Cuando uno pregunta qué ver en Brujas, la respuesta, da igual que el que conteste haya estado o no, va a ser parecida: canales, puentes de piedra, casas medievales con esa arquitectura nórdica tan típica, rincones románticos que harían enternecer hasta al más duro, tiendas de chocolate… Eso es Brujas en la mente de todo el mundo. Al fin y al cabo, es la Venecia del norte, ¿no?
Esa Brujas existe, no seremos nosotros quienes lo vayamos a negar. Y esa Brujas no defrauda. Pero no está sola. Hay otra Brujas que la acompaña. Una más tímida. Una menos afamada. Una que no se ha quedado en la Edad Media y que quiere convertir el siglo XXI en su particular época dorada. Es la Brujas de la trienal de arte, la Brujas de los artesanos del proyecto Hand Made in Brugge –que hacen un guiño a la tradición pero siguiendo el mantra de la innovación– y la de edificios contemporáneos como el Concertgebouw, la sala de conciertos de la ciudad. Un templo del arte donde puedes sorprenderte con un espectáculo de ballet contemporáneo o admirar, desde su terraza, esa Brujas “famosa”.
El Concertgebouw de Brujas: nuevo icono arquitectónico de la ciudad
El Concertgebouw Brugge, la nueva sala de conciertos de Brujas, tiene en realidad ya tres lustros. Abrió sus puertas en una fecha y en una hora muy singulares: el 20 de febrero de 2002 – 20/02/2002– a las 20:02. En 2002 Brujas fue capital europea de la cultura y justamente por ese motivo se levantó el edificio, proyectado por el estudio arquitectónico Robbrecht en Daem de la vecina –y “rival”– Gante.
Desde su apertura, se hizo famoso por las 68.000 tejas que recubren su techo. Aunque, para mí, el detalle más curioso es el de los 4.696 muelles de acero sobre los que está construido el edificio, por lo visto para neutralizar las vibraciones de los ruidos del exterior. Es uno de los muchos “trucos” utilizados por Robbrecht en Daem para optimizar la acústica del edificio. La forma de la sala de conciertos e incluso la de las sillas, con sus aberturas verticales en los respaldos, son otros. Curioso, ¿no?
El Concertgebouw se encuentra justo en el límite del centro histórico de la ciudad. Y se ha convertido ya el nuevo icono arquitectónico de esa Brujas contemporánea. La nueva Brujas que abraza a la clásica. Un edificio imponente con piel de terracota roja y alma de hormigón que abraza canales, puentes y edificios medievales.
Sala de conciertos y museo: el concepto del Concertgebouw de Brujas
El Concertgebouw es, antes que nada, eso: una sala de conciertos –bueno, en realidad hay dos, para ser exactos–. Pero es, al mismo tiempo, un pequeño museo de arte contemporáneo. Uno en el que las obras tienen casi siempre, eso sí, relación con la música o con el mundo de los sonidos.
Así puedes encontrarte con las enormes campanas de la obra “Anunciación”, del artista conceptual Pavel Büchler, de las que salen sonidos de abejas o de hinchas en competiciones deportivas. O con el gran mural “Ángel” del pintor Luc Tuymans, donde el enorme ángel está representado con un arpa. O con la instalación “Poème Electronique” de Edgard Varèse, integrada en el techo del vestíbulo de la última planta, con sus sonidos electrónicos que llegan desde diferentes puntos –una obra inspirada en el Pabellón de Philips diseñado por Le Corbusier para la Expo ‘58 en Bruselas, para celebrar los avances tecnológicos de la posguerra–.
Y también hay exposiciones fotográficas. ¿El tema? En este caso no está vinculado directamente a la música aunque lo está con el leit motiv de la temporada de conciertos. El próximo, por ejemplo, será la metamorfosis.
Las obras a las que puedes asistir en la sala de conciertos
La forma más común de conocer una sala de conciertos, por supuesto, es asistir a uno de los espectáculos que se realizan en ella. En el Concertgebouw de Brujas hay más de 160 al año, sobre todo centrados en danza contemporánea y música clásica. Uno de los eventos más conocidos es el MAfestival de música antigua, del que hemos hablado con detalle y que fue la razón de nuestra primera visita al Concertgebouw. En la página oficial del Concertgebouw puedes consultar el calendario de espectáculos.
Visitas guiadas al Concertgebouw de Brujas
En nuestra segunda visita a Brujas volvimos al Concertgebouw, pero esta vez no para asistir a un concierto. Se acababan de estrenar las visitas guiadas por el edificio y nos apetecía conocerlo de esa otra forma.
Fue gracias a esa visita que nos enteramos de esos datos curiosos sobre su arquitectura de los que hablamos arriba; que nos sorprendimos con cada espacio y pasillo del edificio y con sus juegos de luz posible gracias a las enormes ventanas; que pudimos conocer las obras de arte que hospeda; que pudimos volver a la sala de conciertos principal y redescubrirla con otros ojos; que pudimos conocer la más íntima sala de música de cámara y enterarnos de que está inspirada en el Shakespeare’s Globe Theatre de Londres o en el museo Guggenheim de Nueva York; que descubrimos lugares que normalmente la audiencia no llega a ver; o que pudimos “jugar” con los sonidos en las instalaciones sonoras de la última planta.
Información práctica de las guiadas al Concertgebouw de Brujas
Las visitas, de unos 50 minutos, se realizan todos los días de miércoles a sábado de 14h a 18h (la taquilla abre hasta las 17h) y los domingos de 10h a 12:30h (la taquilla abre hasta las 11:30h) y cuestan 8 €. Estos son los horarios genéricos, pero pueden sufrir variaciones debido a eventos, lo mejor es consultarlos en su página oficial.
Eso sí, las visitas guiadas son sólo en flamenco, francés e inglés.
Una de las vistas panorámicas más bonitas de Brujas
Al final de la visita guiada nos esperaba una sorpresa más: la terraza. Desde ahí disfrutamos de una de las vistas panorámicas más bonitas de Brujas. No en vano es una de las paradas de nuestra Ruta fotográfica por Brujas: los 20 rincones más fotogénicos de la ciudad. Reconocimos casi todos los rincones que habíamos visitado en el centro histórico. Desde las grandes torres de la ciudad –el campanario de Brujas, la torre de la catedral de San Salvador y la de la Iglesia de Nuestra Señora– hasta los molinos, pasando por la cervecería De Halve Maan o el Hospital de San Juan.
Si no haces la visita guiada, también puedes subir a tomar algo en el bar que hay en la terraza. Eso sí, siempre que no haya eventos privados, que hay bastantes.
El Concertgebouw es un icono de esa nueva Brujas que también nos conquistó. ¡La otra Brujas existe!
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