En el artículo sobre qué ver en Bolonia en 3 días nos hemos centrado en las visitas clásicas, las obligadas para cualquier turista en su “primera cita” con una de las ciudades más cautivadoras de Italia. Una ciudad llena de largos y serpenteantes soportales, de torres medievales, de plazas encantadoras, de cúpulas de antiguas iglesias, de edificios de tonos cálidos… Una ciudad todavía poco conocida por el turismo extranjero, pero que cada vez lo es más porque siempre sorprende y siempre conquista: siempre lo consigue.
Pero Bolonia no es sólo ese museo medieval al aire libre: es una ciudad que vive el presente más que ninguna. Una ciudad joven que mira al futuro: tiene una de las universidades más importantes de Italia –además de ser la más antigua de Europa– y en ella viven 80.000 estudiantes de todo el mundo. Es la ciudad italiana progresista, de tendencias alternativas y de la contracultura por excelencia. En Bolonia los movimientos estudiantiles del ‘68 fueron más fuertes que en ningún otro lugar del país. Como entonces, muchos movimientos sociales de diferentes tipos siguen generándose aquí hoy en día.
No podía ser otra que Bolonia, pues, la primera ciudad italiana en ser definida como hipster por el Sunday Times allá por el 2011, cuando todavía en Italia había que explicar qué significaba esa palabra tan rara…
Dos de esos estudiantes universitarios de Bolonia fueron mis padres, que vivieron la época de los movimientos estudiantiles y ahí se conocieron. Y una más de esas estudiantes fui yo, que en Bolonia pasé algunos de los mejores años de mi vida. Años después, he vuelto a ver qué se cuece ahora en la ciudad italiana alternativa por excelencia. Y he descubierto, como no, muchos nuevos rincones de tendencia.
Bolognina: el nuevo distrito hipster de Bolonia, con el Mercato Albani y sus grafitis
El barrio de Bolognina, apenas fuera del centro histórico y “al otro lado” de la estación –al norte, mientras hacia el sur está el centro–, no ha sido nunca una meta turística. Yo lo conocía de paso simplemente por vivir ahí cerca un par de años. Antes anodino barrio obrero. Luego degradado barrio de inmigrantes y zona de pequeño tráfico de drogas. ¿Y ahora? Ahora está en pleno proceso de “gentrificación”. Los artistas callejeros le están dando un lavado de cara, y su transformación es constante. Todavía no está del todo invadido por los hipsters, por lo que mantiene su lado auténtico, pero sigue algo degradado.
El ponte di Stalingrado, puente de Stalingrado –por el nombre de la calle, en realidad no se llama oficialmente así–, es un símbolo de este cambio. En octubre de 2016 una asociación ligada a los comedores sociales lideró un proyecto para renovar este puente gris y lleno de garabatos y darle darle un nuevo toque de color y alegría gracias al arte urbano. En su renovación participaron voluntarios, muchos de ellos inmigrantes, pero también artistas callejeros locales de renombre. Ahora es uno de los rincones que no puedes perderte en Bolognina –una de nuestras 60 cosas que hacer en Bolonia–.
Otro es el Mercato Albani, un pequeño mercado de abastos de los de toda la vida, pero con una peculiaridad: los cierres de sus puestos ahora están llenos de grafitis… ¡y muy chulos!
Pero hay muchos otros lugares del barrio en los que te toparás con obras de arte urbano, algunas de ellas nacidas gracias al proyecto cultural FRONTIER. En este mapa puedes encontrar casi todas los que hay en Bolonia, incluso las que ya no están –indicadas de forma diferente–.
La Manifattura delle Arti, ¿puede haber algo más hipster?
Si Bolognina está en proceso de convertirse en meta de los hipsters, la MDA, Manifattura delle Arti –literalmente “manufactura de las artes”–, es, desde su nacimiento, la concreción misma del concepto de hipsterismo, incluso antes de que se engendrara.
