Colgado de la ladera de un cañón horadado por un río. Así es como todo el mundo lo reconoce. Esa es su imagen más icónica: las casas blancas, las callejuelas estrechas, la torre de la iglesia y el castillo en lo alto, la foto de presentación de Alcalá del Júcar. Un pequeño pueblo de Albacete que, además de ese panorama, tiene mucho más. Sin ir más lejos, aquí vive el “Diablo”. Nos damos una vuelta por uno de los pueblos más bonitos de España y te contamos todo lo que tienes que ver en Alcalá del Júcar.
Apunta, que no te vas a querer perder nada.
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Lo primero que tienes que visitar en Alcalá del Júcar es un mirador
Si la panorámica del pueblo es lo más conocido, no vamos a esperar más. Lo primero que tienes que hacer en Alcalá del Júcar es buscar un mirador. Nosotros paramos en uno fuera del pueblo y dos dentro. Te recomendamos que hagas lo mismo.
Comenzamos con el mirador al norte, el primero que visitamos nosotros. Está junto al restaurante El Mirador –para qué buscar un nombre más descriptivo– en la calle Morrón, s/n. Ojo, está en la localidad de Las Eras que pertenece a Alcalá del Júcar. Desde allí verás las casas blancas subir la pared del cañón a la derecha del cauce del río. El castillo destaca, sobre todo su torreón, en lo alto como un vigilante atento a lo que el resto de pequeñas edificaciones hacen, controlando que ninguna se despeñe por el risco.
Camino del castillo, en las calles Peña y Asomada, también encontrarás otra vista del pueblo. En este caso más cerrada, ya estamos en Alcalá del Júcar, pero tal vez por eso, más impresionante: se aprecia más la pendiente sobre la que las casas hacen equilibrios.
El último de los miradores de Alcalá del Júcar que te recomendamos es el puente romano. Desde aquí verás la ladera del cañón de frente, con las capas horizontales talladas en la roca por el Júcar. Te parecerá que las casas se apoyan unas sobre otras. Planta sobre planta como si todo el pueblo fuera una única construcción de muchas alturas hasta llegar al castillo en lo alto.
¿Sabías que…?
Han pasado unos cuantos años y nosotros no visitamos el pueblo de noche para saber si se mantiene. Pero, en 1986, Alcalá del Júcar ganó el tercer premio a la mejor iluminación artística por detrás de la torre Eiffel y la Gran Mezquita de Estambul.
El castillo de los almohades
Los árabes se asentaron en el pueblo y fueron ellos, los almohades, los que construyeron el castillo que destaca en Alcalá del Júcar en el siglo XI. ¿Es de arquitectura islámica, entonces? Sí, porque es su origen, y no, porque, a pesar de que se construyó para ser inexpugnable –como si algún castillo se construyera para no serlo–, en el siglo XIII cayó en poder de Alfonso VIII de Castilla y sufrió varias modificaciones a lo largo del tiempo. La más importante, sin duda, la construcción del torreón en el siglo XV.
¿Sabías que…?
Cabe la posibilidad de que el nombre de Alcalá del Júcar se deba a la existencia de este castillo musulmán. La palabra “alcalá” sería la forma española del árabe al-qala`a que significa castillo, con lo que estaríamos en Castillo del Júcar.
Desde la muralla del castillo tendrás una vista totalmente diferente de Alcalá del Júcar: en ella el protagonista será el río y no las casas. Fíjate en esa construcción redonda e irregular al otro lado del río… luego te contamos qué es.
La entrada al castillo cuesta 2,50 €. Abre todos los días de 11 a 14 y 16 a 19 de lunes a viernes y de 10:30 a 14:30 y de 16 a 20, sábados y domingos. Más información en la página de turismo.
Las casas cuevas, saludando al diablo
Desde los miradores no es posible darse cuenta, pero gran parte del pueblo no hace equilibrios sobre la montaña, sino que está literalmente excavado en ella. Son las cuevas de Alcalá del Júcar.
Muchas de ellas tienen origen natural y fueron utilizadas por pobladores musulmanes y cristianos según cambió de manos el pueblo. Utilizadas y ampliadas. De hecho, la más popular de todas es la cueva del “Diablo”, quien la ha ampliado y hasta ha abierto un bar y una discoteca en su interior. ¿Que no te apetece entrar en una cueva a tomarte algo? No hay problema. Deberías entrar por su valor histórico –además de la propia construcción también hay un museo de historia local– y por las vistas sobre las hoces del Júcar. ¿Vistas al río desde una cueva? Sí, porque atraviesa todo el cañón hasta el siguiente meandro.
