Uno de los lugares que más ganas teníamos de visitar en este viaje sin billete de vuelta era, sin lugar a dudas, el Salar de Uyuni. Durante años habíamos visto las imágenes y soñado con estar allí. Tampoco se trataba de un sueño tan complicado, pero en nuestra primera visita a Perú, en 2009, nos quedamos con las ganas de hacerlo. Esta vez no sería así. A pesar de haber visto cientos de fotos del lugar, tenemos que decir que no hay nada que te prepare para verlo en directo.
Uyuni
En la unión de tres líneas férreas –una dirección a Argentina, otra dirección a Chile y la tercera dirección a La Paz– se construyó, en 1888, la ciudad de Uyuni. Dicho así parece un lugar lleno de actividad, con gran cantidad de tráfico entrando y saliendo hacia esos tres puntos… Nada más lejos de la realidad. Uyuni se encuentra en mitad del desierto. Tras cuatro horas en autobús desde Potosí –ojo, los autobuses a Uyuni salen del terminal viejo, al menos en diciembre de 2013– viendo como el desierto pasaba y seguía pasando por la ventanilla, llegamos a una ciudad «imposible».
Dormir en Uyuni
Buscando un lugar que nos diera la posibilidad de sentirnos de nuevo «en casa» con nuestra cocina y nuestra independencia, encontramos la Mansion Martinet que nos ofrecía ambas cosas y una situación privilegiada en el centro de la ciudad. De hecho, justo al lado del monumento al Dakar –obviamente hecho en sal– que recordaba que motos y cuatrimotor pasarían por allí.
Tour del Salar
Existen muchas opciones para recorrer el Salar de Uyuni y sus alrededores, desde excursiones de medio día a salidas de tres días, pasando por días completos o tours personalizados. Nuestra intención era ver lo más posible del Salar y sabíamos que con un día completo nos quedarían muchas cosas por conocer. Por eso nos decantamos desde el principio por un tour de tres días. Estas excursiones ofrecen la posibilidad de volver a Uyuni en el tercer día o coger un transfer hasta San Pedro de Atacama en Chile. A pesar de que hay más de cien agencias de turismo en la ciudad, tuvimos la mala o buena suerte de llegar en temporada baja –un par de semanas antes de Navidad– y, aunque todas las agencias ofrecían salidas para el día siguiente a precios bastante bajos, más de una vez dejaban al pasajero colgado en el último momento porque no habían encontrado suficientes viajeros para que el tour les saliera rentable… Eso fue lo que les pasó a una pareja de brasileños que encontramos cuando su agencia les dejó tirados.
Habíamos oído muchas cosas, y bastante malas, sobre los conductores –que muchos iban borrachos– y sobre los alojamientos –dormir con 30 ó 40 personas compartiendo un baño–, por lo que buscamos una agencia que nos diera más seguridad. Así encontramos a Senda Andina que ofrece alojamientos privados con baño los dos días de excursión en sus propios hoteles –ecolodges–. Además, después de hablar con su dueño, nos convencimos de que Senda Andina era la adecuada para disfrutar de un viaje que llevaba tanto tiempo en nuestra mente. ¿El problema? Había que completar un grupo para salir… con nuestra mejor sonrisa y con muchas ganas buscamos cuatro personas más en Uyuni y, la suerte nos sonrió, lo conseguimos en pocas horas.
Consejos para visitar el Salar de Uyuni
Lo más importante –por supuesto después de elegir una buena agencia para hacer el paseo– es protegerse del sol, ya que en el salar estaréis muy lejos de cualquier sombr: así que no podéis olvidar crema solar de alta protección, unas buenas gafas de sol, gorra y, posiblemente, una camiseta de manga larga y pantalones largos. Por otro lado, las noches son frías, así que tampoco olvidéis ropa de abrigo.
Cementerio de trenes
Nos gustan los cementerios, no lo podemos negar, y en este caso nos encaró. Herrumbre, polvo, arena e historia se dan la mano en mitad del desierto. No sabemos qué motivó que se abandonara el transporte ferroviario en Bolivia ni cuál fue la razón para dejar aquí todos estos trenes… pero tenemos que decir que el lugar es impresionante. La mezcla del color del óxido con el de la arena y un espectacular cielo de intenso azul y blancas nubes no puede dejar indiferente a nadie.
Ojo, cuidado con los hierros, un corte arruinaría toda la excursión.
