Viajar a Perú es, para muchos, la puerta de entrada a Sudamérica. Los incas inflaman la imaginación y las ansias de sentirse explorador de los viajeros y la gastronomía peruana se ha hecho famosa en todo el mundo por sus sabores. ¡Qué mejor combinación: cultura y gastronomía! Nosotros también elegimos Perú como primer contacto con Sudamérica unos años antes de recorrerla durante un año. En aquél viaje, nuestro itinerario por Perú de casi tres semanas, fue el clásico: el sur.
Machu Picchu nos atraía como si fuera un imán gigantesco, las líneas de Nazca nos pedían a gritos que las sobrevoláramos, el lago Titicaca nos esperaba en su altura… Llamas, guanacos, alpacas y vicuñas, pero también cóndores, pingüinos y leones marinos. Ciudades coloniales, restos incas, catedrales, monasterios…
¿Podríamos ver todo en poco menos de tres semanas? ¿Serían 18 días suficientes para viajar por el Perú clásico? Al final lo logramos. Éste fue nuestro itinerario, con unas cuantas noches durmiendo en autobuses –muy cómodos– y, como siempre cuando teníamos los días de viaje contados, corriendo mucho.
Desde Machu Picchu hasta Arequipa: nuestro itinerario de tres semanas de viaje a Perú
Primer día: Vuelo Madrid – Lima
No teníamos mucho organizado del viaje aparte de la primera noche en Lima. Tanto fue así que, antes de salir del aeropuerto, compramos un billete de avión para Cuzco al día siguiente. En la ciudad visitamos la iglesia de San Francisco y sus catacumbas y la casa de gobierno, en la plaza de Armas, donde vimos una exposición sobre el señor de Sipán –¿sería una señal de que luego iríamos a hacerle una visita a su “casa”?–.
Noche en Lima. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Segundo día: Vuelo Lima – Cuzco
Después de un vuelo de hora y media llegamos a Cuzco sin señal de soroche, mal de altura. En el aeropuerto, uno de los jaladores –los que tratan de venderte excursiones tirando de tu brazo– nos llevó hasta la ciudad, al hostal San Blas. Regateamos con él un tour por el valle sagrado y Machu Picchu y lo acabamos contratando para dos días después. En Cuzco visitamos el museo inca, el Qoricancha y la plaza de Armas.
Noche en Cuzco. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Tercer día: Cuzco
Nuestro jalador nos había dicho que en la catedral había misa en latín por las mañanas a las seis –después del restaurante que nos recomendó para comer cuy teníamos que habernos imaginado que en eso tampoco acertaría–. A media mañana nos encontramos con un desfile en plena plaza de Armas con los colegios de la región. Después de los últimos, que desfilan disfrazados y bailando, nos fuimos a ver la iglesia de Santo Domingo.
Noche en Cuzco. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Cuarto día: Valle Sagrado
La noche anterior comenzaron los problemas con nuestro tour que no estaba bien reservado. Finalmente pudimos hacer la excursión de un día por el Valle Sagrado: Pisac, Urubamba y Ollantaytambo. En Ollantaytambo cogimos el tren hacia Aguas Calientes.
Noche en Aguas Calientes. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Quinto día: Machu Picchu
A primera hora, a las cinco de la mañana, salimos camino de la parada de autobuses de Aguas Calientes a Machu Picchu. Queríamos subir a Huayna Picchu y sólo había un número limitado de plazas que se reservaban en el día por orden de llegada –ahora se reservan con antelación–.
Después de recorrer la antigua ciudad inca por nuestra cuenta y con la visita guiada –que nos dejó bastante mal sabor de boca por su poca calidad, hay que tener cuidado con los guías–, subimos a Huayna Picchu para ver el paisaje desde las alturas.
Noche en Aguas Calientes. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Sexto día: Valle Sagrado
Comenzamos el día con la vuelta en tren hasta Ollantaytambo. Desde allí, en taxi compartido, fuimos a las salinas de Maras. El mismo taxi nos acercó después a Moray, el laboratorio agrícola de los incas.
De vuelta en Cuzco conseguimos recuperar las visitas perdidas por la mala organización del tour y fuimos a Sacsayhuaman, Qenko, Puca Pucara y Tambomachay, acabando con un espectáculo de danzas en el centro de arte nativo de Cuzco.
Noche en autobús camino de Puno.
Séptimo día: Lago Titicaca
Nada más llegar a la estación de autobús de Puno, aparecieron los jaladores. Con la práctica conseguimos regatear con todos hasta contratar la excursión de dos días al lago Titicaca.
Antes de llegar a Amantaní, donde pasamos la noche en casa de una familia local, paramos en la isla de los Uros –que nos dejó la impresión de que era más un decorado que otra cosa–.
