Hace un par de semanas surgió en twitter una conversación sobre la importancia de los comentarios en las entradas de los blogs. Aportan información, otros puntos de vista, abren interrogantes sobre temas poco comentados… en una palabra, aumentan la calidad de los artículos.
El problema es que son muy pocos los artículos que consiguen ese sustento, esa información de primera mano del lector final.
Lo cierto es que no se trata de un «mal» exclusivo de los blogs de viajes, es algo recurrente en todo internet. Es mucho más sencillo leer que escribir. Lo normal es que no se agradezcan los datos o las soluciones encontradas. No por falta de educación, ni porque no sea útil. Casi siempre solucionan problemas que eran bloqueantes. Mucha gente considera que escribir nada más que para decir «gracias» sin aportar nada no merece la pena pero, ese «gracias», hace que los que escribimos sintamos que, de vez en cuando, lo que hacemos sirve para algo y no sólo para alimentar nuestro ego.
En el caso de los viajes, que suelen ser artículos largos, muchas veces con un punto de vista muy personal, el comentario es más complicado si cabe. Después del tiempo que se pasa leyendo no se quiere «perder» ni un segundo más en comentar. Puede que no se esté de acuerdo en absoluto con lo que dice el autor, que no se conozca el lugar o simplemente que no apetezca. Los artículos de viajes son como las películas comerciales americanas, se ven y se disfrutan, pero en cuanto acaban, a otra cosa.
No es que los que escribimos estemos libres de pecado. Somos los primeros que lamentamos que esto sea así, pero también de los primeros que pasamos por los blogs sin decir ni esta boca es mía. Twitter ayuda a descubrir una cantidad enorme de entradas interesantes que leer pero, a veces, ni hay tiempo para hacerlo. ¿Dejar de leer algo por escribir un «gracias»? No hay tiempo para todo, pero hay que tratar de encontrarlo para poder agradecer todas esas cosas que se aprenden leyendo.
Los que escribimos en internet tenemos una componente importante de ego. Nos gusta escribir, pero también que nos lean. Cuando las visitas son pocas o caen, muchos blogs son abandonados. Es ese comentario a tiempo el que te hace pensar que ahí fuera hay alguien que te sigue, que ha dedicado un tiempo a leer lo que tú has escrito. La red 2.0, la red de la participación se ha convertido en la lucha por la supervivencia. Todos queremos ser amigos de todos, pero para que nos lean a nosotros, no hay casi tiempo para leer lo de los demás y menos aún para demostrar que lo hemos leído.
Hoy es un buen para empezar a cambiar, dejar esa nota que ponga la sonrisa en la cara del blogger.