Qué ver en Arezzo: un día en una de las ciudades más bonitas de la Toscana

Si vas a viajar a la Toscana, tras visitar Florencia, Pisa, Siena o la famosa campiña toscana, deberías reservarte un poco de tiempo y darle una oportunidad a otras pequeñas ciudades. Una de ellas es Arezzo, la preciosa ciudad medieval que sirvió de escenario para La vida es bella. Te contamos qué ver en Arezzo en un día, ¡aquí van nuestras sugerencias para aprovechar el tiempo al máximo!

Más allá de los lugares que ver en Arezzo, nuestra recomendación es que no dejes de recorrer sus calles con calma. La Toscana está para disfrutarla y no sólo entre colinas y vides.

La basílica de San Francisco con uno de los ciclos de frescos renacentistas más bellos de Italia

Hay grandes artistas del Renacimiento italiano que no han llegado a tener tanta fama, pero que en Italia son tan conocidos como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo. Uno de ellos es Piero della Francesca, un artista del siglo XV originario de Sansepolcro, a pocos kilómetros de Arezzo.

Aquí, en Arezzo, dejó una de sus obras maestras: el ciclo de frescos La leyenda de la Vera Cruz, en la capilla Bacci de la basílica de San Francisco. Tras quince años de investigación para combatir la sulfatación, una “enfermedad” que los estaba deteriorando, en 2016 se realizó una restauración y nosotros los pudimos admirar en todo su “nuevo” esplendor. Los efectos cromáticos, los juegos de luz, el realismo de las figuras… hay que fijarse en todos los detalles y dedicarle todo el tiempo que merece a este ciclo de frescos que empieza con la muerte de Adán y acaba con la exaltación de la Vera Cruz y su regreso a Jerusalén. En su página oficial puedes consultar horarios y precios.

La piazza Grande: lo primero que tienes que ver en Arezzo

Toda buena ciudad medieval tiene su plaza mayor y Arezzo no iba a ser menos. La piazza Grande de Arezzo tiene todas las cartas para ser un caos: inclinada, irregular, con elementos arquitectónicos de todas las épocas –románicos, góticos, renacentistas, barrocos– pero, como por arte de magia, resulta de lo más armoniosa.

Si te colocas en su centro y miras a tu alrededor, al principio estarás un poco abrumado, eso sí… Te encontrarás con el precioso ábside románico –en parte restaurado en el siglo XIX– de Santa María de la Pieve; con la fuente pública del siglo XVI; con el palacio barroco del Tribunal; con el Palacio de la fraternidad de los laicos, gótico abajo y renacentista en la planta superior, y con los soportales de las Logge Vasari, del siglo XVI. Vaya mezcla artística, ¿no?

Por cierto, el Palacio de la fraternidad de los laicos lo reconocerás por su espadaña con reloj del siglo XVI que indica también los días, las fases lunares y los movimientos del Sol.

Nosotros nos encontramos allí un mercadillo de Navidad que nos estropeó un poco la vista. Un mercadillo tirolés que nos recordó nuestra vuelta por los Dolomitas, aunque fuera en verano.

Santa María de la Pieve

Como decía, la iglesia de Santa María de la Pieve tiene su ábside en la piazza Grande. Sin embargo, la entrada está en una de las calles principales de Arezzo: Corso Italia. Para llegar a ella, se pasa por una callejuela muy característica: Via di Seteria.

Su fachada románica es una maravilla. Lo que más llama la atención son las sesenta y ocho –¡nada menos!– columnas desiguales en la parte superior –no, no nos paramos a contarlas, lo leí en un cartel– y los bajorrelieves del siglo XIII con representaciones alegóricas de los meses encima del portal principal. Por supuesto, tampoco debes perderte el precioso campanario de principios del siglo XIV.

Merece la pena entrar, aunque cuando estuvimos nosotros el políptico del altar mayor, otra de las joyas de la iglesia del siglo XIV, estaba en restauración.

