En nuestra segunda visita a Amsterdam nos hemos sorprendido viendo algunas de sus joyas escondidas, como sus jardines ocultos detrás de sus canales; hemos tenido tiempo de visitar museos que nos habíamos perdido la primera vez como el de Ana Frank; hemos descubierto otros recién estrenados como el de arte moderno de Stedelijk… ¡lo que han dado de sí tres días!
La casa de Ana Frank
Casualmente, los dos leímos su diario el año pasado, así que había crecido nuestra curiosidad por visitar la casa de atrás, como la llamaba ella: el lugar en el que tuvo que esconderse esta adolescente judía con su familia durante dos años antes de ser capturada y morir en un campo de concentración. La casa, por petición de su padre Otto Frank –el único superviviente y quien dio a conocer al mundo la obra de su difunta hija ayudándola a cumplir su sueño de convertirse en una escritora de éxito– se ha quedado vacía, como la encontró él después de la guerra. Aún así, las maquetas y las fotos ayudan a comprender como era cuando los Frank se escondían allí. Es posible pasar tras la librería que se construyó para esconder la entrada a la casa: esa librería que separaba a Ana del mundo exterior que tanto echaba de menos. Los testimonios de amigos y conocidos, de su padre Otto, las fotos y hasta un pequeño vídeo en el que aparece Ana y, como no, sus manuscritos originales completan la visita. Conmovedor y totalmente recomendable porque, como dijo Otto, «para construir un futuro, es preciso conocer el pasado».
Un paseo por el Jordaan
Paseando por el Jordaan, el barrio más in de Amsterdam plagado de pequeñas boutiques de moda y de cucos cafés, nadie diría que fue una zona pobre que estuvo a punto de ser demolida. Construido a principios del siglo XVIII para acoger la nueva y rica clase media en la edad dorada de la ciudad, en el siglo XIX empezó a tener problemas de superpoblación y en los años 60 del siglo pasado se había convertido en un barrio tan decadente y peligroso que se pensó en derribar. Afortunadamente se recuperó: las casas se reestructuraron, sus pútridos canales se volvieron a llenar y se recuperaron los espléndidos jardines que probablemente le den su nombre –que parece pueda derivar del francés «jardin«–. Una historia parecida a la que vivieron algunos de los barrios más de moda de Nueva York y que ha tenido el mismo final feliz. Ahora el Jordaan es el sitio ideal para tomarse un café –por lo visto sobre todo en verano en sus terrazas–, comer algo diferente en una tienda de delicatessen o visitar las pequeñas tiendas de diseñadores de moda o galerías de arte independiente. Nosotros aprovechamos para volver a probar la deliciosa tarta de manzana del Winkel (Noordermarkt, 43).
Dónde está: El Joordan es la zona delimitada por el canal Brouwersgracht al norte, Leidsegracht al sur, Prinsengracht al este y Lijnbaansgracht al oeste, en la parte occidental del centro de Amsterdam.
La Oude Kerk, la Iglesia Vieja
La ultima vez que estuvimos en Amsterdam quisimos visitar la Iglesia Vieja, la Oude Kerk, porque sentíamos curiosidad por entrar en una iglesia ubicada en el corazón del distrito rojo, un contraste cuanto menos chocante. Esa primera vez la encontramos cerrada así que ahora no podíamos dejar escapar la ocasión, y ha sido una grata sorpresa. Construida alrededor del año 1300, es el edificio más antiguo de la capital holandesa, y, entre otras cosas, tiene unas espléndidas vidrieras que por sí solas merecen una visita. Como curiosidad, la expresión holandesa pasar por la puerta roja significa casarse debido a que, a partir de 1578, los matrimonios de Amsterdam se inscribían en la sacristía de esta iglesia cuya puerta era, y sigue siendo, de este color. Entre otros, por aquí pasó Rembrandt en 1634. Encima de la puerta se lee la inscripción : Het is haast getrouwd, dat lange rouwt, Boda con prisas, pena para siempre.
Mas museos: el FOAM, el Stedelijk y el de los diamantes
Tener la IAmsterdam City Card nos ha dado la oportunidad de descubrir museos que probablemente no habríamos visitado. Uno de ellos es el FOAM, el museo de fotografía, interesante pero sólo para muy amantes de la fotografía.
Otro es el Diamant Museum, el museo de los diamantes, con curiosidades sobre la historia de esta piedra preciosa, aunque se les olvida mencionar los conflictos que ha generado en el mundo… Eso sí, la tienda de recuerdos es prohibitiva.
Y finalmente el Stedelijk Museum, el museo de arte moderno, contemporáneo y de diseño más importante del país. Ubicado en un edificio de finales del siglo XIX, ha sido completamente reformado y ampliado con una futurista ala para dar más espacio a sus colecciones. Curiosa la de diseño donde se exponen hasta ¡un iBook de Apple!
Los graffitis de la Spuistraat
Para arte contemporáneo el de los graffitis de la Spuistraat, una calle que está llena de verdaderas obras de este arte callejero, a pocos pasos de la Plaza Dam. Muchas gracias a Txemi, que tuvimos el placer de conocer en Amsterdam, por recomendárnosla.