Domingo 04/01/2009 (2)
Entrada en el museo. Mientras yo dejo la mochila y los abrigos Sara va a cambiar el City Pass. Con esta entrada nos despedimos de él, eso sí, hemos usado todas sus entradas. La entrada al museo es una especie de chapa-pin que hay que llevar todo el tiempo en lugar visible para que los conservadores vean que has pagado por entrar. Parece que es posible pagar sólo por un ala del museo.
Lo primero el arte egipcio y un templo traído piedra a piedra como agradecimiento por la colaboración en las obras para salvar los templos de la presa de Aswan. A España le “regalaron” el Templo de Debod que está en Madrid. Una vez vistos los templos en su sitio verlo aquí, aunque el detalle de que esté dentro de un museo tiene su particularidad, no impresiona tanto. También reja del coro de la catedral de Valladolid. Patio andaluz con balcón (¿cómo han traído esto? Y ¿quién les dejó llevárselo?). Todavía en la planta baja vemos un montón de esculturas romanas y griegas y unas salas llenas de armaduras: europeas, japonesas, chinas, árabes. Interesante ver como, partiendo de un mismo concepto: protegerse en batalla, cada cultura ha dado un toque característico a sus armaduras.
En la planta de arriba pintores europeos: más Gaugin, Cezane, Van Gogh, Picasso, Goya, Velazquez… y Pisarro, que me encanta con su estilo puntillista.
Nos avisan de que quedan 15 minutos para que el museo cierre y todavía no hemos visto la reproducción de una casa china con jardín. En este museo los templos, las habitaciones, las casas, los patios,… se los han traído enteros y los han vuelto a montar. Después de ver la casa china todavía nos damos una carrera a la zona asiria para ver un par de estatuas de leones con cabeza humana y nos acaban de echar.