Que las Islas Canarias tienen origen volcánico es algo que sabe todo el mundo. Pero, ¿sabías que puedes entrar en la caldera de un volcán en el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria? Una experiencia distinta, en pleno contacto con la naturaleza… a 20 minutos del centro de la capital de las Islas. La ruta que lleva hasta el fondo de esa caldera, la caldera de Bandama, entró por derecho propio en nuestro listado de 10 cosas que ver y que hacer en Las Palmas.
Emociónate con la idea de comenzar tu viaje al centro de la tierra –aunque no hay cueva por la que seguir llegado al fondo–, pero ten en cuenta que hay que prepararse para la caminata. Calzado adecuado –deja las sandalias para la playa de Las Canteras–, protector solar, gorra, gafas de sol… y ¡agua!
¿Sabías que…?
Si te estás preguntado el origen del nombre, pensando que pueda ser una palabra canaria anterior a la llegada de los “castellanos”, vas a llevarte una desilusión. Nada tan antiguo. De hecho, el nombre se le dio en el siglo XVI. Es la castellanización del apellido flamenco Van Damme. Concretamente, el apellido de Daniel Van Damme quien compró los terrenos de la caldera con la intención de cultivar viñas en ellos.
Cómo llegar a la caldera de Bandama de Gran Canaria
La caldera de Bandama se encuentra en el término municipal de Las Palmas –compartido con el de Telde y el de Santa Brígida–. Eso sí, no se llega paseando desde la playa…
Si tienes coche, necesitarás unos 20-25 minutos para llegar desde el centro de la ciudad. Si prefieres el transporte público, tendrás que coger el autobús –la guagua– 311 que deja justo en el comienzo de la ruta –la parada de autobús se llama “Bandama”–. Puedes mirar en Google Maps cómo llegar desde donde estés en la ciudad a la parada del 311 en San Telmo, en la Plaza de las Ranas o en otros puntos del recorrido. En total, necesitarás una hora aproximadamente.
El mirador a la caldera: el pico Bandama
Una de las curiosidades de la caldera de Bandama –como si poder caminar por el interior de un volcán no fuera suficiente– es que hay un pico junto a ella. Eso significa que no solo se puede ver la caldera desde el borde, sino que puedes tener una vista panorámica. No hace falta que compres un drone. Basta con subir al pico Bandama para descubrir el “agujero” casi perfectamente circular de la caldera.
Desde ese punto nos dimos cuenta de su verdadero tamaño: la circunferencia superior –no es exactamente circular, pero basta para hacerse una idea– tiene un diámetro de más de un kilómetro. Siguiendo con las “confirmaciones visuales”, también se aprecia la profundidad del “agujero”. Nada menos que unos 200 metros de desnivel desde el borde hasta el fondo. Sí, la erupción fue increíble y, según los cálculos actuales, si se produjera ahora, afectaría a más de 100.000 personas en los alrededores.
Por cierto, aunque te pueda parecer que es el cráter de un volcán, la caldera de Bandama se debe a un hundimiento. Durante la erupción, la cima del volcán colapsó dejando a la vista la caldera.
¿Sabías que…?
El volcán que dio lugar a la caldera de Bandama es uno de los más jóvenes de Gran Canaria. Pocos metros por debajo del fondo se mantienen temperaturas elevadas.
No te quedes solo con la caldera desde el Pico Bandama. Si levantas la mirada y giras un poco podrás disfrutar de una vista completa de Las Palmas, con la Isleta al fondo. Por cierto, el autobús te deja en la parte de abajo y tendrás que subir andando hasta lo alto del pico. En coche, encontrarás un aparcamiento en la cima.
La experiencia de bajar la caldera de Bandama: a media hora del centro de Las Palmas
Basta ya de admirarlo y de asombrarnos ante su forma casi perfecta. Llega el momento de pisar el interior de un volcán. El camino –el SL-01– comienza junto a la parada del autobús, en Caserío de Bandama, carretera GC-802. No hablamos de mucha distancia. A pesar de salvar el desnivel en zig zag, el camino completo de ida y vuelta no llega a dos kilómetros. Por supuesto, también depende de lo que hagas una vez llegado al fondo.
No es mucha distancia, pero recuerda que se trata de un volcán y que el terrero es piedra suelta, bastante inestable. Camina sin prisa, disfrutando del paisaje y de la vegetación. Imposible recordar los nombres de las plantas, además de que somos malísimos “botánicos”. Pero, mirándolo en las fotos de los carteles, podemos decir que son acebuches, lentiscos, palmeras –estas las reconocemos–, retamas blancas…
Si tienes suerte –tampoco necesitarás mucha porque la zona está llena– podrás ver algún lagarto. Tranquilo, ellos estarán tan asustados o más que tú, así que miráos con respeto, toma una foto sin molestar y continúa tu paseo.
Aunque todo el camino ofrece una vista impresionante de la caldera, hay un mirador casi al principio. Está alineado con el pico Bandama, así que la foto será parecida, pero desde dentro.
Lo que no encontramos, no sabemos si porque no están visibles o porque hay que ir con un guía que los indique, fueron los grabados de los antiguos pobladores de la isla que ya usaban la caldera. Además de los grabados, hay cuevas que habitaron y depósitos en los que almacenaron grano.
El acceso al sendero es gratuito, pero tiene horario: de 8:00 a 17:00.
El fondo de la caldera, la mano del hombre
Aquel flamenco que compró el terreno, Daniel Van Damme, llegó a cultivar viñas en la caldera y quedan las huellas de las construcciones en las que se trabajaba en la base. Bancales, eras, paredes de piedra encalada de los edificios, un lagar… que recuerdan ese pasado agrícola.
Si te quedan fuerzas, puedes recorrer el sendero SL-01.1 que discurre por el fondo de la caldera. Es un camino circular de algo menos de un kilómetro… pero el calor y la hora nos quitaron las ganas de hacerlo por completo.
Rodeando la caldera, el otro sendero de Bandama
A poco que recuerdes tus clases de matemáticas del colegio y con el dato de que el diámetro del borde superior es de algo más de un kilómetro, habrás calculado que el perímetro es de más de 3 km –2πr–. ¡Bravo! Sí, prepárate para un paseo de, exactamente, 3.336 m.
Tenemos que confesar que nosotros tampoco lo hicimos. Después de bajar, dar una vuelta por el fondo –no todo el sendero– y volver a subir, nos quedaban pocas ganas y menos tiempo para seguir caminando… Lo bueno de esta ruta, según nos contaron, es que se ve la caldera desde todos los ángulos. Para la próxima.
Hoteles cerca de Bandama, el Hotel Bandama Golf
La expansión demográfica de Las Palmas de Gran Canaria también llegó a los alrededores de Bandama. Aunque la población Caserío de Bandama es pequeña, justo al otro lado de la caldera se encuentra un hotel de tres estrellas, el Hotel Bandama Golf.
¿Sabías que…?
La palabra “golf” en el nombre del hotel no es baladí. Justo en el borde de la caldera de Bandama se abrió el primer campo de golf de España, en 1891. La imagen del césped junto a la caldera desde el Pico Bandama es de los más curiosa.
De todas formas, la cercanía a la ciudad hace que puedas visitar la caldera y volver a dormir en tu hotel, aquí puedes ver disponibilidad y precios de hoteles en Las Palmas.
Las Palmas de Gran Canaria no dejará de sorprenderte. ¿Quién iba a pensar que podrías bañarte en una de las mejores playas urbanas por la mañana y entrar en un volcán por la tarde?
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