No teníamos una idea clara de lo que nos íbamos a encontrar en Český Krumlov. Eso ayudó a que todo nos sorprendiera. Aunque, incluso sin ese factor sorpresa, la ciudad es una preciosidad: no se llega a Patrimonio de la Humanidad UNESCO sin motivo. Es de esos sitcios que te cuesta creer que se hayan construido como una “simple ciudad” para vivir, como si durante siglos sus distintos gobernantes se hubieran puesto de acuerdo para crear una auténtica obra de arte. Espera, que no es “como si”, es que lo hicieron, primero los Rosenberg, luego los Habsburgo y, finalmente, los Schwarzenberg. Esos siglos de obras hacen que no te vayan a faltar lugares que ver en Český Krumlov. Es más, de faltar algo, será tiempo.

El segundo castillo más grande de la República Checa, uno de los pocos teatros barrocos todavía en uso de Europa, la vista desde lo alto del puente del manto y desde el resto de miradores… Un pequeño adelanto de lo que te espera en un meandro del río Moldava. Sí, el casco histórico de Český Krumlov está rodeado por un meandro, ¿puede haber algo más especial? De acuerdo en que se lucieron embelleciéndolo, pero es que el escenario ya era de lujo.
Tú vas a llegar con un poco más de preparación a Český Krumlov, pero vas a alucinar tanto como nosotros.
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Ya que estás ahí, ¿qué tal si, después de tachar todo de la lista de lugares que ver en Český Krumlov, sigues el viaje por la región? Echa un vistazo a nuestros imprescindibles que ver en Bohemia del sur y vete pidiendo más días libres.
Cómo llegar a Český Krumlov desde Praga
Empezamos con lo básico, Český Krumlov se encuentra en la región de Bohemia del sur. Para situarlo en el país, te diremos que está a unos 175 km al sur de la capital checa. Llegar a Český Krumlov desde Praga es sencillo. En coche puedes ir a České Budějovice –la capital de Bohemia del sur y su ciudad más poblada– en poco más de una hora y media y, desde ahí, recorrer los menos de 25 km que la separan de Český Krumlov. Tienes todos los detalles de la ruta en Google Maps. Eso sí, ten en cuenta que no se puede entrar con el coche en el casco histórico y que los aparcamientos –hay varios alrededor de la ciudad– no son particularmente baratos, el que avisa…

También se puede llegar a Český Krumlov en transporte público desde Praga. Al día hay entre ocho y nueve autobuses que unen las dos ciudades en poco menos de tres horas. Echa un vistazo a los horarios y precios aquí.
Hay una tercera opción: con un tour guiado desde Praga. Eso sí, te aseguramos que te vas a quedar con ganas de pasar más tiempo en la ciudad, y es que hay mucho que ver en Český Krumlov, pero es la mejor opción si solo tienes un día. En cualquier caso, aquí tienes la información del tour con horarios y precios.
El puente del manto: lo primero que ver en Český Krumlov
Es difícil que el puente del manto –Plášťový most en checo y Mantelbrücke en alemán– no sea lo primero que veas en Český Krumlov… Bueno, no sabemos dónde está la parada del autobús, pero es que nosotros aparcamos el coche de alquiler justo delante de él. Antes de parar el motor ya teníamos los ojos abiertos como platos. ¿Qué hacía un acueducto romano en Český Krumlov? Sí, fue lo primero que pensamos cuando vimos el puente del manto –o de la capa–, que nos recordó al acueducto de Segovia.

