Lady Musgrave Island, viviendo un documental en la gran barrera de coral

Hay imágenes que, vistas desde la comodidad del sofá de casa, parecen imposibles: creadas por ordenador o sólo al alcance de auténticos expertos. ¿Cuántas veces has pensado eso viendo un documental submarino? Que sólo los buceadores profesionales, los mini-submarinos o los biólogos podrían ver esas maravillas en persona, mientras que el resto de mortales tendríamos que conformarnos con la imagen en la televisión. La gran barrera de coral es de ese tipo de lugares. ¿De verdad existen esos arrecifes, esos bancos de peces de colores, esas aguas cristalinas…?

Tenemos que confesar que nosotros también teníamos nuestras dudas… Dudas que crecieron después de nuestro primer acercamiento bajo el agua en la gran barrera de coral en Whitsunday Islands. Nos encontramos frente a frente con las consecuencias del cambio climático –ése que todavía algunos discuten que se está produciendo–: corales de color blanquecino, muertos, casi sin peces alrededor. Eso sí, que nadie descarte ir hasta allí porque las playas son de las mejores que hemos visto nunca, y mira que nosotros no somos muy de playa…

¿Existirían realmente aquellas imágenes o eran cosa del pasado o del retoque por ordenador? Viajar a Australia para quedarse con la duda no era una opción, así que decidimos volver a intentarlo hasta meternos en un documental.

Cómo llegar a la isla de Lady Musgrave

¿Dónde lo íbamos a volver a intentar? En aguas más frías –la subida de temperatura del agua es la culpable de la muerte de los corales–, más al sur. Bajaríamos hasta la segunda isla más austral de las de la gran barrera de coral: Lady Musgrave Island, la isla de Lady Musgrave, en los cayos Capricornia. Si sientes curiosidad por saber quién era la tal Lady Musgrave a quien está dedicada la isla, era la esposa del gobernador de Queensland allá por principios del siglo XIX, sir Anthony Musgrave.

Como ya sabíamos, llegar a las islas implica contratar una excursión –ya lo habíamos hecho antes para acercarnos a la gran barrera desde todos los ángulos–. En este caso, para llegar a Lady Musgrave Island lo más sencillo es viajar hasta Agnes Water o Town of 1770, otra demostración de la imaginación de los ingleses al nombrar islas y ciudades en Australia. Las dos están muy cerca la una de la otra, tanto que comparten oficina de turismo.

Una vez en Agnes Water, nos pusimos a buscar la excursión que, según la guía, nos llevaría a disfrutar de arrecifes de coral de colores entre los que nadan enormes bancos de peces… o eso era lo que esperábamos.

En el momento en que estuvimos nosotros, sólo era posible llegar hasta la isla con Lady Musgrave Cruises … y parece que sigue siendo el único operador con acceso a la laguna.

La gran barrera de coral al alcance de la mano

Abordar el barco y partir rumbo este, así empezaba nuestra aventura. Habíamos visto imágenes de la isla: un anillo casi perfecto que protegía una laguna interior. Tan bonito que, de nuevo, surgía la duda de si sería real. Menos de una hora y media de navegación después lo comprobamos: era real.

Entrar en la laguna por el único punto en que no se cierra el anillo, ver las playas de arena tan blanca con las de Whitesunday, sorprenderse con la exuberancia de la vegetación –más aún teniendo en cuenta que no hay agua dulce en la isla–… No habíamos puesto un pie en el agua y ya sentíamos que el documental estaba a punto de empezar y nosotros seríamos los expertos en Lady Musgrave Island.

Para proteger la isla, la compañía ha construido un pontón en el centro de la laguna en el que amarra el barco. Allí se come y desde ahí se sube en el pequeño barco con casco de cristal para observar el fondo marino. Pero también hay un paseo por la isla en sí, un bosque casi virgen en el que pueden acampar hasta un máximo de 40 personas al día –aunque hay que reservar con meses de antelación y llevar todo lo necesario–.

Vivir un documental es posible en Lady Musgrave Island

Entonces no lo pensaba pero, ahora, lo recuerdo como si lo hubiera visto por televisión. El momento de bajar del barco, de ponerse el neopreno corto, de ajustarse las gafas y el tubo y de saltar al agua casi como si estuviera con el comandante Cousteau a bordo del Calypso.

Lo del neopreno corto es porque teníamos intención de estar en el agua todo el tiempo que pudiéramos. Queríamos quitarnos la espinita del coral muerto de días antes. Aunque era la zona más fría de la gran barrera de coral, tampoco pienses que el agua está helada, pero se pierde mucho calor si sólo se flota sin nadar y se pasa mucho tiempo en el agua. Vivir el documental implicaba mojarse, ¿no? Uno no se moja cuando está en casa.

Saltar al agua y gritar de alegría a través del tubo de snorkel fue todo uno. Los corales tenían colores. Colores fuertes, vivos, llamativos. Los peces nadaban de un sitio a otro acercándose con la tranquilidad que les da un entorno protegido –aunque es posible practicar la pesca deportiva en otra zona de la isla–.

Tras el primer chapuzón, subimos al barco con casco transparente. Nos habían dicho que había también tortugas pero no habíamos visto ninguna con las aletas y el tubo. Desde el barco sí que la vimos y, casi como si fuéramos un GPS, marcamos el punto para volver después nadando.

Volvimos al punto y apareció una majestuosa tortuga nadando junto a nosotros. Con cuidado de no molestar –o, al menos, intentando no hacerlo– comenzamos a seguirla hasta que nos avisaron desde el pontón con un bocinazo de que nos estábamos saliendo de la zona de snorkel.

Paseando por Lady Musgrave Island

Habíamos cumplido el sueño. Habíamos confirmado que la gran barrera de coral era como se veía en la televisión. Pero todavía quedaban minutos en nuestro particular documental. Unos minutos que nos llevaron a pisar la isla. Si alguna vez has pensando en una isla desierta en mitad de la nada en la que vivir una aventura post-naufragio… es Lady Musgrave Island, con su vegetación endémica formada por pisonias, casuarinaceae y pandanus tectorius. O eso ponía en el folleto… conste que no sería capaz de distinguir una de otra ni aunque me fuera la vida en ello.

No somos los únicos que lo han debido pensar. Han sido varios los barcos que han naufragado en los alrededores, aunque nosotros teníamos una lancha que nos llevaba de vuelta al pontón y, de allí, a la civilización.

Pasar una noche en un autobús, perder el dinero de la reserva del hotel de esa noche y cambiar de planes sobre la marcha tuvo su recompensa: ver la gran barrera de coral en Lady Musgrave Island para confirmar que los documentales son de verdad.