No puedes decir que has estado en la capital checa si no has pasado un buen rato delante del Reloj Astronómico de Praga. Y no nos referimos solo al momento en que aparecen los doce Apóstoles por detrás de sus ventanas superiores. También hablamos del tiempo que vas a estar intentando entender sus dos esferas y descubriendo los detalles de su decoración. Pocas veces “mirar” un reloj te entretendrá tanto.
Predicciones astrológicas, horas siderales, santoral, zodiaco, posición del Sol y de la Luna… Ríete tú del Apple Watch. En Praga lo sabían todo desde principios del siglo XV. Vale que es un poco más complicado enterarse mirando el Reloj Astronómico de Praga que mirando la pantalla de cualquier smartwatch sea de la marca que sea, pero hablamos de seiscientos años de diferencia.
Coge sitio en la plaza, porque habrá unos cuantos turistas más que no se quieran perder el espectáculo.
Saltaconmiconsejo
El reloj astronómico no falta en nuestro itinerario de 3 días en Praga ni en nuestra lista de 60 cosas que ver y hacer en Praga. Que te llevará tiempo entenderlo, pero no puede ser tu única visita en la capital checa.
¿Dónde está el Reloj Astronómico de Praga?
Empezamos por lo más básico. Has visto unas cuantas fotos del Reloj Astronómico de Praga, pero ¿dónde está? En pleno centro. En el número 1 de la Plaza de la Ciudad Vieja. No tiene pérdida. En la torre del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, el edificio más alto de Praga en su momento.
Horarios del reloj astronómico de Praga: cuándo verlo en funcionamiento
Vaya por delante que el Reloj Astronómico de Praga está funcionando todo el tiempo. Para eso es un reloj que está marcando la hora todo el día. Pero, para que nos entendamos, a lo que nos referimos por “en funcionamiento” es al momento en que aparecen y se mueven las figuras de los Apóstoles en la parte superior.
Una vez aclarado, ¿cuándo verlo en funcionamiento? Pues prácticamente todo el día. A diferencia de otros relojes monumentales, el de Praga se “pone en marcha” todos los días a la hora en punto desde las 9 hasta las 23. Lo dicho, muy mal se te tienen que dar las cosas para que no puedas acercarte hasta la plaza a la hora en punto en algún momento del día.
De todas formas, ya hemos dicho que hay mucho más en qué fijarse… Así que, puedes acercarte a la Plaza de la Ciudad Vieja en cualquier momento. Estamos seguros de que te quedarás ahí delante hasta que dé la hora en punto y se abran las ventanas.
Dos esferas y muchos números y símbolos, ¿qué marcan?
Hay libros enteros escritos explicando qué se puede ver en el Reloj Astronómico de Praga, sin entrar en cuestiones técnicas de su mecanismo. Vamos a intentar hacer un resumen rápido. Aunque, desde ya, te aconsejamos que te fijes en su belleza y que, si quieres saber la hora, mires tu muñeca o tu móvil.
La esfera superior del reloj es… un reloj. Pero no uno simple. En ella están representados el movimiento del Sol, de la Luna y de las constelaciones del zodiaco. También el tiempo sideral, o sidéreo, que, confesamos, no hemos acabado de entender del todo… Fíjate que los números romanos se sitúan como en un reloj “normal” –aunque hay dos grupos del I al XII–, mientras que los árabes –los números de toda la vida– comienzan a mitad de la esfera, donde debería estar el 3. Unos marcan la hora solar, con la mano dorada, y los otros la sideral, con la estrella dorada. Bueno, más o menos… Por si fuera poco, también están representadas la antigua hora Bohemia y la hora planetaria.
La esfera inferior es un calendario, que, obviamente, tampoco podía ser simple. De afuera hacia dentro: el santoral de todo el año –acércate y podrás leer los nombres en la parte exterior del círculo–; el día del mes; una letra que se usa para saber el día de la semana –esto se calcula cada año–; representaciones típicas de la vida en cada mes del año; los signos del zodiaco y el emblema de la ciudad, un castillo con tres torres.
