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Nagarkot, el Mirador del Everest

Sábado, 03/04/2010 (1)

A las cuatro y diez ya empieza a clarear pero se nota una cantidad de niebla mucho mayor que ayer por la tarde. A las cinco hay más luz, una franja rojiza en el horizonte, pero la niebla sigue ahí. Para que Sara se levante le digo que se ven un montón de montañas. Conozco sus tiempos y sé que si no hay una buena motivación tardará más de media hora en medio despertarse. Con lo de las montañas salta de la cama. Pobre ilusa. Me cuenta que ha soñado que veíamos todas las montañas… yo le pregunto que si no ha hecho fotos, porque será la única forma de verlas hoy.

A eso de las cinco y veinte salimos a la terraza. Habíamos quedado con KC a y media en lo más alto. Pero subir a lo más alto con lo cubierto que está todo no tiene sentido, y aquí hay un par de sillas. A eso de las seis comienza a verse el Sol. Parece que tiene prisa por salir de detrás de las montañas porque en menos de tres minutos ya está todo el disco a la vista. Rojizo y con una forma perfectamente redonda. Una bonita foto de salida de sol.

Nepal Nagarkot Amanecer

Nepal Nagarkot Amanecer

De las montañas tenemos noticia por tres o cuatro picos que se intuyen entre la niebla. Según salía el sol se ha iluminado la cara que daba a éste cubierta de nieve y se han dejado ver. Tampoco es que se hayan dejado ver como tal, se han dejado intuir. La cámara ni es capaz de verlas y se vuelve loca tratando de enfocar entre tanta niebla.

Al tejado del edificio de al lado (que parece que está abandonado) comienza a subir un montón de gente. Debe ser otro hotel con mala pinta pero en funcionamiento. El tejado es pequeño, la salida es todavía más pequeña y parece que estamos en el circo viendo el coche de los payasos que no paran de salir.

KC se nos ha acercado para decirnos que nos estaba esperando arriba. Muy bien, así habrás visto más montañas. Al otro lado del edificio se supone que también se ven… pero no será hoy. Todavía tiene el valor de comentar que en unos veinte minutos (qué casualidad siempre son veinte minutos. ¿sabrá decir otro número?) si clarea podremos ver algo. En veinte minutos no clarea aquí ni con un aspirador industrial chupando niebla. Otras dos que estaban a nuestro lado le preguntan que si piensa que arriba del todo es mejor sitio. Él, con su optimismo, su sonrisa y su “yeah, yeah” les dice que sí y las otras dos tontas (que no se les puede llamar de otra manera) se lo creen y van para arriba como si la niebla no estuviera en el mismo sitio por subir tres metros más.

A eso de las seis y media la gente se ha dado por vencida y el tejado del edificio de al lado se ha quedado vacío. Eso sí, antes de bajar casi todos nos han hecho fotos a nosotros (y a los que están arriba viendo todas las montañas). Nosotros también les hacemos fotos a ellos para que no parezca que hemos sido los únicos pringados que hemos estado aquí mirando a la niebla a una hora indecente. KC también se ha dado por vencido y nos dice que hemos tenido mala suerte. No estamos seguros de si es mala suerte o es como en Bután que habría sido más fácil encontrar una estación de metro en Thimphu que ver las montañas en Dachula. Aunque Sara ya le preguntó ayer varias veces si marzo/abril era un buen momento y no conseguir que le entendiera, no podemos evitar preguntar otra vez. Resulta que hoy, como ya nos hemos llevado la desilusión con la niebla, KC sí que nos entiende. Nos dice que la mejor época es desde agosto a octubre, pero que en marzo, abril con suerte también se puede ver algo. Es frustrante lo de esta gente que siempre te dan esperanzas en lugar de decirte la verdad. Es complicado pero nunca se sabe. De esa forma si lo ves te llevas un alegrón y si no lo ves es lo que se esperaba. En lugar de como lo hacen que acabas frustrado.

Como tampoco tenemos nada que hacer en la habitación (y ya no hay luz) Sara va a coger las cartas y nos ponemos a jugar en la mesa que viene con las dos sillas en las que estamos sentados. La que está en la habitación al lado de la terraza se saca directamente el butacón y se pone a leer de frente a la niebla. Sara viendo que la otra ha sacado el butacón vuelve a la habitación a por la manta, hemos salido en bermudas que es lo que teníamos ayer y estaba más a mano. Sin luz tampoco nos íbamos a poner a revolver los Symbios.

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Comentarios

  • Margarita
    27 agosto, 2017 a las 15:24

    Es la naturaleza, no es culpa de la gente ni del pueblo.

    Responder
    • 29 agosto, 2017 a las 17:30

      Hola Margarita y bienvenida al blog 🙂
      Por supuesto que no es culpa de la gente ni del pueblo, faltaría. Lo que sí que nos pareció un poco mal es que nos lo vendieran como el lugar desde el que íbamos a ver el Everest y, después, nos contaran que se ve en momentos muy concretos del año… que no era cuando fuimos nosotros.
      Estamos acostumbrados a que la Naturaleza decida si deja ver los paisajes o no, si aparecen los animales o no… sabemos que no hay horarios.

      Responder
  • JAAC
    3 septiembre, 2010 a las 10:13

    El amanecer fue una pasada… pero la cara de tonto que se te queda cuando sólo ves niebla en lugar de montañas… jajaja

    Puestos a recordar fue bonito, pero en el momento ya te digo que era más el cabreo que los colores 😉

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  • conxa
    2 septiembre, 2010 a las 10:31

    si que es bonito ese amanecer, increibles los colores.

    que fastidio con la niebla..

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