Comer en Meteora es una forma más de disfrutar de ese entorno único. Hay muchos restaurantes para deleitarse con la comida griega, con algunas especialidades locales, a precios mucho más asequibles que en otras partes del país. Nosotros, por supuesto, no dejamos escapar la ocasión y ¡cómo nos pusimos! Por suerte no nos pesamos a la vuelta…
En nuestros consejos para visitar los monasterios de Meteora ya comentamos que todos los servicios para quien quiera visitar los monasterios y su entorno están en las ciudades de Kalambaka, más grande, y Kastraki, más pequeñita y cercana a los monasterios. Nosotros dormíamos en Kalambaka, así que los restaurantes de los que hablamos son de ahí. Si quieres cenar en Kalambaka –las comidas, en nuestro caso por lo menos, eran más bien rápidas para seguir visitando–, aquí te damos cuatro opciones. Los cuatro restaurantes que probamos nosotros en las cuatro cenas en la ciudad. Sí, ¡nos gustaron todos!
Ninguno hace recetas muy sofisticada o diferente o le da particular importancia al emplatado: se trata más bien de cocina tradicional casera. Pero los platos están hechos con ingredientes frescos, están bien cocinados y son ¡muy ricos! Somos un poco parciales porque nos encanta la comida griega, eso sí… No comimos pescado –también es verdad que Kalambaka está en el interior–, pero sí mucha verdura: estos griegos las hacen tan bien que hasta JAAC, que las odia, se las comía con gusto.
Un aviso importante. No le prestes mucha atención a la decoración. Todos estos restaurantes tiene una decoración que definiríamos cuanto menos hortera. Vides de plástico, flores falsas, horror vacui… No le hagas mucho caso, o sí, para echarte unas risas mientras comes. Recuerda: ¡la comida está rica, eso es lo importante!
Comer en Meteora: restaurantes donde cenar en Kalambaka
Éstos son los cuatro restaurantes que probamos en Kalambaka. En todos ellos, le pedimos a los camareros que nos trajeran sus especialidades… y esto fue lo que probamos.
El restaurante to Paramithi: donde comer en Kalambaka barato y bien
La taverna to Paramithi –”el cuento” en griego– es un restaurante muy pequeñito a poca distancia de la rotonda donde se encuentra la oficina de turismo.
El dueño –creíamos que era el dueño, por lo menos–, muy amable, nos sugirió que probáramos una especialidad local, las setas. En un lugar donde hay hasta un museo de las setas, está claro que no deben de faltar. Aún así, las vimos en la carta sólo en este restaurante. No sabemos qué setas eran exactamente, el griego no ayuda, pero estaban jugosas y riquísimas. No dejes de probarlas.
Eso sí, el otro entrante fue de los platos más ricos que probamos en Meteora: una crema de lentejas amarillas que, si vuelvo a pensar en ella, sigo salivando… ¡Qué rica que estaba!
De segundo un souvlaki –pincho moruno– de cordero con algo que no puede faltar nunca en Grecia: la tzatziki –salsa con yogur griego, pepino aceite, limón, ajo y especias–. Y Yemistá: tomates y pimientos rellenos de arroz. También estaban ricos, sobre todo el Yesmistá, pero los primeros nos habían dejado prendados.
Lo mejor: los precios. Éste es el más barato de los cuatro restaurantes, con primeros de unos 4-5 € y segundos de unos 7 €. Por menos de 15 € comes como un dios griego.
Ah, también hay música en vivo, un toque guiri más pero es agradable, una música instrumental amena para darle un punto más a las cenas.
El restaurante Meteora: uno de los grandes clásicos de Kalambaka
Nos habían hablado de éste, el restaurante Meteora, como uno de los mejores restaurantes de Kalambaka, además de uno de los que más historia tenía, y no nos defraudó. La comida estaba muy rica y en la carta leímos que llevaban ahí, en pleno centro de la ciudad, desde 1925.
Este restaurante es mucho más grande y tiene una terraza casi tan grande como el interior justo enfrente de la gran fuente de la calle Trikalon. En temporada alta, por lo visto, se llena de turistas. Nosotros fuimos tarde, entre semana y en abril y, aún así, había gente.
Los camareros también eran muy simpáticos y la comida, de nuevo, simple pero muy rica. Cogimos entrantes fríos variados, con pequeñas ensaladas de legumbres y patatas; queso feta al horno, muy rico, y un saganaki –queso kefalotyri frito– con berenjena. Éste último estaba especialmente sabroso. ¡Cómo saben de berenjenas los griegos!
Y luego llegaron los platos principales. Las albóndigas con tomate, koytzokakia, nos hiciéron sentir niños de las ganas que nos dieron de chuparnos los dedos. ¿Y qué decir de la moussaka? El plato griego por excelencia tampoco les podía salir mal.