La catedral de Arezzo: la iglesia que domina la ciudad desde lo alto

Si no falta la plaza mayor, tampoco puede faltar la catedral, aunque, a diferencia de lo habitual, no se encuentre en esa plaza mayor: está en la parte alta de la ciudad. La catedral gótica de San Donato también tiene elementos de todos los siglos. Fuera la fachada es neogótica y la escalinata que lleva a ella del siglo XVI. Y dentro no hay que perderse el arca de mármol de San Donato, del siglo XIV pero todavía gótica, encima del altar mayor; el fresco de La Magdalena, de Piero della Francesca, del siglo XV, encima de la puerta de la sacristía –estaba en restauración cuando fuimos nosotros–, y, justo al lado, la gran tumba del obispo Guido Tarlati, del siglo XIV.

Mientras estábamos allí cayó un trozo del techo… si hubiéramos sabido lo que pasaría en Florencia después nos habríamos llevado un buen susto.

Más iglesias que ver en Arezzo

Como en toda buena ciudad italiana, no faltan iglesias en Arezzo. Además de las que ya he citado, hay otras tres muy interesantes.

Una es la iglesia de Santo Domingo, sobre todo por su crucifijo del siglo XIII de uno de los grandes artistas italianos de la época: Cimabue. Otra es la abadía de las Santas Flora y Lucila, con otro crucifijo, en este caso de principios del siglo XIV. Y la última, ya en las afueras de Arezzo, es el Santuario de Santa Maria de las Gracias, con su altar mayor renacentista en mármol y terracota.

Pero seguro que te encuentras con sorpresas en todas las que te cruces por el camino…

Los museos que visitar en Arezzo

Los dos museos principales que hay que ver en Arezzo son el Museo de arte medieval y moderno, con obras toscanas desde la Edad Media hasta el siglo XIX ubicado en un edificio renacentista, y el Museo arqueológico nacional Gaio Cilnio Mecenate.

Nosotros visitamos éste último. En la sección etrusca no hay que perderse la crátera de Euphronios –del siglo VI a.C.–: una gran vasija de cerámica griega encontrada en una tumba etrusca con la representación de Hércules luchando contra las amazonas. Ella sola vale la entrada al museo. En la sección romana los “vasi corallini” o “terre sigillate”: vasijas de cerámica típicas de la zona pintadas de rojo coral. Desde el museo también se puede acceder a los restos del anfiteatro romano.

Qué ver en Arezzo relacionado con La vida es bella: las localizaciones donde se rodó la película

¿Sabías que Arezzo es la ciudad donde se ambientó la película La vida es bella de Roberto Benigni? Sí, Guido Orefice, el protagonista, vivía aquí con su mujer Dora y su hijo Giosuè antes de ser deportado al campo nazi.

La piazza Grande aparece en unas cuantas escenas de la película. En la más famosa, los tres pasan por aquí juntos en una bici. Otros rincones característicos de la ciudad también son reconocibles: la plaza de la catedral, la fachada de la iglesia de San Francisco, la piazza della Badia –la de la abadía de las Santas Flora y Lucila–… Y luego están algunos más específicos, como la librería de Guido o el bar donde Giosuè lee el cartel “prohibida la entrada a perros y judíos”. Le hemos dedicado un artículo entero a las 8 localizaciones de La vida es bella en Arezzo, ahí encontrarás todos los detalles.

Mapa con todas las cosas que ver en Arezzo

¡Aquí tienes un mapa con todas las cosas que ver en Arezzo para que no te pierdas ni una! Una de las excursiones desde Florencia de un día que no te puedes perder.

Qué comer en Arezzo

Si, con todo lo que hay que ver en Arezzo, no tienes tiempo para pararte a comer con calma y disfrutar como se debe de la cocina típica toscana, siempre puedes remediarlo comiendo algo rápido, pero también típico. ¿Qué tal una schiacciata? Se trata de una especie de pan de pizza relleno de distintos ingredientes. Tiene buena pinta, ¿no? ¡Pues está riquísimo! Nosotros nos tomamos una, rellena de bresaola–similar a la cecina–, tomate y rúcula, enfrente del Teatro Petrarca.

Arezzo es una de las ciudades toscanas con más encanto y todavía no está llenísima de turistas –en temporada baja, entre semana, no nos encontramos prácticamente con ninguno–, ¡corre y ve a visitarla ya!