Hay misterios en este mundo que llevan siglos encendiendo la imaginación de los seres humanos: desde las técnicas de construcción de las pirámides de Egipto o Stonehenge hasta lo que sucedió con culturas que desaparecieron por completo sin dejar más rastro que sus esculturas –como la de San Agustín en Colombia o la de los templos megalíticos de Malta–. Nos gustan las preguntas que no podemos responder –algunas por ahora y otras nunca– así que, estando en Perú, no podíamos dejar de sobrevolar uno de esos misterios clásicos: las líneas de Nazca. Es evidente que nosotros tampoco tenemos todas las respuestas, pero sí que sabemos cuáles son las preguntas: qué, cuándo, dónde, quién y cómo.
Qué son las líneas de Nazca
La respuesta sencilla a qué son las líneas de Nazca sería: una maravilla dibujada en el suelo sobre 750 kilómetros cuadrados que sólo se aprecia desde el aire –en realidad es posible verlas desde las colinas que hay alrededor, pero eso quita parte del misterio–. Parece sencillo, pero hay que tener en cuenta que lo de “desde el aire” sólo se ha podido hacer en los últimos dos siglos y medio. Su trazado es perfecto, con líneas de casi trescientos metros de longitud que tienen una desviación de menos del dos por mil: dos metros por cada kilómetro. Otra de sus curiosidades es que, las figuras, están hechas en único trazo, como si no se hubiera levantado el gigantesco lápiz del suelo.
Más técnicamente son geoglifos que gracias a las condiciones climáticas de la zona siguen estando visibles. El color oscuro de la superficie de la pampa contrasta con el más claro que aparece al quitar esa primera capa, dando lugar a líneas claras sobre una gigantesca llanura rojiza. Formas de animales, geométricas o “simples” líneas perfectamente reconocibles y que reciben nombres como el mono, el perro, el cóndor, la araña o el astronauta –la madre de todas las preguntas sobre las líneas de Nazca: ¿un astronauta? ¿un extraterrestre? ¿viajes en el tiempo?–. Unas mil líneas y más de 800 figuras que parecen dibujadas para romper los esquemas de los visitantes y que surjan un sinfín de preguntas.
Cuándo se dibujaron las líneas de Nazca
Es imposible saber con exactitud cuándo se dibujaron las líneas de Nazca porque no hay materia orgánica sobre la que hacer pruebas de antigüedad: es sólo arena sobre arena que lleva ahí miles de años. Lo que se sabe es que son obra de la cultura Nazca –una de esas que quedaron a la sombra de los Incas durante siglos después de la conquista como la Mochica o la Chachapoyas– por la semejanza entre las líneas y los dibujos de la cerámica de esa cultura que se desarrolló en la zona de Nazca desde el año 100 hasta el 600 de nuestra era.
Las “ciencias avanzan que es una barbaridad” y en los últimos años se han podido hacer estudios de Carbono-14 sobre materiales orgánicos microscópicos atrapados durante el trazado de las líneas y se estima que se dibujaron alrededor del año 550 de nuestra era.
La pregunta que le surge a uno cuando ve esas imágenes es: ¿importa? Las líneas de Nazca son tan increíbles que, aunque se hubieran trazado hace cincuenta años seguirían ocupando un lugar especial en Perú.
Dónde están las líneas de Nazca
Las líneas de Nazca están en un desierto. De hecho, si no estuvieran en ese desierto en concreto no habrían llegado hasta nuestros días. Están en una de las zonas más secas del planeta: en las pampas de Jumana llueve una media de ¡dos días al año!
Pero, ¿dónde están exactamente las pampas de Jumana? Al noroeste de la ciudad de Nazca, a unos 420 kilómetros al sur de Lima junto a la carretera Panamericana sur –su construcción provocó algunos daños en las líneas…–. Es posible llegar en coche hasta algunos miradores, pero lo más habitual es sobrevolarlas partiendo del aeropuerto de Nazca.
Nosotros llegamos desde Arequipa en un autobús nocturno que se paró a poco más de un kilómetro de Nazca debido a un “paro”, huelga, de mineros informales que nos obligó a buscar un lugar donde dormir prácticamente frente al aeropuerto y un poco alejados de la ciudad. Eso sí, el paro también bloqueó los despegues de las avionetas y tuvimos que esperar un par de días para poder ver las líneas desde el aire.
Quién descubrió las líneas de Nazca: Maria Reiche
El descubrimiento de las líneas de Nazca tiene un par de padres. Ya en 1547 Pedro Cieza de León apreció señales en el desierto y dejó escrito sobre ellas, aunque el corregidor Luis Monzón las tildó de carreteras veinte años después.
No se volvió a hablar de ellas hasta que en 1927 Toribio Mejía Xasspe las volvió a descubrir mientras paseaba por las colinas que rodean a las pampas. Junto con Julio César Tello comenzaron las investigaciones arqueológicas. Aunque la fama, y el nombre del aeropuerto, la tiene María Reiche, fue su compañero Paul Kosok el que comenzó con el estudio y quien informó a María para que le ayudara con sus conocimientos matemáticos. La alemana quedó enamorada de las líneas en cuanto llegó a Perú y se encargó de sus protección durante 52 años hasta 1998.
Cómo sobrevolar las líneas de Nazca
Sin duda, la mejor forma de ver las líneas de Nazca es desde el aire, así que, toca montar en avioneta y dejar de lado los mareos –doy fe de que es más fácil marearse de lo que parece, los pilotos se esfuerzan mucho por que veas todas las figuras y no dejan de dar ni una vuelta alrededor de cada una–. Los vuelos parten del aeropuerto María Reiche de Nazca y tienen una duración de entre 30 y 60 minutos en función de si se incluyen también las líneas de Palpa y la cantidad de figuras a visitar. Puedes ver aquí los precios y reservar tu vuelo sobre las líneas de Nazca.
Si estás en Lima y tienes un día, puedes contratar una excursión que te lleve hasta allí, sobrevuele las líneas de Nazca y acabes visitando las islas Ballestas.
¿A que estás deseando ver las líneas de Nazca para hacerte más preguntas? Nosotros estamos deseando volver para hacernos nuevas y volver a disfrutar de esa maravilla misteriosa.
