Martes 05/05/2009 (y 4)
De entrada unas fotos de Machu Picchu, las que hicimos después de la subida a Huayna Picchu:
Compramos agua de vuelta al hostal y nos duchamos, que falta nos hace después de todo lo que hemos sudado hoy. Ahora queda ver qué va a pasar mañana con Alfonso, que como poco, nos tiene que dar nuestros billetes de autobús nocturno a Puno. Nuestra idea es visitar la salinas de Maras y por la tarde, mínimo Sacsayhuamán.
Ya descansados vamos a la calle a buscar un teléfono, localizar la estación de tren (que tenemos que estar allí mañana a las cinco) y, tal vez, comer algo.
Lo de encontrar un teléfono resulta más complicado de lo esperado. Que si no sé si es movistar y entonces me saldría caro, que si la cabina no funciona,… Al final lo de llamar tampoco sirve de nada porque Alfonso no coge el teléfono. Tampoco esperábamos menos después de todo lo que está pasando. Mañana le llamaremos otra vez desde Ollantaytambo, Urubamba o donde sea, y a las malas no plantaremos en la oficina de Cuzco para partirle las piernas después de que nos dé nuestros billetes de autobús a Puno.
La estación de tren está bastante más cerca de lo que parecía ayer. También puede influir el hecho de que hoy hacemos el camino cuesta abajo y que ayer seguíamos a la del hostal sin saber cuando iba a parar. Para llegar a la estación hay que cruzar el río, cosa que se hace por un puente de madera que vibra de una manera exagerada, casi te expulsa al salir. Es impresionante la forma en que las montañas rodean al pueblo. Es ya de noche y no se aprecia mucho, pero justo detrás de la estación se ve una montaña parecida al Huayna Picchu pegada al pueblo y otra un poco más arriba.
Cerca de la estación de autobuses hemos visto al volver una pollería. Vamos a ver si podemos comer uno. Hay varios tipos de combinados pollo, hamburguesa, salchichas… Preguntamos por el de pollo, con agua, pan, etc. y nos dice que no, que pollo no tiene. Es una pollería que se llama «El pollo loco» y pollo, no tiene.
Después de esta decepción pollera volvemos a la calle principal para mirar las postales. Son mejores que las que hemos visto hasta ahora, al menos, no están descoloridas. Pero la broma tiene el precio oficial de un sol por postal. Pues ya buscaremos otras.
Recibí un sms esta mañana de viajar.com que decía que había habido cambios en nuestro vuelo y que comprobara mi correo. Aunque mañana pasaremos por el hostal de Cuzco con internet prefiero mirarlo hoy, hay veces que piden respuesta aceptando en las siguientes 48 horas. Entramos en un ciber y cogemos 20 minutos de internet por un sol.
Efectivamente es una de esas ocasiones en que piden confirmación en 48 horas. Resulta que Air Comet ha cancelado el vuelo del domingo y nos ha cambiado la vuelta al lunes 18. No hay mucho que podamos hacer. En Amadeus confirmamos que el vuelo no será operado y que la opción es el día siguiente. Se acabó eso de volver del tirón al trabajo el lunes y ahorrar un día de vacaciones, habrá que volver del tirón el martes y sin ahorro. Respondemos aceptando el cambio, pero les comentamos que tenemos un seguro multi-asistencia contratado con ellos y que esperamos que el coste del día extra sea cubierto por él, así como una compensación por la molestias y el día extra de vacaciones.
De vuelta al hostal nos metemos en un restaurante que tiene una hamburguesa con patatas y gaseosa por ocho soles. La gaseosa no se puede cambiar por agua. Mira que son raros en este pueblo, la pollería no tiene pollos y el restaurante no tiene agua. Podemos cambiar la gaseosa por coca cola o limonada. Después de pedir el camarero vuelve a su mesa fuera para seguir con su partida de ajedrez. El cocinero pulsa un timbre cuando acaba un plato para avisarle. Las hamburguesas no son gran cosa y las patatas nadan en aceite, que por supuesto no es de oliva, ayer Karen le comentó a Sara que usaban aceite de soja. La limonada no llega, deben estar plantando los limones. Cuando llega, Sara ya ha acabado de comer. A diferencia de la coca cola que no tenía, la limonada viene con espuma. En realidad todas las bebidas que hemos visto aquí vienen con espuma, excepto el agua (si la pides sin gas) y la coca cola.
En hostal nos planteamos pedir el desayuno antes, pero visto lo que había hoy casi no merece la pena ni intentarlo. Si cuando salgamos están los plátanos en el plato los cogeremos y si no pues nada.
Otro madrugón mañana, a las cinco hay que estar en la estación de tren.