Se trata de un enorme “distrito cultural”, como ellos mismos lo definen –el MDA district–, creado en un antigua zona industrial en pleno centro de Bolonia. Aquí se encontraban una tabacalera –la Manifattura Tabacchi, de ahí el nombre–, un matadero, una panadería, una fábrica de papel, un almacén de sal, otras fábricas de diferentes tipos y anteriormente, cuando Bolonia tenía canales, incluso el puerto de la ciudad. Ya antes de la Segunda Guerra Mundial se demolió en parte, pero durante la guerra fue casi arrasada por los bombardeos y, desde entonces, se abandonó y se degradó gradualmente.
La Manifattura delle Arti se inauguró en 2003 y hoy en día ocupa un espacio de unos 100.000 m2 nada menos. Incluye centros culturales, museos y diferentes instituciones, todas con el fin de promover actividades artísticas y culturales.
En el área del ex matadero se encuentra una de las sedes de la Cineteca de Bolonia. En la ex panadería está ubicado el MAMbo, el Museo de arte moderno de Bolonia –echa un vistazo a nuestro artículo sobre museos de Bolonia–. Y en otros edificios rehabilitados hay diferentes sedes de la Università di Bologna, una asociación LGTB, colegios, centros sociales, un auditorium…
También se han recuperado dos parques: el Parco 11 settembre y el Giardino del Cavaticcio, que ocupa el lugar del antiguo puerto. El Cavaticcio era un canal que aquí daba un salto de 15 metros y se utilizó, desde el siglo XII, como fuente de energía a través de unos molinos. Ahora el jardín, detrás del MAMbo, es una verdadera galería de arte contemporáneo al aire libre.
El Mercato delle Erbe y las calles limítrofes: aperitivo y fiesta
El Mercado delle Erbe es el mercado de abastos más grande del centro histórico de Bolonia. Es uno de esos mercados de toda la vida, donde mi abuela iba a comprar la mortadella –¡qué rica está la mortadella de Bologna, la de verdad!–. Sigue habiendo personas mayores comprando, pero también hay estudiantes y turistas. Ahora, además de puestos clásicos, hay también pequeños bares donde ir a tomar, por ejemplo, el aperitivo. Sí, uno de esos mercados gastronómicos que están de moda en todas partes.
En toda la zona que rodea el mercado, como via San Gervasio y via Porta Nova, hay bares que se llenan todas las tardes. Sobre todo, el día grande de Bolonia: el jueves.
El “Pratello”: hipsters y cervezas artesanales
Muy cerca del Mercato delle Erbe, además de otra de las casas donde viví en mi época universitaria, está la zona del “Pratello”. En realidad no hay un barrio que tenga oficialmente ese nombre, pero a la zona que rodea a la via Pratello los locales la conocen así.
En pleno centro de Bolonia es, junto con Bolognina, la zona hipster por excelencia de la ciudad. Ha pasado por el mismo proceso de gentrificación que su “barrio gemelo” del extrarradio: fue también una zona decadente. Ahora es un lugar de moda lleno de bares y restaurantes. Las pequeñas osterie se alternan con bares hipster y cervecerías que venden cervezas artesanales, como Zapap Pratello. Si te gusta la cerveza –que no es nuestro caso–, ésta es la zona para ti: Beer for Bunnies, Il punto, Brewdog Bar Bologna, Birreria del Pratello… ¿cuántas cervecerías puede haber en una zona tan pequeña?
Le Serre de los Giardini Margherita: tomar algo en un invernadero
Los Giardini Margherita son el pulmón verde de Bolonia: el típico parque donde el domingo se reunen parejas, familias y estudiantes para dar un paseo y tomar algo. Pero, incluso en lugar tan típico, ha nacido un rincón un poco más atípico.
