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Cambio de escenario, capitales australianas: Brisbane y Melbourne

Con la llegada a las grandes ciudades, dejamos de lado las visitas naturales –sólo por un tiempo– y volvimos a subir escaleras –hasta Brisbane no habíamos tenido que subir ni un escalón–. El otro cambio del viaje con la llegada a Brisbane fue de alojamientos: pasamos de dormir en albergues a dormir en casas particulares. Brisbane fue nuestra primera experiencia con el Couchsurfing, gracias a mola viajar que nos dio el contacto de Jacques, y en Melbourne en casa de una amiga de Sara. Muchos cambios en muy poco tiempo.

Australia-Brisbane Rascacielos

Empezamos por Brisbane. Como habíamos decidido pasar un día más en Hervey Bay y no parar camino de Brisbane, llegamos a la estación central a las 13.45. Jacques ya había acabado su trabajo y vino a buscarnos. Lo primero que hay que decir es que es una persona sorprendente y llena de vitalidad. En su página, y también nos lo había dicho Adri, habíamos visto que su vida ha sido –y es– intensa: ha vivido en Tanger, en París y ahora en Brisbane; ha creado y vendido varias empresas de publicidad; tiene su propio estudio fotográfico; habla inglés, francés y español; es piloto acrobático y buceador experto… y todo eso en una sola vida. Como ya sabíamos, la vida de los buceadores siempre es intensa y la de Jacques no se queda corta.

Vivir con un local, aunque sea inmigrante, te ofrece una visión distinta de la gente del país. Jacques nos explicó que aquí hay pocas diferencias entre los partidos políticos, que todos son contables o abogados y que lo único que buscan es que las cosas salgan más baratas: ahorrar. Y parece que es una buena manera de hacer las cosas, porque aquí ¡no hay crisis! –los precios de todo y los salarios lo demuestran–. El gobierno tiene superávit todos los años y con todo y con eso sigue utilizando bien los impuestos. El ejemplo perfecto es Brisbane, inundado el año pasado –aquí cuando hay una inundación es en serio– y en menos de seis meses ya estaba todo perfectamente arreglado. No es sólo que el gobierno, tanto el central como el de cada estado, haga bien sus «negocios», es que los australianos están orgullosos de serlo y pagan los impuestos de buena gana. Jacques, a pesar de su pasado francés, también nos dijo que los paga encantado. Cuando el país entró en la guerra de Irak, le pidió a su contable que buscara la manera de dejar de pagar, lo impensable en España es que, cuando Australia salió de Irak, ¡volvió a pagar! La mentalidad australiana cala hondo y cuando se ve un sistema que funciona hasta se deja de desconfiar de los políticos. Otra demostración de que por aquí las cosas se hacen de otra forma es que, en 2008, cuando la crisis comenzaba a asomarse, el gobierno central envió un cheque de 900 AUD a cada australiano para que lo gastara y la economía siguiera moviéndose… alguno debería aprender cómo se hacen las cosas. Por la noche estuvimos de fiesta con él, además de todas las cosas que hace también baila salsa. Es curioso ver a los australianos bailar canciones cantadas en español sin tener ni idea de lo que dicen… no es algo que pase sólo en España con las canciones en inglés.

Brisbane se visita en ferry. El río Brisbane es no sólo navegable sino que es uno de los modos más usados para moverse por la ciudad. Tanto el jueves como el viernes fue en ferry como nos acercamos al centro. Allí visitamos el Southbank en que hay una playa artificial y los alrededores.

Australia-Brisbane Southbank Playa

Al día siguiente fuimos a visitar el Parlamento de Queensland y comprobamos lo que nos había contado: los políticos aquí son diferentes. En el propio edificio del Parlamento, las plantas superiores son habitaciones en las que se alojan, en lugar de buscar hoteles. Un circuito cerrado les permite ver en todo momento lo que está sucediendo en la sala de plenos –aunque aquí es sólo para saber cuando tienen que volver, porque seguro que no dejan de ir–. Además, es el único con una sola cámara, lo que supone más ahorro. Según la guía, era una visita guiada gratuita, los políticos tienen en el corazón el bien del pueblo –y aquí lo mismo es cierto–. También hicimos un recorrido guiado por el jardín botánico, también gratis. Habíamos encontrado pocas cosas gratis hasta ese momento.

Australia-Brisbane Parlamento

En Melbourne también paseamos por sus calles y por su paseo marítimo. Nos alojamos con Marco en St. Kilda, muy cerca del muelle del que salen cada noche, con la puesta de Sol, los pingüinos al océano. De nuevo un inmigrante y de nuevo la visión de los australianos, en este caso de Victoria. Además de pasear por el centro de la ciudad y de contratar un tour para ir a ver la Gran Carretera Oceánica, también comimos una típica barbacoa australiana, a la que unimos una típica tortilla de patata, y el desayuno tradicional, como el inglés. El desayuno lo quemamos con un paseo de más de 20 kilómetros hasta Brighton Beach, donde encontramos unas coloridas casetas de playa. Ya nos habían avisado de que en Melbourne el tiempo cambiaba varias veces al día… y no pudo ser más evidente: llegamos por la noche el viernes con menos de 10 grados helándonos de frío con la poca ropa de abrigo que hemos traído –además de que en Brisbane hacía más de 30– y salimos el martes con la cara quemada y 26 grados: ¡mucho cuidado con el Sol en Australia!

Australia-Melbourne Brighton Beach

Australia-Melbourne Brighton Beach Salto

Marco nos confirmó lo que nos había dicho Jacques, la mentalidad australiana no es el ahorro en absoluto: ganan para gastarlo. Jacques ya nos había dicho que si se quería hacer dinero había que tener un trabajo a tiempo completo y que con ese clima y esas playas ¿quién querría trabajar todo el día? Sueldos altos y precios altos hacen que el dinero no haga más que moverse de unas manos a otras. Dinero que, por otra parte, es prácticamente indestructible. Los billetes no son de papel como los euros o los dólares estadounidenese, aquí son de plástico y por mucho que lo intentes no hay manera de romperlo. Nos dijeron que una posible explicación es que lo peor que le puede pasar a un billete en Australia es que se quede en el bañador de un surfer, siendo de plástico no le pasa nada.

Australia-Melbourne Rascacielos Puesta Sol

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Comentarios

  • 1 noviembre, 2012 a las 20:52

    Parece un eden comparado con nuestra querida Spain …

    A seguir disfrutandooo

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    • 6 noviembre, 2012 a las 14:31

      Lo es, lo es.
      Ya acabó el disfrute… pero lo hemos exprimido a tope

      Responder
  • 31 octubre, 2012 a las 13:33

    Y por cierto, Jacques… menudo crack!!

    Responder
    • 6 noviembre, 2012 a las 14:30

      Una vida que da para varias vidas de otros 😮
      La ha aprovechado y sigue aprovechando al máximo 🙂

      Responder
  • 31 octubre, 2012 a las 13:33

    Si con las anteriores entradas ya tenía ganas de emigrar a Australia, con esta ya ardo en deseos!!! Un lugar sin crisis ni políticos derrochones?! El paraíso oiga, jajaja.

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    • 6 noviembre, 2012 a las 14:30

      Lo malo es que es complicado conseguir el visado para quedarse… por lo demás sí que es un buen sitio para vivir: clima, gente, mentalidad… ¡lo tiene todo!

      Responder