Lo que podríamos haber hecho en Punta Arenas…

Ushuaia no nos había tratado muy bien y la Antártida nos había gustado y relajado tanto —parar dos semanas en un viaje de un año es como unas vacaciones en las vacaciones— que el regreso al mundo “real” fue duro. A la vuelta del crucero, Ushuaia nos volvió a acoger con un tiempo muy malo. Decidimos que era una señal divina y que seguiríamos adelante en nuestro viaje para volver algún día a visitar lo que habíamos perdido. Un poco bajos de ánimo, dejamos el “fin del mundo” para dirigirnos hacia la “civilización”: una de las ciudades más grandes de toda la Patagonia. Nos esperaba Punta Arenas, capital de la provincia chilena de Magallanes que, como curiosidad, es la ciudad más grande al sur del paralelo 46.

Como urbanitas que somos, aunque nos guste la naturaleza, las ciudades siempre nos dan un pequeño “subidón”. Y así fue en Punta Arenas. Es agradable hacer cosas tan cotidianas como poder ir al supermercado, a la lavandería, a dar un paseo por una ciudad con tiendas, aunque no se quiera comprar nada, y, por supuesto, visitar palacios antiguos y museos… Todo esto lo ofrece también Ushuaia en realidad, pero nuestros imprevistos hicieron que no lo pudiéramos disfrutar mucho.

Punta Arenas como ciudad tiene poco más de 150 años de historia, pero es una historia muy intensa desde luego. Como Ushuaia, nació como una pequeña colonia penal, pero en poco tiempo se transformó en el mayor centro de comercio y abastecimiento de todas las embarcaciones que se dirigían del Pacifico al Atlántico y viceversa ya que el estrecho de Magallanes, donde se encuentra la ciudad, era la única conexión entre ambos antes de que se construyera el canal de Panamá. La ganadería que desarrollaron los inmigrantes europeos también ayudó y Punta Arenas se transformó en un gran centro de comercio. ¿Resultado? En medio de la lejana y aislada Patagonia nació una pequeña ciudad cosmopolita llena de bonitos edificios de estilo europeo. Y ahora es también el punto de llegada –gracias a muchos cruceros y a los aviones que aterrizan en su cercano aeropuerto– para quien se dirige a Puerto Natales y al Parque Nacional Torres del Paine.

Turismo en la ciudad: qué ver y visitar en Punta Arenas

El centro neurálgico de la ciudad, por supuesto, es la Plaza de Armas Muñoz Gamero. ¿Adivináis a quién representa la estatua que está en centro de la plaza? Pues sí, como no podía ser de otra forma, ahí está Hernando de Magallanes dandoos la bienvenida y recordandoos que tenía razón, que por ahí se iba al Pacífico. Y si tocáis el pie del indio que se encuentra en su estatua… volveréis a Punta Arenas. Hay muchos edificios bonitos en el centro de la ciudad, como el Palacio Sara Braun, y muchos museos. Uno, un poco alejado, es el Museo de Sitio Nao Victoria, que exhibe una replica a escala real de la primera embarcación que dio la vuelta al mundo. A ver si alguien se metería a dar la vuelta al mundo en algo así hoy en día…

Aunque nos gusten las ciudades, tenemos que admitir que nuestro principal objetivo al llegar a Punta Arenas era… ¡ver pingüinos! Si ya pensabais que estábamos locos ahora lo tendréis claro… ¿Ver pingüinos? ¿Justo después de ir a la Antártida y estar, literalmente, rodeados de ellos? Pero es que, mientras en la Antártida habíamos visto mareas de pingüinos juanitos, adelaida y barbijos –si, ¡nos hemos aprendido los nombres de las especies de pingüinos!–, aquí nos esperaban los de Magallanes y los míticos pingüinos rey. Las ballenas jorobadas, que en teoría se pueden encontrar en el Parque Marino Francisco Coloane de diciembre abril, en marzo ya se habían ido…

Y cuando es la naturaleza quien manda, la Patagonia se hace valer. Si en Ushuaia fue el frío el que nos frenó aquí fue de nuevo el clima, pero en forma de viento, y los precios –otro factor importante en el turismo patagónico– los que nos impidieron alcanzar nuestros objetivos. Así que, por segunda vez, y esperando que no se vuelva costumbre, hablamos de lo que habríamos podido ver en los alrededores de Punta Arenas y nunca vimos…

Excursiones desde Punta Arenas: las Pingüineras de pingüinos de Magallanes

Los pingüinos de Magallanes se pueden encontrar en la Pingüinera Seno Otaway —donde hay pingüinos de octubre a marzo— y en el Monumento Natural los Pingüinos en la Isla de Magdalena, la colonia de pingüinos más grande de la Patagonia. Esta última fue la que escogimos nosotros porque, además, en la excursión está incluida la visita a la Isla Marta con sus lobos marinos. Tres días estuvimos a punto de salir y los tres días la salida fue cancelada a causa del viento. Sí, las aguas del estrecho de Magallanes no son tan calmadas como creíamos. Otro sitio, que claramente, no estaba destinado a que viéramos… Las excursiones se pueden contratar en un par de agencias en el centro de la ciudad, lo mejor es informarse en la oficina de turismo.

El Parque Pingüino Rey en la Tierra de Fuego chilena

En la Antártida nos habíamos quedado con ganas de ver pingüinos emperadores y pingüinos rey, que en verano no se suelen ver por esas zonas… Nuestra última oportunidad era el Parque Pingüino Rey. Desafortunadamente, queda bastante lejos de Punta Arenas y no hay forma de llegar en transporte público. Si se tiene un coche perfecto, si no, es muy complicado ir (en autostop/ dedo también es muy complicado si se quiere volver el mismo día). La única opción es ir con un tour pero hay sólo una agencia que cubre esta excursión y, como siempre, el monopolio es malo. La excursión vale más de 50.000 CLP/ 90 USD y sólo incluye transporte y entrada al Parque, que son 12.000 CLP. Además, quedando lejos, se pasa mucho más tiempo en el transporte que disfrutando del Parque así que… decidimos dejarlo.

Dormir en Punta Arenas

En Punta Arenas, “de vuelta a la ciudad”, teníamos ganas de una casa. Fue así que encontramos unas cabañas de alquiler con un nombre peculiar: Willitu, que en mapuche significa “al sur”. El nombre Rent a Home Willitu nos atrajo y al llegar nos encontramos genial: calentitos, pudiendo cocinar nuestra comida y en el centro de la ciudad. Además, los dueños son muy amables, que nunca está demás…