En los años ‘50, se levantaron aquí unos invernaderos, serre en italiano, que, unas décadas después, se abandonaron. En 2014 Le Serre volvieron a tomar vida, pero con un lavado de cara muy radical. Ahora acogen lo que sus fundadores han definido como “incubadora metropolitana”: espacios para el coworking, exposiciones, cursos de formación, eventos, actividades y talleres para niños. Ah, y un bar-restaurante llamado Vetro –vidrio en italiano– que sirve cocina natural con ingredientes, en parte, cultivados en el huerto colectivo del complejo.
Verano en Bolonia: BOtanique, Guasto Village, Salotto del jazz…
Bolonia es la ciudad italiana de la fiesta por excelencia: 80.000 estudiantes están ahí todos los años para asegurarse de que no acabe. Pero, ¿qué pasa cuando muchos de esos estudiantes se van en verano? Pues, aunque sea bastante más tranquila y suela hacer un calor horrible, también hay muchas actividades e iniciativas que hacen que la noche de Bolonia siga siendo “muy top”.
Hay cine de verano en muchos sitios, incluida la Cineteca y la misma plaza Mayor, las terrazas de las Serre de los Giardini Margherita se llenan de gente y de eventos y hay muchas más iniciativas, como el BOtanique, el Guasto Village y el Salotto del jazz.
El BOtanique llena los jardines del área universitaria Filippo Re de música y comida callejera, desde mitad de junio hasta mitad de julio.
El Guasto Village es un nuevo centro de arte, entretenimiento y restauración veraniego, abierto en la via del Guasto, en el corazón de la zona universitaria, desde mitad de junio hasta finales de septiembre. Arte, música, libros, bebidas y comida en… ¡containers! Sí, ¡en lugar de food-trucks aquí hay food-containers! La nueva cumbre del hipsterismo. Ahora también hay una versión invernal, desde diciembre hasta febrero.
La parte sur de la via Mascarella se cierra al tráfico y se transforma, desde finales de junio a finales de julio, en un verdadero “salón del jazz”: el Salotto del Jazz. La calle se llena de terrazas –de los restaurantes Cantina Bentivoglio, Bravo Caffè, Cambusa y Moustache– donde comer mientras se escucha jazz en vivo. Como dato curioso, en el centro de Bolonia hay otra calle, via degli Orefici, en la que unas estrellas doradas al estilo Paseo de la fama de Hollywood recuerdan a algunos de los artistas de jazz más famosos de todos los tiempos.
Las vistas de Bolonia desde San Michele in Bosco y la “ventana mágica”
En este caso no se trata de un rincón alternativo, pero sí de uno poco conocido por los turistas. Tengo que admitir que, a pesar de tener familia en Bolonia y de haber estudiado aquí, tampoco lo conocía. Hablo de las vistas de Bolonia desde la iglesia de San Michele in Bosco.
Al lado de la iglesia hay un hospital, el Istituto Ortopedico Rizzoli, ubicado en el antiguo convento que era parte del complejo de la iglesia. Entra y busca el pasillo más largo de Bolonia: tiene 162 metros de longitud. Desde él, a través de una gran ventana, se puede experimentar un efecto óptico muy curioso. Las dos torres de Bolonia, enmarcadas por la ventana, parecen hacerse más grandes a medida de que te alejas.
Museos alternativos: MAMbo, Palazzo Albergati, Museo del patrimonio industriale, Museo Medievale…
Si lo tuyo son los museos, en Bolonia tampoco te vas a aburrir, los hay de todo tipo. Por ejemplo el MAMbo, uno de los museos de arte moderno y contemporáneo más importantes de Italia. Otro es el Palazzo Albergati, con exposiciones temporales interesantes: por aquí han pasado las obras de Miró o de Escher. En las afueras, el Museo del patrimonio industriale –museo del patrimonio industrial–, ubicado en una fábrica de ladrillos del siglo XIX. Y, de nuevo en el centro, el Museo Civico Medievale o el Museo della Storia di Bologna, museos de Bolonia menos “alternativos” pero también poco conocidos.
Porque Bolonia no es sólo la rossa, la dotta e la grassa, también es la alternativa y la bohemia, hipster, o como se llame ahora que lo hipster está pasando de moda…
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