En Amantaní vimos la puesta de sol junto al templo de Pachatata, frente a la montaña en que se encuentra el de la Pachamama.
Sara se había puesto mala por la mañana por un zumo que tomó en Puno y pasó una noche terrible en Amantaní.
Octavo día: Lago Titicaca
Visitamos otra isla en la parte peruana del lago Titicaca: Taquile, donde comimos antes de volver en el barco a Puno.
En Puno visitamos la feria de las Alasitas –miniaturas– y la catedral en la plaza de Armas antes de coger el autobús hacia Arequipa.
Noche en autobús a Arequipa.
Noveno día: Arequipa
Llegamos a Arequipa, la ciudad blanca, a las cuatro de la mañana. Un taxista nos lleva hasta un hotel en el que reservamos la noche del día siguiente y nos dejaron quedarnos las horas de esa noche gratis –aunque luego, con los problemas que tuvimos, no nos quedó claro si lo habían entendido bien–.
Recorrimos Arequipa visitando el convento de Santa Catalina y la iglesia de San Francisco. Además, buscamos la excursión al valle del Colca para ver los cóndores.
Noche en Arequipa. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Décimo día: Valle del Colca
Autobús hasta Chivay con varias paradas. En los alrededores de Chivay visitamos unos baños termales.
Noche en Chivay. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Undécimo día: Valle del Colca
Antes de llegar a la Cruz del Cóndor con sus cóndores, paramos en Yanque para ver la iglesia y unos bailes típicos. En la Cruz del Cóndor disfrutamos del vuelo de los señores del cielo inca. Vuelta a Chivay para comer y a Arequipa.
En Arequipa visitamos a la momia Juanita en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María antes de coger el autobús camino de Nazca.
Noche en autobús a Nazca.
Duodécimo día: Nazca
Un paro de mineros informales –los que no trabajan para grandes empresas y no están del todo registrados– bloqueó la carretera Panamericana justo antes de llegar a Nazca. En contra de la opinión del conductor, nos colocamos las mochilas y echamos a andar hasta el primer hotel. Pasamos el día allí esperando a que se solucionara el problema y volviera a abrir el aeropuerto al día siguiente.
Noche en Nazca en el hotel nido del cóndor –disfrutando de su piscina–. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Decimotercer día: Líneas de Nazca y Cementerio de Chauchilla
La tarde anterior se resolvió el problema –incluso hicimos autostop y llegamos a la ciudad en la camioneta de uno de los mineros informales– y el aeropuerto comenzó a funcionar a primera hora. Sobrevolamos las líneas de Nazca, impresionantes aunque acabé un poco mareado.
A la vuelta a Nazca visitamos el cementerio de Chauchilla, muy poco conocido, porque las líneas le roban el protagonismo, pero espectacular.
De vuelta a la ciudad de Nazca visitamos un taller de cerámica artesanal y uno de extracción artesanal de oro donde nos explicaron cómo trabajan para obtener el oro los mineros informales –con esas condiciones no nos extraña que se quejaran–.
Autobús a Paracas y noche en el Refugio del Pirata. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Decimocuarto día: Islas Ballestas y Paracas
Viaje en barco hasta las Islas Ballestas donde vimos los leones marinos y las aves: zarcillos, gaviotas, pelícanos y pingüinos de Humbolt.
Excursión por la reserva natural de Paracas.
Noche en Paracas en el Refugio del Pirata. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Decimoquinto día: Lima
A primera hora cogimos un taxi hasta la Panamericana donde montamos en el primer autobús que pasó con dirección a Lima.
En la ciudad visitamos el museo de la Inquisición y el del banco nacional. A última hora subimos hasta el cerro de San Cristóbal para ver la panorámica completa de Lima de noche.
Noche en Lima. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Decimosexto día: Lima
Volvimos al museo del banco nacional y al de correos, el convento de los dominicos.
Nuestro intento de visitar la fortaleza del Callao no tuvo éxito porque llegamos tarde y nos metieron miedo en el cuerpo los policías que no pararon de decirnos que el barrio no era seguro y que volviéramos al centro.
Noche en Lima. Busca ;aquí los hoteles de la ciudad.
Decimoséptimo día: Lima
Visita a Pachacámac, un sitio arqueológico cerca de Lima con restos de edificios desde el siglo III hasta el XV. Allí se encontraba un famoso oráculo.
Paseo por la zona de Miraflores, la zona más exclusiva y moderna de la capital peruana. Fue este barrio el que, en nuestro viaje de un año por Sudamérica, sobrevolámos en parapente.
Noche en Lima. Busca aquí los hoteles de la ciudad.
Decimooctavo día: Vuelo Lima – Madrid
Vuelo de vuelta a Madrid.
¿Te animas a visitar el Perú clásico? Ten en cuenta que luego tendrás que visitar el norte de Perú…
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