Lunes 22/03/2010 (4)
Bhaktapur es el reino más antiguo de la actual Katmandú y su plaza Durbar también es patrimonio de la humanidad. El coche nos deja en la parte baja de la ciudad. Según subimos las escaleras pasamos frente a un templo construido entre las raíces de un árbol. No es el primero que vemos pero no deja de sorprendernos y de recordarnos a las imágenes que hemos visto de Ankor Bat. Paras nos dice que es un lugar de sacrificios. Todavía se realizan sacrificios a la diosa Kali o Durga que se consideran otras encarnaciones de Parvati esposa de Shiva. Los animales que se sacrifican representan cinco pecados de la humanidad de los que se quieren deshacer ante la diosa apaciguando su deseo de sangre. Estos son el pollo que representa la estupidez, el pato la indiferencia, el búfalo la cólera, el carnero la timidez y el macho cabrío la envidia.
Los templos que se ven aquí son tan impresionantes o más que los de ayer. Uno de ellos está hecho completamente de piedra. Paras nos explica que cuatro de los templos que están en la plaza principal son réplicas de otros que están en la India. Son lugar de peregrinación obligatoria para los hindúes y los reyes de Nepal hacían la peregrinación todos los años. Como no les resultaba fácil decidieron copiarlos y convertirlos en lugar de peregrinación dentro del país. A la entrada de la plaza, a la izquierda se ve un templo con dos leones de piedra en su puerta. El rey que los mandó construir mandó que le cortaran después las manos al artesano para que no pudiera volver a hacer otros iguales. En la actualidad es una escuela.
En este plaza también está el templo de la diosa viviente, Taleju. En este caso la niña sólo está aquí durante las festividades. El templo se encuentra en el tercer patio del palacio real. El original era del siglo IX pero el actual es del XVII. Perduran siete plazas de las cien que hubo. Para acceder al templo hay que atravesar la puerta de oro, Sun Dhoka, que cuenta con miniaturas hasta de diez divinidades. No se pueden hacer fotos de su interior, ni siquiera entrar si no se es hindú, un militar con su fusil no deja mucho margen para juegos. En el cuarto patio se encuentra el baño real. Toda la cuba está rodeada por una enorme cobra. El grifo por el que sale el agua es también una cabeza de cobra y en el centro de la cuba se yergue un poste con otra cobra en lo alto. Las serpientes son símbolos de protección.
A su lado se haya otro palacio conocido como el palacio de las 55 ventanas. Su nombre es descriptivo, el edificio cuenta con 55 ventanas con sus enrejados de madera, convertido en escuela.
Bhaktapur es conocido por su artesanía de cerámica y Paras nos lleva a la plaza de los alfareros. Allí vemos un montón de huchas secarse al Sol. Nos cuenta que utilizan un barro especial que traen hasta aquí, fabrican los objetos con ayuda de un gran torno y después de secarlos un poco al Sol los introducen en un gran horno. Se supone que la gracia del barro es que es negro, pero de camino aquí hemos visto un puesto de cerámica en el que el dueño estaba pintando las figuras.
Y todavía quedaba más Bhaktapur que visitar.