Si tienes suerte, te encontrarás con el mismísimo Diablo, Juan José Martínez García, en la puerta. Será él quien te cobre la entrada a “su” cueva y a la del Rey Garadén. Esta última, con casi ocho siglos de historia, sirvió de aduana para controlar el paso del Júcar y cobrar los correspondientes impuestos. Es ahí donde se encuentra el mirador sobre las hoces del río… No era un rincón romántico, era un puesto de control y recaudación.
La entrada a las cuevas, en la calle San Lorenzo 7, cuesta 3 € e incluye una consumición. Abren todos los días de 10:10 a 18:30, excepto los sábados que cierra a las 19.
¿Sabías que…?
Más allá del pueblo, a unos 2,5 km remontando el curso del río, se encuentra la “auténtica” cueva de Garadén, una de las pocas cuevas fortificadas de época musulmana. Cuando fuimos, no eran visitables –nos parece que siguen sin serlo– y no nos acercamos hasta allí.
El puente romano y la playa, también hay donde bañarse
Si has oído que hay playa en Alcalá del Júcar es cierto. Es una playa fluvial, pero playa. Dirige tus pasos hacia el fondo del cañón, hasta la orilla del río. ¿Dónde si no iba a estar la playa? Pero, antes de quedarte en bañador y lanzarte a la piscina/playa, echa un vistazo al puente romano.
OK, se conoce como puente romano… pero no es de época romana. Es cierto que sus arcos son de medio punto, pero fue construido en la Edad Media. Durante los siglos XIV y XV sirvió de puerto seco. Y, ¿qué es un puerto seco? Una aduana en la que, de nuevo, se cobraban impuestos por cruzar el río, cruce que formaba parte del Camino Real de Castilla a Levante. Aunque no sea romano, la foto del pueblo con el puente en primer plano es un imprescindible.
Rincón Salta Conmigo
Desde el puente y siguiendo un canal paralelo al Júcar está el paseo fluvial. Si hay playa, tendría que haber paseo “marítimo”. Eso sí, aquí no hay chiringuitos ni tiendas de recuerdos, es una camino en el que manda la naturaleza.
Más lugares que ver en Alcalá del Júcar: la iglesia de San Andrés y la plaza de toros
Dos lugares más de los que todavía no hemos hablado deberían haber llamado tu atención desde los miradores. Se trata de la iglesia de San Andrés y de la plaza de toros.
La iglesia de San Andrés, al final de la calle de la Hondonera, destaca por la altura de su campanario y por el color ocre de su piedra entre las casas bajas de paredes blancas.
La plaza de toros habrá llamado tu atención desde lo alto del torreón –está al otro lado del río y no es visible desde el resto de miradores–. Sí, es esa construcción irregular con las gradas excavadas en la roca en la que te dijimos que te fijaras.
Cómo llegar a Alcalá del Júcar desde Madrid, Valencia, Albacete…
Llegar a Alcalá del Júcar es sencillo… en coche. Google Maps te orientará hasta alcanzar la CM-3201 que llega al pueblo. Hablamos de unas tres horas desde Madrid, algo menos de dos horas desde Valencia y poco menos de una hora desde Albacete capital.
Y eso es todo, porque no hay manera de llegar en transporte público. Desde Albacete sale un autobús a Casas-Ibáñez y, desde allí, hay que ir en taxi. Por otra parte el servicio Albacete – Casas-Ibáñez tampoco es que sea muy regular, hay cinco a la semana.
Mapa con los lugares que ver en Alcalá del Júcar y los miradores
No hay pérdida, pero te marcamos en un mapa los lugares que ver en Alcalá del Júcar. Para lo que te será más útil es para localizar los miradores.
Restaurantes y hoteles: dónde comer y dormir en Alcalá del Júcar
Sabemos que Alcalá del Júcar es un destino apetecible para pasar un fin de semana, con lo que hay que buscar dónde dormir y, por supuesto, dónde comer. En nuestro caso, lo visitamos de vuelta a casa desde Levante y ni hicimos noche ni paramos para comer –nos habría gustado probar el restaurante El Mirador, pero cuando llegamos todavía era pronto y estaba cerrado–.
Lo sabemos, perdimos la ocasión de disfrutar de la iluminación nocturna. Tampoco disfrutamos de la tranquilidad que queda cuando se van los turistas –nosotros lo fuimos–, aunque tenemos que confesar que no había tanta gente como para pensar que hacía falta que se fueran…
En cualquier caso, puedes echar aquí un vistazo a los hoteles en Alcalá del Júcar. Los hay con encanto, con spa, románticos… porque está claro que el pueblo pide eso: disfrutar.
Uno de los pueblos más bonitos de España, agarrado y excavado en un cañón, protegido por un castillo y con su propia playa. ¡Bienvenidos a Alcalá del Júcar!
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