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Manaus, la metrópolis en la selva

Nosotros no lo vimos porque llegamos en barco por el río Amazonas desde Belém, pero nos contaron que una de las imágenes más llamativas de Manaus, o Manaos, la tienes desde el avión. Horas de vuelo sobre la selva amazónica, verde, verde y más verde para, de pronto, encontrarte con una megalópolis de más de dos millones de habitantes apareciendo en mitad de la nada. Debe ser algo así como encontrarte un oasis en el desierto, sólo que justo al revés, el oasis de hormigón está mucho más seco que el desierto selvático.

Brasil Manaus Teatro Amazonas Salto

La selva amazónica y la mancha en el mapa

No será como en avión, pero después de una semana en el barco –con una parada en Alter do Chão– llegamos a una ciudad que no podía más que sorprendernos. Cinco días de ver selva a los dos lados del barco; de descubrir alguna diminuta casa flotante o alguna pequeña comunidad entre los árboles; de hablar con los que compartían travesía con nosotros que iban, en su mayoría, a los pueblos que hay en el recorrido entre las dos grandes ciudades amazónicas brasileñas; no te preparan para el choque que supone volver a la civilización entendida como avenidas de varios carriles y rascacielos.

Río Amazonas Casas Orilla

Nuestro barco nos dejó en el puerto y desde allí nos lanzamos a la vida de metrópolis que ya habíamos olvidado. Buscar el autobús adecuado, en una ciudad en la que hay cientos de líneas y varios grandes intercambiadores, parecía misión imposible después de no tener que andar más allá de la cubierta de nuestro barco de carga por el Amazonas. Lo conseguimos y acabamos llegando a la casa de Marcela, que habíamos conocido unas semanas antes en São Luis de Maranhão. ¿Quién nos iba a decir al comenzar el viaje que dormiríamos hasta en tres casas de militares en Brasil? A Marcela la conocimos en una cena en casa de Lucas y Fernanda. Si hacer couchsurfing en una casa cuartel ya sonaba especial, conocer a una persona como Marcela que, nada más contarle que estábamos viajando por Sudamérica, nos invitó a su casa en Manaus demostró que la hospitalidad brasileña es increíble. Necesitamos una cara amiga, aunque recién conocida, y un lugar tranquilo en aquella jungla de asfalto que tanto nos recordaba a nuestro Madrid pero que tan extraño se nos hacía después de varios meses de viaje.

Habíamos perdido la costumbre de movernos por una gran ciudad y nuestro días en Manaus más que de turismo desenfrenado fueron de calma y de sensaciones contradictorias. Se acercaba el momento de abandonar el país –nuestro permiso de turismo de tres meses por Brasil se acababa– y nos preocupaba lo que nos íbamos a encontrar en Venezuela después de la maravillosa acogida que habíamos tenido en Brasil.

La borracha, la fiebre del caucho

Ya nos habían contado un poco de la historia en Alter do Chão, pero es en Manaus cuando de verdad te das cuenta de la importancia que tuvo el comercio del latex a nivel mundial y de la riqueza que dejó en esta zona, obviamente en manos de unos pocos. El latex, que se recogía de ciertos árboles de la Amazonía, daba como resultado el caucho, un producto muy valorado a finales del siglo XIX. Hasta ese momento, la selva Amazónica había permanecido prácticamente al margen de la civilización, lo que no ayudó a su defensa. Los grandes “recolectores” de latex irrumpieron en la selva esclavizando a sus habitantes y dieron lugar a guerras fronterizas entre los países que compartían parte de la selva.

Brasil Manaus Palacio Rio Negro

El valor del producto era tal que se cuenta que los magnates del caucho encendían sus cigarros con billetes de 100 dólares, daban de beber champagne a sus caballos y sus mujeres enviaban la ropa sucia a Portugal para lavarla… Durante esos años, de 1879 a 1912, la renta per cápita de Manaus doblaba a la de Río de Janeiro o São Paulo, productores de café.

Fue en ese momento que la ciudad se transformó arquitectónicamente y aparecieron las grandes avenidas, las plazas y los edificios que te hacen pensar en grandes ciudades europeas. Desde los palacetes de los magnates hasta el teatro Amazonas.

Brasil Manaus Plaza Sao Sebastian Indigenas

A pesar de haber pasado más de un siglo, la situación de los indígenas no ha mejorado mucho en algunos aspectos como pudimos comprobar en una manifestación en la que reclamaban sus derechos en pleno centro de Manaus.

El teatro Amazonas de Manaus

Nuestro paso por la ciudad no fue una estancia “turística” al uso, pero no puede uno visitar por Manaus y no acercarse a su teatro.

