Empezar un viaje recogiendo el equipaje de la cinta del aeropuerto es lo más normal del mundo. Lo que hace que no lo sea, es que lo recojas en el mismo aeropuerto en el que has facturado un par de horas antes.
Nuestra experiencia con AirFrance sigue siendo mala. Si la primera vez tuvimos que correr por Charles De Gaulle para no perder la conexión con Narita, esta vez ha sido imposible llegar a Francia. Uno de los motores del avión que tenía que llevarnos perdía aceite y no sabían de dónde. Después de desmontarlo y volverlo a montar seguíamos en tierra y nuestra avión en París se perdía como el aceite del motor.
Después de un gran trabajo de Sara que estuvo desde el primer momento intentando conseguir otra forma de llegar a Pekín, nos dieron plaza en un KLM que nos traería hasta aquí pasando por Amsterdam. El problema es que no éramos los únicos que teníamos ese vuelo (¿tanta gente va a China?) y había otras conexiones (algunas a sitios que no sabemos colocar en un mapa) que también se perdían. El tiempo pasaba.
Todos los que perdíamos conexiones tuvimos que recoger los equipajes por las cintas de llegada y volver al mostrador a facturar una vez más. El vuelo a Amsterdam salía a la una y ya eran las doce y sin Symbios. Por si fuera poco también había problemas con la tarjeta de embarque para Pekín: no nos la podían dar, no se sabía por qué.
¡Y pensábamos que la aventura empezaría en Chengdu! No habíamos salido de Barajas y ya nos habían cambiado los dos vuelos, habíamos facturado dos veces y nos marchábamos a Amsterdam sin tener el siguiente billete. ¿Quién dijo miedo?
Para que no os quede la duda: todo ha ido bien. Pero lo guardamos todo para poner la reclamación a la compañía aérea.
Hemos llegado a Pekín cuatro horas después de lo previsto y del tirón nos hemos ido a hacer turismo: el Templo de los Lamas y el Templo del Cielo y un paseo por la Plaza de Tian’anmen.
Nos ha dado tiempo hasta de llamar la atención y que la gente se haga fotos con nosotros.
Ya estamos en el albergue y nos vamos a dormir, mañana hay que seguir haciendo turismo y seguir el viaje.