Un día en la isla de Gozo, Malta

Aquí Ulises, en su viaje de vuelta a Itaca, fue seducido por la llamada de la ninfa Calipso, que le retuvo durante siete años antes de dejarle partir. Aquí una raza de gigantes en un tiempo ya olvidado construyó unas torres defensivas cuyos restos han llegado hasta nuestros días. Estamos en la isla de Gozo, la segunda isla de Malta, llena de leyendas pero también de historia, mucho que ver y que visitar.

Ġgantija

No fueron unos gigantes quienes construyeron Ġgantija –aunque hasta el siglo XIX así lo creían los locales, de hecho en su idioma ġgant significa justamente gigante– sino una misteriosa civilización de la Edad del Cobre que fue capaz de levantar este complejo megalítico nada menos que hace 5.600 años: entre los años 3.600 y 3.000 a.C. Y no se trataba de ninguna torre defensiva, como se pensaba antes de empezar las excavaciones, sino de dos templos en los que se han encontrado desde motivos decorativos, bajorrelieves en las piedras, hasta obras de arte como estatuillas de divinidades de la fertilidad, las divinidades gordas. Los dos templos están rodeados por una impresionante muralla formada por monolitos, sabiamente encajados los unos con los otros, formando una estructura tan sólida que ha llegado hasta hoy en día. Algunos de estos monolitos miden 6 x 4 m y pesan hasta 50 toneladas, como se pudieron transportar y levantar hace más de 5.000 años es todo un misterio, que lleva a considerar la opción de que de verdad hubiera alguna criatura mítica detrás de su construcción.

Victoria

La capital de la isla y su «ciudad» más poblada, con unos 7.000 habitantes, es la prueba tangible de la intensidad de la historia que ha vivido el pequeño archipiélago maltés. Habitada ya en la Edad del Bronce (después de la Edad del Cobre, cuando se construyó Ġgantija), posteriormente fue ocupada por los fenicios, los romanos, los normandos… Y por aquí también pasaron los caballeros de la Orden Hospitalaria de San Juan y, como no, los ingleses, que en 1887, en ocasión del jubileo de la reina Victoria, le dieron su nombre a la ciudad, anteriormente llamada Rabat por los árabes. La pequeña ciudadela amurallada medieval, con sus estrechas y serpenteantes callejuelas, tiene hoy en día sólo una decena de habitantes, pero se utilizó hasta el siglo XIX y se encuentra en el lugar en el que los romanos construyeron su acrópolis, los árabes su muralla y los normandos su castillo, que fue destruido por el pirata árabe Dragut Rais a mitad del siglo XV, antes de la llegada de los Caballeros de Malta. Parece no haber suficiente espacio en esta reducida ciudadela para tanta historia.

Naturaleza en la isla de Gozo: Xlendi y la Ventana Azul,Azure Window

Pero la isla de Gozo no es sólo historia, aquí la naturaleza es la reina. Con sus 30.000 habitantes, la densidad de población es mucho menor que la de la cercana isla de Malta, y su territorio es más verde y rico en agua, con sus valles que llegan hasta el mar y sus impresionantes acantilados. Por ejemplo, en Xlendi un pequeño pueblo pesquero al comienzo de un fiordo encastrado entre acantilados. O en las cercanías de la Ventana Azul, Azure Window, cerca de Dwejra, la atracción natural más conocida de Gozo, un arco de roca sobre el mar que, como si de una ventana abierta se tratara, nos deja ver la inmensidad de las aguas. Desafortunadamente, por la falta de tiempo que no nos permitió estar más de un día en la isla, no pudimos disfrutar de las puestas de Sol en esta parte de la costa de Gozo que por lo visto son tan espectaculares como en la costa oeste de Malta, aquí también habrá que volver…

Cómo llegar

Para llegar hasta la isla de Gozo hay que coger el ferry, desde la vecina Malta, en Ċirkewwa. El trayecto dura menos de media hora y, como en Malta, hay bastantes líneas de autobuses, eso sí, los billetes de una isla no son válidos en la otra.

Otra opción, menos aventurera, es contratar una excursión de un día con guía en castellano y recogida en el hotel desde aquí.

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