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Las minas de sal de Bogotá: Nemocón y Zipaquirá

Si la historia de Bogotá como lugar habitado se remonta a unos 12.500 años, se han encontrado restos de 10500 a.C., antes de aquello, hace unos 700.000 años, toda la zona estaba cubierta por un océano. Es de ahí de donde proviene toda la sal que se ha extraído, se extrae y se extraerá de las dos minas que se encuentran al norte de la capital colombiana. Si de Bogotá elegimos tres visitas imprescindibles, de los alrededores vamos a hacer lo mismo. Dos relacionadas con la sal: la Mina de Sal de Nemocón y la Catedral de Sal de Zipaquirá. La tercera tiene su propia entrada y su propia leyenda: la Laguna de Guatavita y la leyenda de El Dorado.

Nemocon Mina De Sal Espejo Tanque De Salmuera

La mina de sal de Nemocón

A sólo 65 km al norte de Bogotá se encuentra la población de Nemocón. Aunque cuenta con un bonito centro y cuidadas calles, la atracción principal no es otra que la Mina de Sal de Nemocón. Cubiertos con nuestros cascos nos unimos a un grupo para recorrer la mina y conocer su historia en una visita, incluida en la entrada (41.000 $ – 9,50 € / 10,35 US$) de una hora. En los 200 años de trabajo se extrajeron más de ¡nueve millones de toneladas de sal! En la actualidad funciona sólo como museo y abrió al público hace un año.

Nemocon Mina De Sal Tanque Santa Barbara

El recorrido es un paseo que va haciendo que tus mandíbulas se abran más a cada paso. Si la sala de «recepción» es abrumadora, con sus 30 metros de altura, la siguiente parada es espectacular: los espejos. Lo bueno es que no se ha construido nada para hacer más bonito al lugar, de hecho, los espejos son antiguos tanques de saturación donde se disolvía la roca de la sal. Debido a la presencia de cristales de sal, la superficie del agua se transforma en un espejo perfecto. El paseo continúa por las distintas galerías abiertas a base de pico en las entrañas de la montaña hasta llegar a la capilla de la Virgen del Carmen. Los mineros que trabajaban en la mina hacían su vida en ella: trabajo, comidas, ocio… –sólo salían para dormir– con lo que también decidieron construir una pequeña capilla bajo tierra. El trabajo de minero seguía siendo muy duro, pero las minas de sal son las más saludables: el aire es puro, no hay problemas con gases ni explosiones y la dureza de la roca salina hace que no se produzcan derrumbamientos.

Nemocon Mina De Sal Capilla Virgen Del Carmen

La otra atracción de la Mina de Sal de Nemocón es su corazón. Un enorme cristal de sal –1.600 kilos– tallado en forma de corazón por el minero Miguel Sánchez a mediados del siglo XX. Un poco excesivo, pero nos contaron que es habitual hacer pedidas de mano en la cámara… El slogan de la mina es «El corazón de Nemocón vuelve a palpitar desde las entrañas de la tierra para el mundo«.

Nemocon Mina De Sal Corazon De Nemocon

La Catedral de Sal de Zipaquirá

Declarada la Primera Maravilla de Colombia en 2007, no se puede decir que no haga honor a su nombre. Para aprovechar el día y conocer también la tercera de las visitas imprescindibles de los alrededores de Bogotá, buscamos una agencia que nos ofreciera la excursión que encajaba en nuestros planes –se puede llegar a la Catedral de Sal en transporte público pero son unas dos horas de camino–.

Zipaquira Catedral De Sal Via Crucis

Si la Mina de Sal de Nemocón nos había impresionado por el trabajo de sus mineros con picos y palas, la Catedral de Sal de Zipaquirá (hay muchos planes pero el más básico cuesta 98.000 $ – 23 €/ 25 US$) se encuentra en el segundo nivel de la enorme mina de sal de Zipaquirá. Un segundo nivel en el que se usaron explosiones controladas que crearon gigantescas galerías en las que Roswell Garavito, el mismo arquitecto bogotano que trabajó en la Mina de Sal de Nemocón, creó la catedral.

Zipaquira Catedral De Sal Arcangel

La Catedral de Sal actual se inauguró en 1995, después de cuatro años de trabajo de 192 mineros. Si en caso de Nemocón era la virgen del Carmen, aquí es la Virgen de Guasá la que se venera. La mina sigue en funcionamiento, en un cuarto nivel. Se han extraído unas 250.000 toneladas de sal y se espera seguir trabajando por unos 500 años más.

La grandiosidad de la construcción se puede ver en la cruz de su altar de 16m x 10m x 0,88m, la más grande de sal construida bajo tierra. Pero no es sólo la cruz, también las tres naves: del nacimiento, la izquierda; de la vida, la central; y de la muerte, la derecha. Sin olvidar las estaciones del Via Crucis que dan paso a la catedral desde la entrada. La palabra es impresionante. El tamaño es tal que la iglesia pidió reducirlo para que no fuera más grande que la Catedral de San Pedro de Roma –ninguna iglesia católica puede ser mayor que ella–.

Zipaquira Catedral De Sal Nave Central Cruz De Sal

Eso sí, os recomendamos pasar rápido por la zona comercial, casi tan grande como las naves de la catedral y el espectáculo de luces –que no entendemos qué sentido tiene en el interior de la construcción más que el poder decir que es el mayor muro de leds del mundo…–. Pero no os perdáis la película 3D en la que cuentan la historia de la mina, desde la época muisca hasta la actualidad y la forma de explotación de la misma.

