¿Eres un viajero apresurado o uno tranquilo? Nosotros tendemos a ser apresurados, nuestras ocho ciudades en cuatro días en Suiza o los 21 días más llenos de cosas del mundo de Japón lo demuestran. Pero también tenemos nuestros momentos de tranquilidad. Viajes en los que queremos descansar y ver el tiempo pasar lentamente. Ésa era nuestra intención cuando decidimos visitar São Miguel, conocida como la Ilha Verde, en Azores. El problema fue –como pasa siempre, mira si no en La Palma– que hay muchas cosas que hacer, sitios que visitar, gente que conocer en cualquier viaje y que, cuando te das cuenta, ya estás corriendo de un sitio a otro para no dejar nada pendiente. Desde visitar lagunas en el cráter de un volcán extinto, a bañarse en aguas termales, pasando por bucear en un pecio o ver pueblos de arquitectura indiana. Mucho que hacer en São Miguel, y sólo es una de las nueve islas del archipiélago de las Azores.
Ponta Delgada, la capital de São Miguel
La visita a la isla de São Miguel en Azores empieza por su capital, Ponta Delgada, a la que llegan los vuelos y los cruceros. Fundada en el siglo XV, tiene todavía edificios de arquitectura colonial que te hacen dudar si estás todavía en Portugal o si el avión se pasó de largo y has llegado a Brasil. Motivos para pasar un tiempo en Ponta Delgada no faltan: desde iglesias como la Igreja Matriz de São Sebastião y la de São José hasta jardines como el de la universidad de Azores o el José de Canto, pasando por el Castillo de São Brás o la animación nocturna –nosotros acabamos en una sala de conciertos escuchando la banda de nuestro guía de buceo–.
Donde comer en Ponta Delgada
Como la gastronomía también nos mueve, te recomendamos el restaurante São Pedro en Ponta Delgada. La comida es deliciosa, aunque necesitarás un rato sólo para leer su gigantesca carta –con las fotos de cada plato–. Atún, pasteis de bacalhau, pulpo, mariscos y carnes de las muchas vacas que pastan por la isla son alguna de las opciones clásicas que elegir, sin olvidar el queso,queijo, de São Jorge.
Sete Cidades y los miradores do Rei y do Cerrado das Freiras
La isla de São Miguel es famosa por sus lagunas, entre ellas la de Sete Cidades. Puede que sea una de las imágenes más populares del archipiélago de Azores: dos lagunas, una verde –la lagoa Verde– y una azul –la lagoa Azul–, que se juntan formando una especie de ocho por cuyo centro pasa un puente. Suena un poco extraño, pero vista desde el mirador do Rei –donde hacen parada todos los autobuses con tours organizados– o desde el de Cerrado das Freiras –mucho más tranquilo– impresiona. Es algo que tienes que visitar en São Miguel sí o sí. Nosotros contratamos un taxi para todo el día –con él fuimos por el norte de la isla y a la lagoa de Fogo– y, además de los dos miradores, también paramos en el puente para ver la lagoa a ras de agua.
Los acantilados de la costa norte: desde Ferreria hasta Ribera Grande
La costa norte de la isla de São Miguel es para recorrer con calma y en un coche que permita ir parando a admirar los acantilados contra los que choca el Atlántico. En Ponta da Ferreria hay piscinas de aguas termales saladas –aunque nosotros no encontramos las naturales por mucho que nuestros taxista las buscó y sólo vimos unas construidas con cemento y hormigón junto a la playa– ya famosas en el siglo XVI.
Más adelante en la ruta, en Mosteiros, también hay piscinas naturales de agua del mar, aunque no termales. Paseos marítimos casi sin turismo y miradores a la inmensidad del océano… no se podía pedir otra cosa en pleno diciembre y en una isla. Para acabar en la ciudad de Ribeira Grande, una de las más grandes de la isla, con iglesias y arquitectura colonial o de estilo indiano.
Lagoa do Fogo y la Caldeira Velha
Otra de las lagunas que hacen famosa a São Miguel: la lagoa do Fogo, también en el interior del cráter del volcán Água de Pau. En pleno centro de la isla, la visita se completa con un paseo por un bosque de enormes helechos hasta la Caldeira Velha, una cascada de agua termal. Idílico, más aún si se está prácticamente solo, pero, a pesar de llevar los bañadores y las toallas, el tiempo no acompañaba para darse un baño. Más que nada por el frío que hacía fuera, el agua estaba caliente.
Lagoa das Furnas y turismo gastronómico en Sao Miguel
Uno de los pocos lugares naturales a los que es posible, y fácil, llegar en transporte público desde Ponta Delgada es la lagoa das Furnas. Con tranquilidad porque el autobús hace un recorrido por todos los pueblos intermedios. El otro atractivo de la zona, ya rodear la laguna es impresionante, son los cozidos das furnas: cocidos que se hacen al calor de la tierra, enterrando las hoyas en la zona de de fumarolas junto a la laguna. Tienen un regusto a hierro, pero están deliciosos. Probar la gastronomía de las islas Azores es algo que tienes que hacer en São Miguel.
El parque Terra Nostra y sus aguas termales
El parque Terra Nostra es el jardín de la residencia de verano del cónsul estadounidense en Azores, Thomas Hickling, que decidió construir allí su casa a finales del siglo XVIII. Un enorme jardín botánico con plantas de todo el mundo y una piscina de aguas termales de color marrón debido a su alta concentración de hierro. Encontramos los caminos del parque cubiertos de hojas amarillas en un otoño que se resistía a abandonar la isla ya en diciembre.
Turismo activo en São Miguel: senderismo en la Ilha Verde
Tengo que confesar que no fuimos capaces de hacer la ruta Praia da Viola completa porque nos perdimos. Sí, las indicaciones de los senderos se nos resisten en todas las partes del mundo, pero no por eso dejamos de disfrutar de la playa de rocas y de los acantilados, de hecho, lo hicimos dos veces: al ir y al volver por el mismo camino tratando de ver dónde habíamos girado mal. En cualquier caso, son muchos los senderos que recorren São Miguel y seguro que no todo el mundo se pierde.
Safari de cetáceos
Dejamos la tierra firme. La situación de São Miguel en mitad del océano Atlántico convierte a la isla en punto de paso casi obligado para los cetáceos en sus migraciones. Son muchos los barcos que hacen recorridos en su búsqueda, pero diciembre no es el mejor momento por lo que nosotros no llegamos a abordar ninguno.
Más turismo activo: buceo en São Miguel
No sólo sobre la superficie, también bajo el agua hay cosas que hacer en São Miguel. Muy cerca de Ponta Delgada se encuentra el Dori, un carguero de 130 metros de eslora y bandera nigeriana que se hundió a menos de cinco minutos de la bocana del puerto. Le dedicamos un artículo al buceo en el Dori hace años porque la experiencia lo mereció y porque la historia del barco daba para mucho: participó en el desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial.
Foto: Nerus Azores
Ya ves, no hay manera de “descansar” ni estando en una isla en mitad del Atlántico.
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