Lo primero que hicimos nada más llegar a Bologna el viernes fue acercarnos a La Sorbetteria Castiglione (Via Castiglione, 44). Allí nos dimos el capricho de un helado de tres gustos. En Italia los helados no se sirven con el «saca-bolas» que se utiliza aquí, allí se utilizan palas (una para cada gusto no hay que andar aclarando con agua constantemente) y los cargan mucho más. También es porque el helado es más cremoso y mucho más fácil de manejar que los de aquí.
Después de visitar las torres, la plaza Maggiore con San Petronio y el Nettuno, aquí, y recorrer el mercado, entramos en el Archiginnasio.
Con el aula de anatomía. No se aprecia mucho pero el angelote que está sobre el atrio, a la izquierda, le está ofreciendo un fémur (clase de anatomía) a la representación de la anatomía.
Seguimos paseando por los soportales de la ciudad, camino de la universidad de Bologna.
Ya iba siendo hora de comer y la pizzeria Nicola’s era la elegida. Una pizzeria napolitana en el centro de Bologna (Piazza San Martino, 9) con unas pizzas tan grandes como ya mostré. En nuestro paseo por la ciudad nos encontramos con el canal que hay escondido entre sus edificios. Una pequeña ventana nos muestra que estamos en un puente.
Hora de coger el tren hacia Jesi, así que dirigimos nuestros pasos a la estación de tren.