En realidad, el puente de la capa es mucho más “nuevo”, de los siglos XVII y XVIII –aunque antes había una pasarela de madera–. Sobre los arcos que nos recordaron al acueducto se alza un “edificio” de tres plantas. La inferior era para la plebe, mientras que las dos superiores, cubiertas, eran para los nobles en su camino desde el castillo al teatro barroco y los jardines. Hoy en día solo se puede pasar por la parte inferior desde donde tendrás una de las mejores vistas de Český Krumlov entre las estatuas.
El castillo, su museo, su torre y sus jardines
Ya hemos dicho que el castillo de Český Krumlov es el segundo más grande de la República Checa por detrás del de Praga. Poco más que añadir. Hablamos de edificios, salas, torres, patios, jardines… capaces de entretenerte durante toda tu estancia en la ciudad. El acceso al área del castillo es libre, puedes pasear entre los patios y por el puente cuando quieras. Para lo que sí necesitas entrada es para los edificios del complejo, incluyendo el teatro barroco. Cuidado, que hay varios tours por el castillo –recuerda, es enorme– así que elige bien el que quieras hacer al comprar tu entrada. Por cierto, la entrada a la torre se compra en la propia torre, no la pidas en las taquillas del castillo.

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Si tienes pensado subir a la torre del castillo de Český Krumlov y visitar algún otro lugar como el museo del castillo, el museo regional –con una impresionante maqueta de la ciudad–, el museo Fotoatelier Seidel, el Egon Schiele Art Centrum o el Monasterio de Cesky Krumlov, echa un vistazo a la Český Krumlov Card que puede ahorrarte un dinero en entradas.

La zona de los jardines, al otro lado del puente y más allá del teatro barroco, también es de acceso libre. Te va a costar aceptar que fueran capaces de hacer un jardín tan grande y perfecto en lo alto de un risco… porque sí, todo el castillo sigue la forma del risco que domina Český Krumlov.
Las vistas desde el Moldava en barco tradicional
Cuando una ciudad está rodeada por un río –un meandro del Moldava– la navegación tiene una importancia capital. Verás que hay decenas de kayaks y barcas, los checos son unos enamorados del remo. Sin llegar a eso, no te deberías perder un paseo en barca tradicional por el Moldava. Las vistas de la ciudad desde el río nos dieron otra imagen más terrenal. Las torres eran exclusivas de los ricos y así era como veían la ciudad la mayoría de sus habitantes. Además de la historia y algunas curiosidades de Český Krumlov, la experiencia se completa con un par de rápidos que subirán un poco tu adrenalina. ¿Te has planteado pasar unos rápidos en unas barcas de madera planas dirigidas por dos “gondoleros” que clavan su palo de madera en la base del río?

Aunque no entiendas muy bien el inglés –los paseos no son en español–, merece la pena por la experiencia. Puedes ver los precios y reservar aquí. Si quieres, también lo puedes hacer de noche, aquí tienes los detalles.
¿Sabías que…?
Si la adrenalina del paseo en barca tradicional te parece poca y tienes ganas de más, acaban de inaugurar una via ferrata junto al río. Echa un vistazo a su web (en checo, pero siempre te quedará Google Translate). Cuando pasamos nosotros todavía estaban preparándola.
La iglesia de San Vito
La iglesia de San Vito es la más importante y una de las más antiguas de la ciudad, de principios del siglo XV, aunque ha ido cambiando a lo largo del tiempo según el estilo y los gustos de la familia en el poder. La última reforma le dio el aspecto neogótico que hoy luce su torre –ya en el siglo XIX–.

En su interior, busca los frescos góticos en los laterales de la nave y, además del resto de la decoración barroca –atención al altar mayor–, uno de los órganos más grandes de Chequia.
La plaza mayor con su “clásica” columna de la peste
No hay ciudad checa que se precie que no tenga una columna en su plaza mayor y Český Krumlov no iba a ser menos. Esas columnas son las “columnas de la peste” y recuerdan a la Virgen o al santo que, según la tradición, ayudó a acabar con la plaga. En Český Krumlov es la Inmaculada y lleva ahí desde el siglo XVIII –se erigió poco más de 30 años después de la epidemia de 1680-1682–.

