A pesar de que España está por delante de Noruega en la clasificación de países por extensión (505.370 km2 frente a 323.802 km2, puesto 52 frente al 68), se trata de un país con unas distancias enormes. Debido a lo «estrecho» que es según se acerca al Círculo Polar Ártico necesita más kilómetros para tener la misma superficie. Por si esto fuera poco, su geografía no ayuda en absoluto a los desplazamientos, como pudimos descubrir prácticamente nada más llegar.
Montar en un autobús que recorre túneles de kilómetros y kilómetros de longitud para subir en un ferry que, cruzando un fiordo, le lleva a otro larguísimo túnel o a rodear al propio fiordo ofreciendo unas vistas espectaculares (y peligrosas) es el panorama habitual.
Como en el resto de nuestros viajes, tampoco en este caso teníamos muy estudiado el país, ni la manera de desplazarse. Después de los tiempos de India (4,5 horas para 165 km) estábamos seguros de que en Noruega, la más avanzada Europa, las cosas serían distintas. Es más, casi suponíamos (ilusos de nosotros), que sería como en Japón con sus Shinkansens.
Pues no.
Como información para los viajeros a Noruega, aviso a navegantes, pocas veces irás en un medio de transporte que sobrepase los 70 km/h. Además, las pocas veces que lo haga, será durante muy poco tiempo: ya se encargará un túnel o un fiordo de estropearle la media. Una distancia de unos 250 km en línea recta se convierte, sin darte cuenta, en siete horas y media de autobús. Siete horas y media en las que el autobús monta en tres ferrys.
La otra mala noticia es que, aunque los autobuses llegan a casi todas partes, no suelen ser directos debido a las largas distancias. Es necesario ir «saltando» de uno a otro. La red de autobuses cuenta con paradas compartidas en las que se van encontrando para permitir a los viajeros seguir su camino. Así que, atentos a que no se os pase la parada del cambio.
La parte buena es que los conductores, por lo general, son muy agradables y están encantados de poderte ayudar y te avisan con tiempo del momento en que te tienes que bajar y de qué autobús, y dónde, tienes que coger a continuación.
Sin saber, antes de llegar, que nos íbamos a encontrar con esto, habíamos marcado en un mapa las cosas que nos interesaban ver en los doce días de viaje. ¿Seríamos capaces? De entrada ya habíamos descartado llegar al Círculo Polar, a las islas Lofoten y, con todo el dolor de mi corazón, a Cabo Norte.
Habría que dejarlo para otra ocasión.
Ver Noruega final en un mapa más grande