Pero, en este caso, hay que hacerle mención especial al postre. Ese yogur griego con ciruelas, receta de la madre del dueño –abuela de su hija, que nos lo contó– nos enamoró.
Respecto a los precios, son algo más caros, pero todavía buenos, con entrantes entre 4 € y 8 € y platos principales entre los 9 € y los 12 €.
El restaurante Panellēnion: otra buena opción para cenar en Kalambaka
Muy cerca del restaurante Meteora, o sea también en pleno centro de Kalambaka, se encuentra otro de los restaurantes en los que comimos, el Panellēnion. Tiene una terraza bastante grande pero nosotros somos más de interior, aunque haga bueno. Ahí también tiene una gran sala.
Como en todo los sitios, el camarero fue muy simpático. Era temporada baja y había poca gente, pero hay que decir que los habitantes de Kalambaka nos parecieron todos amabilísimos.
Aquí comimos otro saganaki –el queso frito, esta vez sin berenjena, o sea el clásico– y otro feta al horno. De plato principal kleftiko –cordero con patatas– y, como no, otra moussaka. Todo estaba rico pero, en particular, la moussaka, ¡de 10!
Los precios, parecidos a los del restaurante Meteora.
El restaurante Meteoron Panorama: para comer en Kalambaka en un entorno único
Este restaurante está un poquito más alejado del centro, aunque sigue siendo un paseo de unos 10 minutos de la plaza principal: aquí está todo cerca. Por cierto, puedes bordear las montañas y pasar por una bonita zona verde para llegar hasta él si no quieres ir por la calle principal. Así lo hicimos nosotros a la ida, creíamos que nos íbamos a perder pero el camino no tiene pérdida: es increíble como a dos pasos de la ciudad ya estás en plena naturaleza.
El Meteoron Panorama está rodeado de un entorno bonito: tiene terraza y está justo debajo de una de las grandes rocas que rodean Kalambaka.
En nuestro caso, volvimos a cenar en el interior, así somos. Al principio pillamos por casualidad un pequeño espectáculo de bailes tradicionales griegos y de la zona. Había un grupo de turistas americanos y ahí estaban con el show para ellos. Es un poco turistada pero estuvo bien y los bailarines parecían muy buenos.
Teníamos miedo de que la comida no estuviera tan bien por eso pero no, aquí también nos gustó. De primero comimos nuestra primera ensalada griega –salata Joriátiki– y, otra vez, feta al horno. Sí, nos apasiona, ¡qué le vamos a hacer! Por cierto, la ensalada me la comí yo, que a JAAC han empezado a gustarle las verduras en Grecia, pero todo tiene un límite…
De segundo un Pastitsio –un pastel de pasta al horno con tomate y carne picada–, y una cazuela de ternera con berenjena y queso. El primero quisimos probarlo por ser un plato típico griego y estaba bueno de sabor, aunque la pasta pasada –soy italiana, lo siento pero soy exigente con la pasta–. Eso sí, la cazuela de ternera con berenjena y queso estaba deliciosa, uno de los mejores platos que comimos en la ciudad.
Para cerrar, yogur griego con miel –riquísimo– y helado de vainilla con chocolate –normal, el helado era industrial–.
Se nos olvidó apuntar los precios y no los recordamos, pero creemos que eran parecidos a los del restaurante Meteora.
Comer en Meteora: restaurantes en Kastraki
En Kastraki no comimos, así que poco podemos decir. Eso sí, nos habían recomendado el restaurante Boudifis y un chico que encontramos en el viaje nos dijo que había comido bien ahí. Pasamos delante de él y había bastante gente y una parrilla que olía genial… Más que eso, poco podemos decir.
Comer en Meteora: comida rápida y supermercados
Además de sentarte en un restaurante, puede que a veces te apetezca comer algo rápido o comprar algo en un supermercado: algo de fruta, un yogur griego –¡cuántos tienen ahí en los supermercados!– o comida para cocinar si tienes la posibilidad de hacerlo.
Tienes que probar sí o sí, una tiropita –algo así como una empanada rellena de queso feta y hecha con masa filo, una masa parecida al hojaldre pero más rígida y fina– y una spanakopita –empanada de espinacas y queso feta–. Las tienen en todas las panaderías y un buen trozo cuesta, como mucho, 2 €. En la panadería Vavitsas, enfrente a la oficina de Visit Meteora, están muy ricas.
Respecto a los supermercados, hay unos cuantos, uno que es bastante grande y muy céntrico es el Galaxias, en la calle Sidirodromou. Ahí enfrente también hay una panadería, pero es algo más cara y los trozos son más pequeños.
Mapa de lugares donde comer en Kalambaka: restaurantes y más
Aquí tienes un mapa con todos los restaurantes de Kalambaka de los que te hemos hablado, más la panadería y el supermercado, para que te sea más fácil encontrarlos.
Ahora, sí, kalí órexi! o sea… ¡buen provecho!
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