Pues ya estoy otra vez en Madrid. Dos días en Frankfurt no dan para mucho, y menos si está lloviendo casi todo el tiempo, así que el tema turismo se quedó en una salida rápida el martes por la noche para ir a cenar y no muy lejos del hotel para no empaparme a la vuelta.
Era la segunda vez que iba y la primera (con mejor tiempo) ya hice casi todo el turismo que se puede hacer sin salir de la ciudad. De todas formas el domingo vuelvo a ir para allá otros tres días, así que, si el tiempo lo permite, trataré de hacer un poco más de turismo que me quedaron un par de iglesias por ver y encontrar un restaurante típico en el que comer las auténticas salchichas de Frankfurt. Que, aunque parezca un contrasentido no es fácil encontrarlas, Frankfurt está lleno de restaurantes asiáticos: chinos, japoneses, vietnamitas, tailandeses,… y algún que otro italiano, pero alemanes poquitos.
¡Qué horarios tan diferentes tenemos los españoles (y latinos en general, sur de Italia, Grecia, …) con respecto al norte de Europa! A las 11:30 de la mañana ya estaban diciendo que tenían hambre y que dónde íbamos a comer… las horas de sol influyen mucho en los ritmos de la gente.