Un poco historia del reloj astronómico: cuándo se construyó, quién lo hizo, modificaciones…
No creas que se conoce al dedillo el origen del Reloj Astronómico de Praga. Se sabe la fecha de su construcción, 1410, pero hay discusiones sobre quién fue su creador. Los historiadores se inclinan, ahora, por Mikuláš de Kadaň –aunque, según algunos, fue el mero constructor, mientras que el verdadero creador fue Jan Šindel–. Pero Jan Táborský –maestro relojero que trabajó en él y el primero que escribió un documento técnico–, a finales del siglo XVI, lo atribuyó al maestro Hanuš. Maestro que, ahora se sabe, trabajó en el reloj el último cuarto del siglo XV, cuando ya estaba construido. Y es que, desde ese 9 de octubre de 1410 en que una carta del burgomaestre declaraba completo el Reloj Astronómico de Praga hasta hoy, decenas de maestros relojeros han puesto sus manos en el mecanismo.
¿Estaba así desde el principio? No, y no es solo porque haya sido restaurado en más de una ocasión. Los primeros cambios en el reloj tuvieron lugar a las pocas décadas de su puesta en marcha: figuras ornamentales de piedra alrededor de las esferas a finales del siglo XV.
A mediados del XVII llegaron las estatuas barrocas de madera. A los lados del reloj de izquierda a derecha: las representaciones de la vanidad, la avaricia, la muerte y la envidia o lujuria. Pero no todo fue negativo, junto a la esfera inferior aparecieron el arcángel San Miguel, la bondad, la caridad y la humildad.
El paseo de los Apóstoles
Tampoco estaban de inicio los famosos doce Apóstoles. No llegaron hasta una fecha indeterminada entre 1682 y 1733. Se conoce el rango de fechas porque, en la primera, el historiador Bohuslav Balbín se enorgullecía de que no había juegos, ni muñecos, ni músicos en el reloj, y, en la segunda, el viajero Emanuel Swedenborg hablaba de unas estatuas que se movían tras las puertas. Se cree que se añadieron en 1723 para celebrar la coronación del rey Carlos VI.
¿Sabías que…?
Además de durante el paseo en sí a las horas en punto, también puedes ver las imágenes de los Apóstoles en cualquier momento. Si visitas la torre del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, podrás asomarte a la “habitación” en la que descansan hasta que se ponen en marcha y verlos mucho más cerca y sin que se muevan. Además, en lo alto de la torre disfrutaras de una de las mejores vistas panorámicas de Praga.
El reloj en peligro
El Reloj Astronómico de Praga tiene más de 600 años, pero no ha estado en funcionamiento todos ellos. Es más, ha estado parado y a punto de desaparecer en más de una ocasión…
En 1784 poco faltó para que fuera vendido al peso como chatarra. ¿Por qué? Porque fue el año de la unificación de las cuatro ciudades que formaron Praga y, con la rehabilitación y ampliación de la torre del ayuntamiento, se dudó si volverlo a colocar –llevaba años sin funcionar–. Se salvó y restauró, aunque solo funcionaba en días festivos.
A mediados del siglo XIX, fue la inestabilidad de la propia torre –a punto de ser derruida– la que puso en riesgo al reloj. Una vez arreglada la torre, llegó el turno de arreglar el reloj, que seguía sin funcionar todos los días. Entre 1864 y 1865, el mecanismo entero fue desmontado y llevado a un taller para su reparación.
La Segunda Guerra Mundial también estuvo a punto de acabar con el Reloj Astronómico de Praga. El ataque de la artillería nazi provocó un fuego en el edificio del ayuntamiento que dañó el mecanismo, conviritó en cenizas las figuras de madera de los Apóstoles y destruyó la piedra y la esfera calendario del reloj.
La leyenda de la maldición del Reloj Astronómico de Praga
“Aquel que trabaje en el reloj astronómico se volverá loco o morirá en poco tiempo”. Algo así le contó el escultor Josef Worlíček que decía la maldición al pintor Josef Mánes cuando este último recibió el encargo de pintar una nueva esfera del calendario. Ni la leyenda ni el hecho de que le pagaran la mitad de lo que había pedido inicialmente le disuadieron de aceptar el trabajo. Acabó la obra en 1866 y… su estado mental comenzó a empeorar rápidamente, hasta que murió en 1871 –se cree que había contraído sífilis o meningitis–. Cumplió con las dos maldiciones.
Pero bueno, como decíamos antes, decenas de maestros relojeros, artesanos y restauradores han trabajado en el Reloj Astronómico de Praga y no han muerto. Bueno, a ver, que si la maldición es morir, está claro que todos vamos a acabar haciéndolo, pero…
Vas a estar un rato admirando el Reloj Astronómico de Praga y seguramente, como nosotros, no acabes de entenderlo del todo, pero te seguirá pareciendo una maravilla.
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