En Évora, ciudad patrimonio de la UNESCO, localizada en la región de Alentejo, en Potugal, encontramos una iglesia en cuyo interior se halla una curiosa capilla. La iglesia fue construida entre 1480 y 1510, sobre un convento que según la tradición fue la primera casa de los Franciscanos en Portugal.
Las vidrieras del interior producen un bonito juego de luces.
Pero lo que más llama la atención es su capilla interior, La Capela dos Ossos.
Los monjes la construyeron en el siglo XVII con la intención de transmitir la idea de lo efímero de la vida. Consta de tres naves (18,70×11 m), con tres pequeñas ventanas. Se calcula que hay huesos procedentes de 5.000 cuerpos.
Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos.
Nosotros, huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos.
Uno de los elementos más macabros son los restos de un adulto y un niño que también se pueden ver, comparable a la capilla de los capuchinos de Palermo.