El Salar de Uyuni
Si el cementerio de trenes nos gustó, no fue nada comparado con el Salar de Uyuni. Kilómetros y kilómetros de sal desde el 4×4. Nada más entrar, la primera sorpresa: ¡había agua! Ya nos habían dicho en la oficina de Senda Andina que había partes inundadas pero verlo es otra cosa. Allí no disfrutamos todavía del «doble cielo» porque los montones de sal para secar rompían el espejo, pero ya nos mojamos las zapatillas.
La siguiente parada fue el hotel de sal, el único construido en el interior del salar. Es parada casi obligatoria en todos los tours por su originalidad y por la plaza de las banderas donde turistas de todo el mundo han ido dejando la marca de su paso con la bandera de su país.
Aquí comienzan las diferencias entre el tour clásico y el nuestro. Mientras en el clásico se dirigen a Incahuasi y a la salida del salar por el sur, nosotros seguimos hacia el norte hasta el extremo del salar para dormir a los pies del volcán Tunupa y su cráter multicolor en Ecolodge Tambo Coquesa. Por el camino llegó el momento de las fotos con juegos de perspectiva y la «tensión» al descubrir que por ese lado el Salar de Uyuni estaba más inundado, lo que hacía que el 4×4 tuviera que ir más despacio y controlando las ruedas en todo momento porque la sal con el agua se vuelve quebradiza. Justo antes, nuestros conductor nos había contado que no es fácil conducir en sal –pisar el freno con brusquedad hace que el coche vuelque– y alguna historia de accidentes y desorientación con trágico final…
Dormir a los pies del volcán Tunupa: Ecolodge Tambo Coquesa
A la llegada al Ecolodge Tambo Coquesa nos encontramos con dos ambientes: uno, más lujoso, construido en piedra y otro, un poco menos lujoso, en sal. Grandes habitaciones con baño privado, con chimenea y con gruesos edredones que agradeceríamos después porque, y de esto nos dimos cuenta nada más salir del hotel, la temperatura baja con mucha velocidad.
El hotel está situado a pocos metros del final del salar y no podíamos dejar pasar la oportunidad de ver la fantástica puesta de Sol que el «doble cielo» nos ofrecía. El agua, que antes nos había preocupado, era ahora una aliada perfecta en forma de espejo en el que Sol y nubes paraban a mirarse. Las nubes que después cubrirían las estrellas… no se puede pedir todo.
Incahuasi, Isla del Pescado y Bosque de cáctus
En el Salar de Uyuni hay 32 islas –pequeñas montañas que sobresalían del antiguo mar–. Una de las más conocidas es Incahuasi o Isla del Pescado –en teoría tiene forma de pescado– por el Bosque de cáctus que alberga. Ningún tour incluye la entrada a la isla que son 30 bolivianos por persona (3,20€/4,35US$). Al habernos separado del circuito clásico llegamos a la isla a las 8.30 y la pudimos visitar casi en soledad. Enormes cáctus de más de 15 metros de altura –teniendo en cuenta que estos cáctus crecen a razón de un centímetro por años hablamos de 1.500 años de edad…– con el Salar de Uyuni y un impresionante cielo de telón de fondo.
Seguíamos descubriendo lugares mágicos y los que quedaban en los alrededores.
17 Comentarios
Buenos días !
Primero que todo, enhorabuena por el blog es una pasada!!!
Iré a Bolivia en abril y como no podía ser de otra manera el Salar de Uyuni tenia que ser uno de mis visitas si o si . Nos gustaría dormir allí como vosotros,, Entiendo que la agencia que usasteis vosotros la recomendáis sin duda, ¿ cual fue el presupuesto de la excursión?
Por otro lado cuantos días recomendáis para visitar Bolivia? En 20 días estaría bien?
Quedo a la espera y gracias por adelantado!!
Hola Carmen y bienvenida al blog 🙂
Muchas gracias por tus palabras, nos vamos a poner colorados.
El Salar de Uyuni es un imprescindible en Bolivia sin duda y ya verás como no defrauda. Nosotros acabamos muy contentos con la agencia con la que hicimos el viaje. El coste era el mismo, más o menos, que el del resto de agencias, aunque los hoteles eran propios y con habitaciones, no el barracones. Lo que no sabemos es si seguirá siendo el mismo… hemos tratado de comprobarlo en su página web pero da error ahora mismo.
Nosotros estuvimos 19 días en Bolivia 🙂 Entramos por Copacabana, desde Perú, y salimos por el Salar de Uyuni, hacia Chile. Puedes seguir el recorrido por los artículos que publicamos, los tienes ordenados en nuestro artículo sobre nuestro año en Sudamérica y Antártida.
