada gran ciudad nació un suburbio pobre donde vivían tanto los que tenían trabajo, como los que se acercaban a las ciudades en busca de uno. Son zonas sin ningún servicio (agua, luz, recogida de basuras, etc.) y la mayoría de las casas no pasan del nivel de chabola con tejado de chapa. Caído el régimen del apartheid cada uno puede vivir en cualquier zona (que su dinero lo permita, como siempre), y las townships han pasado de ser un objeto de segregación racial a uno de segregación económica.

La visita a Soweto, South West Township, comienza por la zona rica. Sí, aquí también hay ricos con casazas, para el nivel general de la ciudad, aunque no hay blancos porque piensan que esta zona no es segura. Los habitantes de la zona que han conseguido alcanzar cierto nivel económico, en lugar de abandonarla, se han construido casas mejores. Los blancos vienen como voluntarios a hospitales y escuelas, están tres o cuatro meses y luego se van. Soweto puede ser considerada una ciudad independiente con más de tres millones y medio de habitantes, poco menos que la Jo’burg que tiene casi cuatro. Un gran descampado y el curso seco de un río separan esta zona rica, en la que están jugando al fútbol, de un albergue gigantesco sólo para hombres que vienen de sus lugares de origen para trabajar y conseguir dinero. Pagan un pequeño alquiler y cuando reúnen suficiente dinero se vuelven con sus familias. Aquí también están jugando al fútbol y nuestro guía nos dice que no hay problemas, que los ricos pueden ir allí y los pobres a la zona rica, que hay paz y armonía. Aunque las casas de los ricos también tienen aquí alambre de espino y carteles de empresas de seguridad.

Siguiendo con el paseo nos comenta que las casas, que no las chabolas, las construye el estado y se las financia a la gente que las va pagando poco a poco. Es el estado el que da la hipoteca. Llegamos a una zona de casas de chapa. Nos deja en manos de un guía local que nos cuenta que allí viven unas 50.000 personas. Las casas (por llamarlas de alguna manera) no tienen agua corriente, hay fuentes en la calle y la gente va allí a llenar sus garrafas; tampoco tienen luz, utilizan candiles de parafina y velas; y para cocinar gas o leña. Los baños son letrinas fuera de las casas. Aunque el 60% de la gente está en paro la zona está relativamente cuidada, las casas están pintadas y no se ve suciedad.

Nos lleva a visitar una de las casas, con la familia dentro. Lo que nos podemos llegar a quejar por cosas ridículas cuando tenemos las necesidades básicas cubiertas y lo feliz que puede estar uno (o parecerlo) cuando tampoco se plantea que haya nada mejor. El guía nos devuelve al coche y nos cuenta que esto es una iniciativa benéfica y que el dinero recaudado lo reparten entre la gente, sobre todo los más necesitados. Suponemos que algo le dará nuestro guía, pero también nosotros colaboramos. Gran parte de ese 60% de parados se dedica a la artesanía y tratan de que les compremos lo que sea antes de volver a subir al coche. Son piezas bonitas, pero todavía no hemos visto nada y cada vez hay menos sitio en casa.

YouTube video

La siguiente parada es la casa de Nelson Mandela. Se trasladó aquí con su primera mujer Evelyn Ntoko Mase, de la que se divorció a los trece años de matrimonio. La pareja tuvo cuatro hijos, dos niños y dos niñas. La primera niña murió a los nueve meses y la segunda recibió el mismo nombre.  En la casa también vivió con su segunda mujer Winnie Madikizela-Mandela, madre de otros dos niñas. Tras su encarcelamiento en Robben Island, la casa pasó a ser también una cárcel para su mujer de la que no podía salir.

Los muros tienen marcas de balas y de un conato de fuego provocado allá por el 1.965. Habría estado bien saltar delante, pero no me parece correcto, la historia ha acabado bastante bien, pero es una página muy lamentable. En la misma calle está la casa de Desmon Tutú. La calle está en el libro de los records por ser la única con dos premios Novel. Sólo se ve desde fuera.

Lo que sí que se visita y está muy bien hecho para conocer la historia del levantamiento de la población negra frente a los abusos, es el museo dedicado al primer estudiante muerto en las revueltas, Hector Pieterson. La población negra se manifestó porque les obligaron a recibir las clases en africaans (una evolución del holandés que hablaban los primeros colonos de la zona del Cabo, mezclado con inglés malayo, portugués e incluso zulú). La policía se vio superada y abrió fuego matando a un niño de 12 años, el 16 de junio de 1.976. Desde ese momento y hasta el final del día la violencia se apoderó de la zona, cientos de muertos y miles de heridos. No está claro si Hector fue la primera víctima de los disparos ese día, pero su muerte dio la vuelta al mundo de la mano de la fotografía de Sam Mzima. Es sorprendente la forma en que un mínimo porcentaje de la población, la blanca, mantenía subyugada al resto.

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Comentarios

  • JAAC
    23 septiembre, 2009 a las 08:54

    Masmi, no te preocupes por las cosas en casa… jajaja, que no cogimos nada en Soweto 😉

    La verdad es que te impresiona un poco ver tanta alambrada, no da para nada la sensación de seguridad que pretenden.

    Tampoco te creas que están muy contentos con el gobierno por allí. En todas partes cuecen habas. No vayas a pensar que allí ayudan tanto, a pesar de que la idea es buena, no nos dijeron que fuera barato, sólo que era el gobierno el que hacía la hipoteca…

    Soweto es una ciudad viva, tiene museos, pero con más de tres millones de habitantes te aseguro que tiene poco de museo en sí misma.

    Responder
  • Masmi
    22 septiembre, 2009 a las 23:28

    Como debe impresionar ver ese paisaje de alambradas nada mas llegar.
    Fenomenal lo que hace el estado construyendo y financiando las viviendas. Algunos podrían aprender.
    Con tantas cosas de los viajes no vas a caber en casa!! 😀
    Soweto es un museo de la represión y la rebelión.

    Responder
  • JAAC
    22 septiembre, 2009 a las 13:24

    Conxa, que tampoco es para tanto, esto lo llevábamos organizado 🙂

    Jejeje, te pierdes el sonido de nuestra voz :-p, pero la nitidez de la cámara es buena, eh? ya verás bajo el agua! jajaja

    Responder
  • JAAC
    22 septiembre, 2009 a las 13:23

    Me alegro mucho, Alicia 🙂

    Y eso que no ha pasado ni un día! jajaja, espero que luego no decaiga y te acabe por decepcionar 😐 😉

    Responder
  • conxa
    22 septiembre, 2009 a las 11:24

    Pd. he podido ver el video,nítido, aunque sin sonido (no puedo ponerlo)

    Responder
  • conxa
    22 septiembre, 2009 a las 11:24

    Jaac,impresiona y eso que solo es el principio, de verdad que me asombrais….

    Responder
  • Alicia32
    22 septiembre, 2009 a las 09:14

    Me está pareciendo super interesante…Me he acordado de la peli de la vida de Nelson Mandela. Me gustó mucho.
    Ya me tienes enganchá!!

    Responder