Brasil Manaus Teatro Amazonas Cupula

Si encontrarse una ciudad de ese tamaño en mitad de la selva sorprende, que tenga un teatro de ópera como el teatro Amazonas, deja boquiabierto. El caucho creaba grandes fortunas a finales del siglo XIX y los ricos querían que su ciudad se pareciera a las grandes ciudades europeas. ¿Qué mejor manera que construir un teatro? Inaugurado el 31 de diciembre de 1896, buscaba transformar a Manaus en una de las grandes capitales del arte. En su momento lo consiguió y, hoy en día, sigue siendo un teatro de renombre a nivel mundial con temporadas de ópera y de danza muy importantes.

Con una cúpula recubierta de 36.000 azulejos pintados con los colores de la bandera brasileña, mármol de Carrara, cristal de Murano, acero inglés, muebles estilo Luis XV… está claro que no se reparó en gastos para su construcción y, a día de hoy, después de unas cuantas restauraciones, luce en su máximo esplendor.

Brasil Manaus Teatro Amazonas Interior

En nuestro paso por la ciudad, tuvimos la suerte de poder asistir con Marcela a una actuación gratuita de danza contemporánea que abría la temporada y que nos gustó mucho. Otra sorpresa que encontramos en un norte de Brasil que todos nos habían pintado como muy pobre y algo inculto… En el taxi de vuelta a casa Marcela nos contó la historia del Brigadeiro, puede que el postre más famoso de Brasil… ya hablaremos de gastronomía brasileña algún día.

La praça São Sebastião, la plaza de San Sebastián

Junto al teatro Amazonas se encuentra la praça São Sebastião, plaza de San Sebastián, con el monumento a la apertura de los puertos. En la base del monumento hay cuatro barcos apuntando en direcciones opuestas, cada uno de ellos con el nombre de un continente: Europa, Asia, América y África –está claro que con Oceanía no había comercio–.

Brasil Manaus Plaza Sao Sebastiao Monumento Apertura Puertos

Lo más curioso de la plaza es su suelo. Sí, seguramente os sonará de otro famoso lugar de Brasil, pero parece que fue aquí donde se colocó por primera vez. Esas ondas de colores blanco y negro que todo el mundo asocia a la playa de Copacabana, representan el encuentro de las aguasencontro das águas–.

Brasil Manaus Plaza Sao Sebastiao Suelo

Es en Manaus donde el río Solimões, el Amazonas, de color marrón, se junta con el río Negro, de aguas oscuras como su propio nombre indica. Durante unos kilómetros las aguas de los dos ríos se juntan pero no se mezclan, dando lugar a una de las mayores atracciones de la ciudad de Manaus. Si quieres verla desde el agua, puedes contratar aquí un paseo en barco privado por la Amazonía.

Brasil Manaus Encontro Das Aguas

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Comentarios

  • jessid
    19 diciembre, 2015 a las 18:17

    Planeo un viaje a Brazil en el 2016, iniciando por Ibague – Bogota – Leticia (Colombia) – Tabantiga – Manaos (barco) – Rio de Janeiro y bueno el regreso si no se por donde, alguna indicación no me caera mal, gracias excelente blog.- Felicitaciones grandiosas.

    Responder
    • 21 diciembre, 2015 a las 00:56

      Hola Jessid y bienvenida al blog 🙂
      Muchas gracias por tus felicitaciones, nosotros te las mandamos a ti por ese gran viaje que vas ha hacer el año próximo. El recorrido que hicimos nosotros por Colombia no nos llevó hasta Brasil por el Amazonas (aunque tienes entradas sobre Bogotá que te pueden ayudar cuando estés en la ciudad). Respecto al viaje por Brasil, nosotros hicimos la travesía desde Belem hasta Manaus (en tu caso sería en sentido contrario) parando en Alter do Chão. Y llegamos hasta allí desde Río de Janeiro recorriendo el interior (Ouro Preto y Brasilia) y toda la costa desde Salvador de Bahía.
      Prepárate para unas cuantas horas en bus… vayas por la costa (con sus fabulosas playas) como hicimos nosotros, o por el interior (el Pantanal), porque Brasil es un país enorme.
      Disfruta mucho con esa aventura, no sabes la envidia que nos das 🙂

      Responder
  • 17 junio, 2015 a las 21:27

    ¡Me alegra mucho que te haya gustado tu viaje a Brasil! Nunca estuve en Manaus, pero lo cuentas con mucha fidelidad a lo que un brasileño aprende sobre la ciudad. Siempre he querido ir allí, ojalá en mi próximo viaje a casa.

    ¡Saludos desde Tbilisi!

    Responder
    • 24 junio, 2015 a las 00:07

      ¡Hola Pedro!
      Ya te dijimos que tu país nos encantó desde que entramos por Foz do Iguaçú hasta que salimos por Manaus. Esperamos que puedas cumplir tu ilusión de pasar por la ciudad de la selva… aunque Tbilisi tampoco está mal como destino, ¿eh? 😉

      Responder