Después de ver lo que los arzobispos de Olomouc fueron capaces de construir en su ciudad, estaba claro que su residencia de verano no iba a desmerecer. A pocos kilómetros de su centro de poder, construyeron lo que hoy es patrimonio de la humanidad UNESCO: el palacio arzobispal de Kroměříž. Pero no es el palacio el único patrimonio UNESCO de la ciudad de Kroměříž, también lo son sus jardines, el “Versalles checo”. El tiempo no acompañó mucho, el cielo cubierto de principios de octubre nos ocultó el Sol, pero la belleza de la ciudad dejó claro el motivo por el que se considera de las más bonitas del país. Seguíamos descubriendo rincones de la República Checa más allá de Praga.
La ciudad de Kroměříž
Que en el centro de Europa los obispos fueran casi reyes era algo que ya había comprobado en Polonia con el castillo de los Obispos de Warmia y el castillo de Malbork. Mientras aquellos construían fortalezas, los de Olomouc construyeron una residencia de verano, en el siglo XIII, para mostrar su riqueza. La elección de Kroměříž, unos 40 km al sur de su ciudad, no sólo supuso la construcción del palacio arzobispal, sino que cambió por completo el antiguo asentamiento levantado en la unión de varias rutas comerciales.
Que fuera una residencia de verano en lugar de un castillo no significa que no hubiera guerras, tanto es así que la ciudad fue muy dañada durante la Guerra de los Treinta Años, siglo XVII. Cuando acabó la guerra, el príncipe-obispo Carlos II de Liechtenstein le otorgó rango de sede eclesiástica y organizó su reconstrucción. Durante 1848 y 1849, después de las revoluciones de 1848, la corte de Viena se refugió en la ciudad, lo que convirtió a la ciudad de Kroměříž en sede del parlamento austriaco. Con todas estas “ayudas” no es extraño que acabara recibiendo el sobrenombre de la Atenas de Haná, esta región del centro de Moravia.
Hoy en día sigue siendo un importante centro de arte: además de la galería del palacio arzobispal, cada año acoge festivales de música, exposiciones, conferencias… además de ser un precioso muestrario de la arquitectura morava a lo largo de la historia que es posible recorrer de la mano de guías caracterizados como el oficial que nos llevó desde uno de los jardines al palacio por el centro de Kroměříž.
El palacio arzobispal de Kroměříž
El palacio arzobispal de Kroměříž no es el primero que construyeron los obispos de Olomouc, pero sí se levantó, en el siglo XVII, sobre sus cimientos. Hoy en día pertenece a la diócesis de Olomouc que conserva en él el archivo eclesiástico desde 1144 –no, no se puede visitar–. Pero hay muchas otras partes del palacio que sí que se pueden visitar, aunque en nuestra visita el tiempo nos obligó a dejar más de una sin recorrer.
Bibliotecas, una colección de manuscritos, una galería de arte, casi cuarenta salas y salones… El poder de los arzobispos de Olomouc mostrado al mundo en un edificio: eso es el palacio arzobispal de Kroměříž.
La sala de los vasallos recuerda la curiosidad histórica de que, en aquella época, los arzobispos de Olomouc controlaban una quinta parte del territorio de Moravia, una superficie mayor que el actual Liechtenstein. Una de las salas más llamativas es la sala de la asamblea, Snĕmovní sál, la más grande del país junto con la sala España del castillo de Praga. Una muestra de rococó con lámparas venecianas, estuco dorado, espejos…
Por aquí pasaron el zar ruso Alejandro III para cazar, pero le llevaron también una mesa de billar gigantesca; el emperador Francisco José junto con Sissí y otros personajes de la casa de los Habsburgo –cuatro de los obispos de Olomouc eran de esa casa–.
El mayor mecenas de Beethoven era el arzobispo de Olomouc lo que explica que se conserven en el castillo varios manuscritos de sus obras, así como otros de Mozart, Haydn y otros artistas, lo que convierte a la colección en una de las más importantes del mundo.
Lo más doloroso fue, sin duda, no ver la joya de la corona: la galería de arte. Una colección de cuadros centroeuropeos de los siglos XV al XVIII que fundó Carlos II de Liechtenstein. Desde un Tiziano hasta obras de Van Dyck –los primitivos flamencos no están sólo en Flandes–, una visita no sólo para los amantes de la pintura. Aunque no fue lo único que nos perdimos: la colección numismática –la más importante del mundo por detrás de la de la Ciudad del Vaticano–, el jardín del castillo de estilo inglés –aunque nos resarcimos con el “jardín de flores”– y las bodegas arzobispales medievales, quedaron para otra visita.
El palacio de Kroměříž en el cine
Aunque no hayas estado en Kroměříž, es muy probable que hayas visto su palacio más de una vez. Amadeus de Miloš Forman, la danesa Un asunto real de Nikolaj Arcel, la serie francesa Napoleón con Gérard Depardieu y muchas otras producciones cinematográficas han usado sus salas y jardines como escenarios.
Horarios: Tanto los jardines como el palacio abren todos los días del año. El palacio de 11 a 18 y los jardines de 7 a 16.
Precios: Existen varios tipos de billetes, incluyendo unas u otras partes del palacio, con precios entre 100 y 180 coronas checas (3,70 a 6,60 euros). El acceso al jardín de debajo del castillo es gratuito.
Jardines de Kroměříž
Además del “jardín de debajo del castillo”, Podzámecká zahrada, en Kroměříž se encuentra el “jardín de flores”, Květná zahrada, ambos patrimonio de la UNESCO. De hecho, en la República Checa, el nombre de Kroměříž suele ir asociado al pensamiento de enormes jardines con miles de flores y de plantas exóticas.
Octubre no es el mejor momento del año para ver unos jardines en flor, pero los de Kroměříž siguen manteniendo su belleza incluso sin el color de las flores. Entre las curiosidades del jardín de flores, un jardín barroco del siglo XVII, está la colina de los conejos: una “colina madriguera” de conejos original de la época.
Simetría –bien visible desde lo alto de la galería de 244 metros de longitud–, laberintos, fuentes, pajareras, conejeras… podrías pasarte horas paseando y contemplando la habilidad y maestría de los jardineros de la ciudad. Y no sólo plantas y flores: en el interior del edificio de ocho caras que se encuentra en el centro del jardín cuelga un péndulo de Foucault.
Horarios: Todos los días del año de 8 a 18.
Precios: 70 coronas checas (2,50 euros). Existe una entrada anual por 250 CZK, unos 9,25 euros.
Más allá de palacios y jardines
El centro de la ciudad de Kroměříž es su plaza grande, Velké náměstí, a pocos metros del palacio arzobispal. Aquí destacan las casas, el ayuntamiento y la fábrica de cerveza Černý orel, que también es restaurante y hotel. Un buen lugar para disfrutar de la cultura de la cerveza checa, una de las más famosas del mundo. Eso sí, a nosotros la comida no nos acabó de convencer…
Otra joya en la corona de la República Checa que tendrás que incluir en tu itinerario por el país.
Más información en la página oficial de turismo de la República Checa.