Domingo, 04/04/2010
Tenemos el vuelo un poco tonto y no acabamos de dormirnos como Dios manda. A cambio no paramos de ver películas.
Lo más interesante del vuelo es saber la hora en el destino. No estamos seguros de si se cambió la hora en España el fin de semana pasado y la pantalla de información dice una cosa y el piloto otra. En Nepal no se cambió la hora para nada. Nos ha pasado lo mismo que cuando fuimos a Japón, el cambio de hora ha pasado mientras estábamos allí y ahora estamos desorientados.
Entre unas cosas y otras el aterrizaje es casi a las nueve, con una hora de retraso. Los Symbios salen sin problemas, pero casi los últimos. En Doha, al embarcar, pedimos a la del mostrador que nos confirmara si las mochilas estaban en la bodega y nos dijo que no podía hacerlo. Otra que nos toma el pelo. En la ida lo miraron casi sin pedirlo y hoy no…
En hora nepalí es casi la una de la tarde cuando salimos de Barajas. Llegamos al aeropuerto de Katmandú hace más de veinte horas. Seguir viajando en metro hasta casa no es lo más atrayente. Nos decimos por coger un taxi, aunque recordando que aquí no se regatea y no se pregunta el precio antes de montar…
En media hora en casa y a esperar al siguiente viaje…