Hoy, aunque ya lleva un par de semanas visible, comienza nuestra nueva aventura bloguera. Después de cuatro años y medio nos hemos hecho mayores y para seguir siendo “atractivos” necesitábamos un cambio de aires.
Cuando nació el blog, agosto de 2007, la costumbre/rito de saltar en los destinos acababa de aparecer. Ese primer salto llegó en Moscú pocos meses antes del comienzo del blog. Pero fue más un hecho aislado que algo que pensara en convertir en marca de la casa. Después de Moscú y Colonia, los dos saltos en el mismo viaje pasaron seis meses hasta que llegó el siguiente en la nieve de Le Marche. Poco a poco la lista se fue ampliando: Alentejo, Mérida, Trujillo, Jordania, Siria, Israel… hasta llegar al último, el salto frente al castillo de Edimburgo.
De ahí la diferencia entre el nombre del blog y la dirección, ese SaltaConmigo y ese QueriendoMoverse. Durante los últimos cuatro años, esa diferencia me llevó a plantearme en muchas ocasiones comprar el dominio SaltaConmigo –el nombre ya estaba ocupado en blogger– o cambiar el nombre del blog y hacerlo coincidir con la dirección.
La decisión, es evidente por la dirección que está escrita en el navegador, fue comprar el dominio. Pero seguía sin saber cuál iba a ser el futuro del blog. Mantenerlo en blogger y redirigirlo al dominio propio o dar el gran paso y cambiar a WordPress.
La marca distintiva del blog son los saltos, así que la decisión parecía obvia: había que saltar. Y saltar implicaba cambiarlo todo: dominio propio, plataforma WordPress, búsqueda de plantilla, cambio de logo, cambio de imagen de Facebook…
Todavía quedan cosas que afinar en nuestra nueva casa y seguro que llegan más cambios, una vez que se empieza es difícil parar.
Si hay que saltar hay que llegar lo más alto que se pueda, ¿no?