Zipaquira Catedral De Sal Capilla Sixtina

Puedes contratar tu visita a la catedral de Sal de Ziparquirá desde Bogotá en este link.

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14  Comentarios

  • Patricia
    13 diciembre, 2020 a las 20:36

    Muy buenas tarde. Es que tengo una duda, ¿la mina de sal de Nemocón es la misma catedral de sal de Zipaquirá por la laguna o la montaña? Es que quiero saber. Gracias.

    Responder
    • 14 diciembre, 2020 a las 12:42

      Hola, Patricia. ¡Bienvenida al blog!
      La zona alrededor de Bogotá era un mar hace millones de años y, tras secarse, dejó varios depósitos de sal. Las mina de Zipaquirá y de Nemocón son dos minas de sal diferentes, las dos turísticas y altamente recomendables. Eso sí, la de Zipaquirá mucho más grande y popular y la de Nemocón más artesana.
      ¡Un saludo viajero!

      Responder
  • Jair
    28 septiembre, 2020 a las 19:24

    Hola! Les faltó conocer el pueblo de Zipaquirá, es precioso. Una ciudad con mucha historia, arquitectura colonial y republicana. Desde la época virreinal fue el poblado de mayor importancia regional, por debajo de Bogotá.
    Les hubiera encantado, para que sumaran un pueblo colonial más de Colombia para visitar.

    Responder
    • 3 octubre, 2020 a las 12:11

      Hola, Jair. ¡Bienvenido al blog!
      Tienes toda la razón. Nos lo comentaron después… Un motivo más para volver a Colombia. La visita a la mina de Zipaquirá la unimos con la laguna de Guatavita y no hubo tiempo para nada más. De todas formas, estamos seguros de que se nos pasaron muchas ciudades coloniales de Colombia, como del resto de Sudamérica. Lo dicho, motivos para volver 🙂
      ¡Un saludo!

      Responder
  • Diana Bermúdez
    14 mayo, 2019 a las 01:45

    Hola una,pregunta para una tarea cuantos túneles hay en la mina de sal,nemecon

    Responder
    • 23 mayo, 2019 a las 13:47

      Hola, Diana.
      La verdad es que no sabemos el número preciso de túneles. Esperamos que lo puedas encontrar.
      Un saludo

      Responder
  • Elena
    14 febrero, 2018 a las 04:13

    Hola! Tenemos el presupuesto reducido y no estamos seguras de cuál de las dos minas visitar. Por un lado, Nemocón es más barata y los colores que hemos visto en las fotos de los espejos nos han atraído mas, pero todo el mundo habla de Zipaquirá y parece que es mucho más grande, desde vuestro punto de vista ¿cuál merece más la pena?
    Muchas gracias por los posts! Están siendo super útiles para organizar nuestro viaje.
    Un abrazo.

    Responder
    • 19 febrero, 2018 a las 10:57

      Hola Elena y bienvenida al blog 🙂
      La verdad es que Nemocón es más «próxima». Me explico: es más pequeña y menos turística (Zipaquirá es casi un parque temático lleno de gente). Otra de las diferencias es que, mientras que en Nemocón visitas una mina de sal en la que hay un par de capillas, en Zipaquirá visitas una gigantesca catedral de sal. Como «belleza», la catedral de sal de Zipaquirá no tiene rival: es espectacular.
      Ya ves que es complicado elegir entre las dos. Depende más de tus gustos: más mina o más monumento; más íntimo o más lleno de turistas; más cercano o más espectacular. Es que a nosotros nos gustaron mucho las dos, por eso, porque son muy diferentes.
      ¡Disfrutad mucho de Colombia!
      Un abrazo

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      Responder
  • leonardo
    28 septiembre, 2016 a las 03:23

    por favor me responderían esta pregunta?:
    tengo un trabajo relacionado con Nemocon, la pregunta es que cuanto pesa el agua que hay en la salmuera de la mina de Nemocon.
    porfa es urgente es una tarea :).

    Responder
    • 13 octubre, 2016 a las 11:43

      Hola Leonardo y bienvenido al blog 🙂
      Lo sentimos pero no sabemos el peso del agua… no es un dato que se cuente en la visita a la mina 😉
      Suerte con esa tarea

      Responder
  • 12 septiembre, 2014 a las 12:19

    Precioso sitio y las fotos espectaculares…
    Un saludo.

    Responder
    • 14 septiembre, 2014 a las 19:49

      La verdad es que las dos minas son una maravilla cada una en su estilo, merecen una visita 🙂
      Y gracias por lo de las fotos 😉

      Responder
  • 17 octubre, 2013 a las 20:38

    Ei, que espectáculo! esto es de estilo kitch o parecido, no? 🙂 La verdad es que las luces parecen una discoteca, je je! (sin ánimo de molestar). Saludos!

    Responder
    • 21 octubre, 2013 a las 15:34

      La verdad es que algo de discoteca con las luces azules y verdes sí que tiene, pero la sal (con todo lo que refleja) se presta a ello y le da un ambiente todavía más increíble. Probablemente con una iluminación más «discreta» no resaltaría tanto…
      Hay que verlo en directo 😉

      Responder