Pero no hay que pasar por la plaza mayor, Námĕstí Svornosti, solo por la columna de la peste. Los edificios renacentistas que la rodean son motivo más que suficiente para que te acerques y te quedes un rato. Entre ellos, el de los soportales, es el ayuntamiento. Te sorprenderá el tamaño de la plaza teniendo en cuenta que la ciudad vieja está en el meandro del río y no hay mucho espacio.
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Sal de la plaza por la calle Radniční hacía el puente sobre el Moldava para tener una foto perfecta de la torre del castillo entre los edificios.
La calle Horní y su mirador
Antes hemos dicho que las torres eran para los señores, pero también había formas de que el pueblo llano viera la ciudad con perspectiva. Una de ellas es el mirador de la calle Horní, el único acceso terrestre al interior del meandro. Según te alejas del centro entre los edificios renacentistas, encontrarás un pequeño parque-mirador a la izquierda. Tómate tu tiempo, para eso están los bancos, y disfruta de una de las mejores vistas de Český Krumlov. Si te acercas al atardecer, y la puesta de sol acompaña, la experiencia es casi religiosa… O eso pensamos, porque aunque nos acercamos las dos noches, no coincidió con una buena puesta de sol.

Un poco más adelante, en la misma calle Horní, estaba la residencia del prelado de Český Krumlov. Hoy es el Hotel Ruze –por la rosa de los Rosenberg–, el único hotel de cinco estrellas de la ciudad. Si te quieres dar un capricho, aquí puedes ver los precios.
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Paseando por la ciudad, verás señales de colores que marcan caminos. Siguiendo las marcas azules llegarás a la capilla de Nuestra Señora de los Dolores y las Santas Cruces en lo alto de una loma que domina Český Krumlov. El paseo, si tienes tiempo, puede resultar agradable y tendrás toda la ciudad a tus pies como un pequeño joyero.

El barrio de Letran
Aunque la mayoría de los lugares que ver en Český Krumlov se encuentran en la zona rodeada por el meandro del Moldava –excepto el castillo–, también hay vida más allá. Y no hablamos de la zona nueva de la ciudad –ten en cuenta que en Český Krumlov viven unas 13.000 personas y solo 250 en la ciudad vieja–. Hablamos del barrio de Letran que, en realidad, está casi rodeado por el propio Moldava entre dos meandros…

Seguimos en una zona medieval, de hecho aquí se conserva la única puerta de la muralla del siglo XVI que rodeaba la ciudad, la Puerta de Budějovice. La mayoría de la gente cruza el puente de Lazebnický desde el casco histórico para visitar el castillo, pero, si te animas a quedarte en la parte baja, te encontrarás con el campanario de la iglesia de San Jost, edificios con frescos góticos, el arsenal de los Rosenbergs –luego convertido en cervecería– y el monasterio de las clarisas. Si tienes tiempo, te aconsejamos entrar a este último. Vamos, que no deberías dejar de visitar el barrio.

Dónde dormir: nuestro hotel recomendado
Ya te habrá quedado claro que Český Krumlov pide a gritos pasar tiempo allí. Si no, es que no hemos sabido poner en palabras lo bonito que es todo y la cantidad de lugares que merecen una visita. Nosotros dormimos dos noches en la ciudad, en pleno casco histórico, y nos dolió tener que irnos para seguir nuestro viaje por Bohemia del sur.

Si tú también has decidido pasar más de unas horas, te recomendamos la Pension Alt Straninger, en el número 49 de la calle Široká: mejor ubicación, imposible. Un pequeño alojamiento boutique con un personal muy agradable y un delicioso y contundente desayuno que sirven directamente en la habitación. Aquí puedes ver precios y disponibilidad y aquí de otros hoteles de Český Krumlov.
Mapa de los lugares que ver en Český Krumlov
El casco histórico de Český Krumlov es bastante pequeño, pero eso no quita que puedas acabar dando vueltas por sus callejuelas sin encontrar lo que buscas –los trazados medievales no suelen ser fáciles–. Así que, para ayudarte, hemos preparado un mapa con todos los lugares que ver en Český Krumlov. Podrás orientarte rápidamente y no te perderás ninguno.
Está claro que Český Krumlov tiene motivos más que suficientes para ser Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, ¿verdad?
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