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Paseando por Amsterdam

Al día siguiente salimos a caminar por la ciudad una vez más. No teníamos un destino fijado sino pasear. Las casas de la ciudad nos habían encantado. En Amsterdam, como en muchos países nórdicos, el concepto de persiana no se trabaja. Las horas de sol son escasas y no se concibe evitar que entre en las casas. De esta forma, mientras paseas, se puede ver el interior, y es como si pasearas por una revista de decoración.

Las casas parecen preparadas para que las mires. Muchos dejan incluso las luces encendidas sin estar y no les resulta incómodo notar que los turistas les están mirando mientras cocinan, limpian o trabajan. Las casas bajas son incluso más «descaradas», baste decir que estuvimos a punto de entrar en una porque nos daba la impresión de que tenía que ser un restaurante por la poca intimidad de la que gozaba (además de que el ocupante estaba cocinando en una cocina enorme).

Tras un rato de paseo entramos en uno de los muchos brown coffees de la ciudad. No hay que confundir con los coffee shops. Los brown coffees son los típicos bares de la capital holandesa y se caracterizan por su decoración interior en madera oscura, aunque el nombre se debe a que tanto paredes como techos están marrones debido a años y años sufriendo el humo del tabaco. Allí comimos un pancake de bacon y una especie de ensalada en formato tosta.

Con el estómago ya lleno entramos en una de las muchas queserías de la ciudad. Esto es algo que hecho de menos en España: somos un gran productor de quesos, pero no se ven tiendas de sólo queso por la calle como se ven en Italia o en Holanda…


Desde allí nos dirigimos a la casa de Anne Frank en Prinsengracht. En la plaza frente a la iglesia hay una estatua conmemorativa. Después del «fracaso» del museo Van Gogh del día anterior y viendo la cola que había para entrar decidimos dejarlo para otra ocasión.

Antes de ir a comer no pudimos dejar de pasar por una de las tiendas de diseño nórdico de la ciudad, The Frozen Fountain.


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Comentarios

  • JAAC
    4 enero, 2010 a las 09:38

    Hola Gildo, bienvenido.

    La ciudad es una pasada, muy tranquila como dices.

    Es muy distinta pero demasiado fría y húmeda 😉

    Responder
  • 29 diciembre, 2009 a las 20:08

    Que diferente es la vida de Holanda Y esta solo una hora y poco de Espanya.
    Me gusta mucho esta parte de Europa, tranquila y sin sobresaltos.
    Un saludo y Feliz año Nuevo.

    Responder