Domingo 21/03/2.010 (4)
Al igual que Katmandú, Patan también cuenta con una plaza Durbar, y, también como aquella, es patrimonio de la humanidad. Entrar en la plaza cuesta 200 rupias a los extranjeros y te dan una pegatina para llevar visible. Aquí no hay tráfico rodado, pero sí que hay un montón de gente. Todos los templos están llenos de jóvenes sentados que han venido a pasar el día. Uno de los templos es también museo, pero la muerte del primer ministro se conmemora con días de luto y está cerrado.
Como en Katmandú también hay un templo dedicado a Visnú con su águila garuda apostada frente a él, y varios dedicados a Shiva con el toro. Al igual que se hace con los vehículos de los dioses frente a los templos también se alzan estatuas de los reyes que mandaron construir otros de la misma forma mirando al templo. Uno de los dedicados a Shiva está flanqueado por estatuas de elefantes apoyados sobre figuras humanas. Ya son muchos templos y cada vez es más difícil recordar los nombres.
Además de los templos también hay una fuente de agua potable. Este agua no tiene más propiedades que el hecho de ser mineral y potable, no hay ninguna leyenda religiosa asociada, pero eso no quita que haya una gran fila de mujeres esperando para llenar garrafas y bidones.