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Preciosas fotos. No han hecho más que aumentar mis ganas de conocerlo. Y julio ya está ahí. Me voy con mi pareja a hacer un recorrido por bolivia y peru durante el mes de julio. He leido que coincide con la temporada seca y que es invierno aunque leo en internet que las temperaturas en general suelen oscilar entre 14 y 25ºc , salvo en uyuni que pueden alcanzar varios grados bajo cero por la noche. Aunque también hay quien me ha comentado que ha pasado mucho frio en la zona.¿ Puedes aconsejarme sobre si debo llevar mucha ropa de abrigo?¿ O un poco de todo por los cambios de temperatura?
Gracias
Hola Marisol y bienvenida al blog 🙂
El Salar de Uyuni está a mucha altitud y suele hacer frío por las noches… nosotros compramos unas mallas térmicas en La Paz antes de pasar por allí. Supongo que ya habrás salido, pero si no llevas ropa de abrigo no te preocupes, en La Paz hay una calle (calle Illampu) llena de tiendas de ropa de senderismo y montaña con muy buenos precios.
Disfrutad mucho de esa maravilla de la naturaleza 🙂
Uno de los sitios seguros que me gustaría recorrer en un viaje por Latinoamérica.
Gracias por el post!
Felicidades por las fotos, son preciosas! Habéis ilustrado de una manera magnífica éste rincón del planeta! Nos habéis despertado los recuerdos que tenemos de nuestra travesía del Salar hacía San Pedro de Atacama… por favor, qué paisajes! Impresionante lugar!
Saludos viajeros
Txell y Xavi
Muchas gracias por lo de las fotos, chicos 🙂
La verdad es que el Salar es tan impresionante que lo «difícil» es no sacar fotos preciosas 😉 Es una travesía que nunca se olvida y que recordar con frecuencia para volver a «salir» del planeta 🙂 (aunque ahora acabamos de volver de OTRO MUNDO, la Antártida :-D)
Saludos y buenos viajes!
Chicos qué envidia más sana!! Tengo el Salar de Uyuni metido en mi cajón de Ilusiones desde hace tiempo y cada vez se va haciendo más grande así que…. ójala caiga este año ¿por qué no?
Felicidades por el post y seguir disfrutando el viaje y contándolo
Un saludo
Patricia
Hola Patricia,
El Salar de Uyuni es uno de esos sitios que están apuntados con mayúsculas en la lista de deseos de todo viajero 🙂 estamos teniendo un #LatTrip impresionante en el que estamos «tachando» muchos de ellos (el último la Antártida, ya sabes ;-p) y descubriendo otros muchos que ni siquiera sabíamos que existían!
Suerte con ese destino, Bolivia es un buen destino para un viaje 🙂
Qué pasada! Mira que me he hartado a leer y ver fotos sobre/de el Salar de Uyuni. Me tiene fascinada. No puedo pensar en ir allí y no hacerme mil fotos absurdas con juegos de perspectivas 😀
Una pasada, y las fotos que tenéis del atardecer son lo más 🙂
Eva, a nosotros nos pasaba lo mismo: fotos y más fotos, entradas de blogs, guías de viaje… pero cuando llegas allí te das cuenta de que es todavía más de lo que esperabas: imposible defraudarse 🙂
Llegamos en el momento justo al sitio adecuado… y el atardecer pasaba por allí 😉
Un lugar increíble, estoy seguro que os mereció la pena cambiar y no coger el tour clásico, dormir allí con esas vistas y esa puesta de sol tuvo que ser una experiencia inolvidable 🙂
Un saludo. Luis.
Tú lo has dicho Luis, no sólo por las vistas, también por la comodidad de los hoteles y porque, gracias a «separarse» de la manada, las visitas las hicimos casi solos 🙂
El Salar es un lugar que hay que disfrutar con tranquilidad y sin agobios.
Todo fue inolvidable… la puesta de sol fue la guinda del pastel, aunque quedaba todavía mucho viaje hasta llegar a San Pedro de Atacama 🙂
Fotos increíbles de un lugar desconocido para mí hasta hoy pero increíble.
Gracias SaltaConmigo
Cómo podía ser un lugar desconocido para ti??? Ay!!
Gracias a ti por seguir disfrutando de nuestro viaje 😉
Me ha gustado la entrada, acompañada con buenas fotos. Me ha recordado mi viaje por esos parajes hace ya años: el salar, la isla del Pescado, el frío de la noche en el salar…
Un saludo,
Miquel
Un lugar mágico Miquel 🙂
Teníamos ganas de ir desde hace años y no nos defraudó en absluto